Todo el mundo tiene un mundo. O eso piensa Fernando Poo. Todos menos él. Y él quiere. Se siente muy pobre, y muy desnudo, y desposeido, librado a sí mismo, que es tan poca cosa, una molécula de ser (ombligo). Así que se acerca a los demás y les pregunta: "¿me das tu mundo?". Ve sobre ellos, a su alrededor, detrás, arte, ciencia, conocimiento, historias y leyendas, paisajes, experiencias, un barco, política internacional, música, un balón de reglamento,... Ve, en definitiva, esas cosas que llamamos mundo. El mundo es necesario para vivir, un sitio para explorar y descubrir, un sitio para levantar una casa (o una familia, o una civilización entera). Fernando no cree que nadie vaya a dárselo, y lo pide con la misma desesperada esperanza con que pide el apestado limosna, porque necesita (más que nadie) pero no tiene derecho ni carisma para convencer. Con suerte, le dejarán mirar, convidado de piedra, hombre que lee el periódico ajeno por encima del hombro, piensa. O le invitarán, pero él se sentirá siempre en casa ajena, pegote que se pega a otros, en renuncio constante, impertinente. No tardará mucho en irse, antes de que le echen.
Me viene a la cabeza una imagen. Ibamos siempre después de clase a un parque cercano al cole un grupo de amigos. Allí nos sentábamos, adolescentes, a practicar procacidades, a bromear con insultos y humillaciones, a asombrarnos (pero fingiendo que ya estábamos de vuelta de todo), a hablar sobre lo que vendría a continuación en nuestras vidas (el mundo). A una manzana del parque, un Vips (y lo que es más importante, el baño de Vips). En un momento dije: "voy al baño, ¿quién viene?". Pero Tal estaba contando una anécdota fundamental para comprenderlo todo, y Cual no tenía ganas de moverse, y Eldemásallá quiere replicar a la anécdota fundamental con una "cosa que ha sabido, ciencia cierta"... Nadie quiere abandonar los dos bancos gemelos del parque, que son como el barco donde navegan todas las tardes por lo que no saben todavía, camino de las Indias.
Pero si nadie me acompaña, ¿puedo ir yo solo al baño? No, evidentemente, pensaba. ¡Qué ganas, sin embargo! Pero no, no cabe pensar en ir solo. ¡Qué ganas! No escucho la anécdota con la que ahora rien todos, ni me importa la réplica, porque estoy concentrado en mi vejiga....
Así que ni baño, ni mundo.... si no te atreves a ir solo, si no consigues olvidarte de todos y recordar que el mundo está para el que lo tome, para el que vaya a su encuentro.
Porque luego se levantará Zutano para ir al baño, sin preguntar a nadie. Y Mengano aprovechará para ir también. Y yo les envidio y les reprocho. Como si fuera culpa suya que yo sea tonto y no haga lo que quiero, sin apoyarme en nadie.
Alguien me dijo una vez: "cuántas cosas tienes en tu mundo!". Pensé que se estaba burlando.
Vaciada
-
Lo de fases del duelo de Kübler-Ross muy bien tirado, muy acurate, pero yo
creo que le falta una: la del vacío absoluto. Cuando el dolor ha sido tan
inte...
Hace 20 horas
RAFA,cada uno ha de tener su mundo,lo quiera o no,y no depender de nadie para buscarlo,porque ese mundo te encuentra ,no hace falta que salgas a su encuentro.
ResponderEliminarPD:¿Pena de mi novio?Era un pendejo,se lo estaba buscando.
Besoooooooooooooo.
Mor.
Jo, cómo me ha gustado... Yo tampoco iba al baño, y sí luego la que iba arrastraba con su poder oculto y mudo a las demás. Yo no tenía esa capacidad, pero luego descubrí que yo tenía mundo, el otro, el sólo mío, y no lo cambio por el baño ;)
ResponderEliminarMUaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!
pd ¿ andeandas?
Y, ¿qué había de malo incorporarse luego a la anécdota tras ir al baño?, ¿perdérsela?, crees que era tan relevante, ¿la anécdota, ir acompañado al baño?. Quizás no era tan importante la anécdota, quizás no priorizastes lo suficiente. Quizás forzastes la socialibilidad intentando permanecer en aquellos gemelos bancos. Incluso de pie, al lado, sentado o en el baño, formabas parte de aquella anécdota, de aquél grupo, claro si es lo que querías, si crees que era tu mundo. Pero creo que tu mundo es aquél en el que te sientes realmente a gusto, con bajos y altos o entremezclados por supuesto.
ResponderEliminarNo le des vueltas, no pidas que te den lo que nadie te dará, busca lo que necesites pero sin ansias, con tranquilidad y esfuerzo y lo tendrás, lo obtendrás pero no vale quejarse (aunque yo a veces me quejo, pero eso no vale)
Un beso Rafa, un gran beso.
A esa edad todos somos muy sensibles y cualquier situación parecida a la que has descrito se vive como un terremoto emocional.
ResponderEliminarDespués y visto desde la distancia de los años no creo que sea tanto.
Ahora debería preocuparte que alguien quisiera acompañarte al baño.
Saludos.