16 de noviembre de 2010

Cómo poner cachondas a las mujeres, del blog de Fiebre Rubia

Leyendo el blog de Fiebre, http://fiebrerubia.blogspot.com, me he encontrado con una entrada sobre cómo (qué) poner cachondas a las mujeres y aunque he comentado allí, me traigo de vuelta el comentario para compartirlo con vosotros:

Conclusiones varias, pero no sólo de la entrada sino también de los comentarios: varios hombres han ido chequeando en sus respuestas "¿tengo de esto?: sí; ¿tengo de aquello?, algo"
Los hombres queremos poner cachondas a las mujeres, sin duda, o al menos a las que nos ponen cachondos a nosotros, pero tengo mis dudas sobre si es justo eso de tener que ser según quieren que seamos, y ni siquiera sé si es posible.Cosas que veo posible: desear a una mujer y/o quererla. Cuando la deseas, la única comida en la que eres capaz de pensar es en la que tienes delante de tí, en falda, pantalón, mini, bata-guata o lo que lleve encima. Entonces, además, todo lo que lleve te parecerá "bien" y sin embargo paradójicamente te encantará despojarla de ella. La lengua la usuarás, sin duda, si se presta, y le pedirás también la suya para tener laaaaargas conversaciones sin palabras.Cuando quieres a alguien, además, la quieres por todo lo que ella tiene que ofrecer: su inteligencia, su sensibilidad, su sentido del humor. ¿Quién no va a prestar atención a eso? ¿Quién es el gilipollas que se quiere privar de oir a alguien listo, ilusionante o cachondo?Yo, he de reconocerlo, soy un irremediable salido. Deseo a un gran montón de mujeres. Y quiero a todas aquellas que ganan mi corazoncito (también en eso soy un chico fácil). No les pido que sepan cocinar, ni que planchen, ni que sean divinas de la muerte... Sólo quiero mujeres que me hagan reir, que tengan un corazón que admire (que empujen a mi corazón a la emulación en la medida de sus posibilidades), que tengan un cerebro que ponga el mío a trabajar.Y si además follan mucho y bien, entonces sí: nunca he sabido planchar bien, pero aprenderé, qué coño!, : )

9 comentarios:

  1. Estoy seguro de que si pasa por aquí una buena moza se quedará prendada de lo que has escrito.
    Un cordial saludo

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  2. Gracias por la visita, Luis Antonio. Ven a verme más a menudo. Me gusta recibir visitas.

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  3. Perdón...ejem...luego vuelvo que voy a comer y te cuento lo del cachondismo

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  4. Ummmmm eres una perita en dulce?
    El problema es que hoy en día existen varios tipos de mujeres.Por ejemplo,las hay (lo confirmo)de veintipocos que follan mucho con el mismo para pillarlo y tenerlo de por vida con ellas atrapandolos con algún hijo de ahí que follen a pelo.Las hay liberalizadas que follan con todos los que pillan y que no necesiariamente necesitan sentirse cachondas.Las hay que no tienen cachondismo bien porque han empezado a odiar a su pareja,si la tiene,y no se atreven a dar el paso de dejarlas y buscar otra churrilla que las anime,o bien la falta de cachondismo sea porque son frígidas y brujas y en realidad son lesbianas,esto no sé porqué lo he dicho,pero puede que sea otro motivo,el motivo de que les ponen las mujeres pero no salen del armario.
    En fins,yo creo que a todo hombre hetero,le gusta poner cachondas a las mujeres,salvo a la suya.
    Particularmente,a mi no me hace falta que planche,pero sí que utilize la lengua de vez en cuando.Y que no tenga el pecho depilado por favor.Los pelos dan alegría.
    Un besillo cachondo.

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  5. Hola, S. En todo caso, soy un melón en dulce(dadas mis actuales dimensiones, me temo... puedes ver una par de fotos mías en septiembre creo, si tienes curiosidad). Y el tamaño del ego está en relación inversamente proporcional al tamaño de la barriga, así que no me considero gran cosa ahora mismo, ni objetivo de tanta folladora como dices. Una amiga me intentó convencer de que "estaba en el mercado" y yo me ví obligado a contestarle, siendo asquerosamente sincero: "sí, en el mercado... de Abastos".
    Desgraciadamente, aunque me haya dejado el atractivo por el camino, sigo deseando. Es como el tabaco: si has sido fumador alguna vez, aunque la salud, la falta de dinero y la presión social digan todas a la vez que lo único que te queda es olvidarte, lo cierto es que siempre tendrás ese prurito, ese picor eterno e indefinido que te hace desear rascarte (el bolsillo, los pulmones, el barniz social) y fumarte otro. Y ya puestos fumarte miles.
    De hecho, si soy sincero, me pone cachondo simplemente oir a una mujer inteligente mandarme un besillo cachondo, jajaja.
    El tema es uno de los Grandes, da para mil entradas, y tiene cien mil ramificaciones: sexo vs amor, monogamia sí o no, ¿el amor es eterno o tiene fecha de caducidad?, el "cachondismo" como enfermedad psicosomática (está todo en el cerebro), lo rico que está el pecado tal vez porque es pecado (que si no lo fuera perdería quizá parte de su morbo), la más cruenta guerra civil posible: uno mismo contra uno mismo, guerra de lo inmediato y primario, por lo importante y lo difícil, guerra entre sexos, etc...
    ...Y lo jodido que es conseguir ambos, amor y sexo, juntos o por separado; y de cómo todo parece conspirar para que la especie humana no logre encontrarse y cuando lo hagan sea sólo como prólogo de mayores desencuentros.

    Nuestros deseos parecen desarrollarse en el secreto más absoluto. Fíjate como tú has hablado de varios tipos de mujeres, pero no te has identificado en ninguno de los que mencionas ni en otros que quedan fuera (la curiosidad me corroe). Poker. Nos pueden ver las cartas, pero nosotros no las enseñamos de grado, o no todas. Porque perderíamos la partida.

    Pero es tan divertido el sexo que hasta hablar de ello tiene su puntito, : )

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  6. Me gusta tu punto de vista, estoy de acuerdo con CASI todo.

    Ah, pero discrepo radicalmente del comentario de S.

    A mí me gusta sobre todo poner cachonda a mi mujer, ya lo creo. Es a la única que de verdad me importa si se pone o se deja de poner.

    Claro, tengo mi punto vanidoso, tampoco me desagrada percibir interés en otras, a qué negarlo (Menuda imagen falsa de donjuanismo...)

    Pero para mí solo hay una importante. Si no fuera así, no estaría con ella.

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  7. Por eso digo lo del amor y el sexo. Para mí hay una, no importante, sino fundamental. Lo ha sido casi toda mi vida y aunque no sepa qué ocurrirá mañana lo es hoy. ¿Pero quién ha dicho que seamos racionales, ni lógicos, ni que actuemos siempre pensando en lo que realmente nos beneficia o necesitamos? Estamos llenos de vicios que son cada uno de ellos expresión de suma estupidez personal o de pura debilidad de carácter. El deseo, ya sea por estallido químico de hormonas en el coco, o por falta de riego al cerebro (a dónde va toda la sangre ya te lo puedes imaginar), funciona de forma independiente. Puede coincidir, seguro, y cuando lo hace: guay del Paraguay. Pero.
    Puto pero.
    Diógenes ya lo dijo "mejor no desees", jajajaj.

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