16 de noviembre de 2010

Que sea yo el primero en desearos Felices Navidades

Esta entrada está dedicada a P.Vázquez "ORIENTADOR" y a los que como él dudan de poder ser felices en las Navidades que vienen (de hecho, es un comentario hecho en su blog, que recomiendo: http://escueladeabuelos.blogspot.com)

Me encantan las Navidades. Y aunque eso le haga el juego al Cutre Inglés, también me encanta hacer regalos y recibirlos. No tienen porqué ser los 36 que recibió por su cumpleaños Dudley Dursey, el primo de Harry Potter. Aunque sería maravilloso tener 36 amigos y que cada uno te regalara algo: un comic, un libro, un cd grabado en casa gracias al Ares, una cena para celebrar que somos amigos... Mi educación judeo-cristiana además me da la parte más bonita de la religión: el nacimiento de la esperanza. Lo importante del belén es que no están en un hotel de los que frecuenta el sr. Botín al que usted quiere tanto, sino en un puñetero pesebre. Y sin embargo, ahí están, felices manque pierda, queriéndose mucho, dispuestos a afrontar lo que haga falta. Y me encanta la banda sonora de la Navidad, los villancicos que de una forma u otra tienen una historia de felicidad, o bondad, o amor a tus semejantes. Y la película de Frank Capra que recuerda una vez al año que tú puedes ser una fuerza como George Bailey que mantiene unida a toda una comunidad, frente a Botín o frente al villano-usurero Potter (sí, tíene el mismo nombre del famoso niño-mago).


God bless you Merry Gentlemen and Nothing You Dismay. No desfallezca, mi estimado P.Vázquez. Seremos pobres (yo mismo soy "cieneurista" que no "mil" porque toda mi preparación académica no me ha servido para gran cosa), pero todavía y a pesar de todo podemos ser felices. Tenemos amigos, tiene usted amigos, aunque sean tan escasos de fortuna como este servidor. Y eso, ya lo decía Capra, es el mayor tesoro.
Un abrazo fuerte y felices navidades por anticipado.
rafarrojas

4 comentarios:

  1. Gracias por la dedicatoria y por la publicidad. Hubo un tiempo en que la navidad era lo mejor. Hoy solo el día de la lotería y solo hasta las 12...

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  2. Sé que para el que disfruta realmente de las navidades es una época preciosa, bonita, incomparable.

    Los que están en familia, los que conservan en alguna medida el espíritu navideño de las películas de Capra que citas, sí, lo pasan bien

    Tal vez sea para ellos la mejor época del año.

    Sin embargo, lo que me molesta, más allá de lo de hacer el juego comercial a todos los vendedores de todos los productos del mundo, es la "obligatoriedad" de ser felices.

    Hay mucha gente sola o enferma, angustiada o desesperada, y sé tras muchas navidades trabajando en Urgencias que estos días les ponen diez veces peor, esa falsa felicidad en las calles, ese felicitarnos todos, hasta los vecinos que el resto del año no se hablan, esas comidas familiares sonriendo a primos segundos que sabemos positivamente que nos critican por la espalda... Hay que tener un carácter fuerte y un ánimo inmejorable para hacer frente a todo eso, si estás mal, te pones diez veces peor.

    Por otro lado, me he preguntado siempre lo que se preguntaba el genial humorista, ya fallecido, Jaume Perich: Si te gusta el turrón, ¿Por qué solo lo comes por Navidad? Y, si no te gusta el turrón, ¿Por qué narices lo comes por Navidad?

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  3. Hola, Janton.
    No has visto mi alacena. Allí hay toda suerte de alimentos perecederos que han trascendido su condición y se mueven como gigantescas amebas de color indefinible o se han fosilizado y serán objeto sin duda de estudio por antropólogos futuros. Creo que hay turrón, también, aunque no le he preguntado su edad por eso de la discreción.
    Una cosa que en mis tiempos anticlericales-antireligiosos ("Porqué no soy cristiano" de Bertrand Russell) pensaba es que los humanistas y los defensores laicos del Bien se perdían una cosa que los católicos tenían instituido: una vez a la semana se reunen, recuerdan qué, para qué y cómo, recuerdan en lo que creen, cogen fuerzas, hacen examen de conciencia, etc... Los ateos de moral humanista se privan de ese apoyo a sus creencias: un domingo laico, un espacio de reflexión...
    Porque la pura verdad es que "el espíritu es pronto pero la carne es débil" y el ateo corre el riesgo de olvidar durante largas temporadas que tiene que currarse el Bien, y para eso tiene que tenerlo presente, tener el proyecto vital a mano.
    La Navidad es un gigantesco domingo, pero a diferencia de los otros, lo tienen por igual creyentes y laicos. Tal vez no sea suficiente, como a veces me pregunto si las elecciones cada cuatro años son suficientes, porque se me hace eterno cuando veo que algunos emplean cada uno de esos cuatro años en hundirnos un poquito más en el hoyo. Pero, oye!, algo es algo.
    ¿Qué pasa, creo? (aparte de lo frecuentemente que nos olvidamos de lo que en teoría queremos). Que junto a la gente sincera y convencida, la realmente preocupada por sus semejantes, sean ateos o creyentes, hay muchos rolleras. Odio a los rolleras. Hay mucho políticamente-correctos, moralmente-superiores, que no hacen lo que creen, o directamente no creen nada. ¡Cuántas veces nos hemos encontrado a tipos de esos que dicen "me gustaría ayudarle pero..." y que en el fondo les importa un carajo, que si fueran sinceros dirían "que le folle un pez a usted y a su problema, a mí que coño me importa!".
    Yo no tengo una familia ideal. Creo que hay cuatro de ésas, jajaja. Tengo todo lo que tú cuentas, incluyendo el primo segundo al que sonrío mientras pienso "semejante farfollas" en la cena donde por cojones estamos todos....
    Pero a ratos recuerdo hacer el esfuerzo de verme a él en cualquier cosa suya. O al menos de darle y darme una oportunidad. O no y cumplo yo también con mi ración de falsa sonrisa, puñalada trapera.
    Sí, tener obligaciones es un asco. Aguantar a ese primo, una mierda. Pero... hay que seguir intentándolo, no? Porque como decía Marina, "hay que preferir lo preferible". Porque lo que está bien está más o menos claro, y hay que trabajar para ello, aunque no nos salga, aunque lo que nos salga sea cagarse en las muelas de alguien....
    Ser feliz debería ser una obligación, empeñarse en ello. Aunque sólo fuera por puro egoismo.
    Pero no nos sale, jajajaja.
    Yo me comporto como un capullo tantas veces que probablemente no se equivoque mi primo si dice que SOY un capullo.
    Pero aspiremos al menos a ser felices.
    Y ya no te doy más la brasa, : )

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  4. P.Vázquez (¿de qué es la P.?), el placer es mío. Un día de las próximas Navidades tenemos que quedar para tomarnos una cervecita (una coca-cola yo, que siendo sincero nunca me ha gustado la cerveza). Así me aseguraré de tener al menos un día de mis Navidades con un plan que apetece, : )

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