30 de mayo de 2010

Acabando el Máster del Profesorado

... Ríen con risas fuertes, sanas, de quien encuentra de nuevo (por fin!) la libertad. Son los alumnos del máster, camino de la salida, jóvenes guerreros, victoriosos sobre el monstruo que había tiranizado esas tierras durante ¡tanto tiempo!... Superaron todas las pruebas, los chicos de las sonrisas brillantes: se enfrentaron sin miedo a la burocracia, afrontaron con valor el academicismo, no se perdieron en los pantanos de desinformación engañosos a los que les quisieron atraer ,... Y, hoy, al fin, CONTEMPLAD! como le dan la espalda al monstruo vencido, humillado... ¡Demasiado pronto! la Universidad, con voz meliflua, con dulzura de profesor que parece bueno y preocupado, aún les escupe su maldición:
"Llegará el día en que echéis de menos este sentido de propósito que ahora os anima: resistirme, rebelaros, sobrevivir, escapar... Tras esas puertas, el mundo es remolino de caos y vértigo, sin lógica, sin esperanza de aferraros a nada, y os devorará .... Llegará el día en que echéis de menos la oportunidad para hablar, porque luego, después, más tarde, en el mundo de ahí fuera que tanto ansiais, reina cacofonía de ruidos que cubre cualquier voz hasta que todas callan, es ensordecido silencio, ....nadie escuchará lo que tengáis que decir.... Llegará el día en que echéis de menos la posibilidad que os he dado de repetiros infinitamente, de copiaros a vosotros mismos, porque en el exterior, se os pedirán continuamente ideas nuevas, ganaros el pan produciendo cosas de verdad interesantes e importantes y si no seréis descartados, echados a un lado, ignorados como pretendéis hacer ahora conmigo..."
(Aquí un estertor de la Bestia, lo justo para crear expectación y un Powepoin der Jesú Nazareno y sigue:)
"... y cuando llegue ese día, cuando os déis cuenta de lo mal que me habéis tratado, con lo que yo os quiero, volved con presentes, con oro, solicitad de mi magnificencia un lugar en un doctorado.... Y hablaremos... Y, quién sabe, tal vez decidáis quedaros, e ingresar para siempre en nuestras filas de los nomuertos, acólitos y numerarios, profesores...."
(y aquí una risa demoníaca pero con menos fuerza, porque el máster muere)
Los jóvenes guerreros se sacuden el Power Point con displicencia y siguen su camino hacia las doradas puertas de la realidad, por fin libres. (¿Me ha parecido descubrir un escalofrío en ellos, como de miedo?)

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