12 de enero de 2011

Confesión coprolálica

Confesión coprolálica
[nota: es parte de una novela que tengo la intención de escribir este año]

Estoy lleno de historias como aires atravesados, flatos. Me las imagino formándose como gases repentinos de una mala digestión de memoria, burbujas que se elevan desde el cieno del subconsciente. O como flemas de fumador de las que por la mañana se remueven en toses y dan la cara por un tiempo, pero luego se quedan como hervores del pulmón, sin abandonar el interior y estorbándolo. “Deberías echarlas fuera, sacártelas”. Y cuando salen expectoradas , ¿no son hermosas? viscosas, sí, tal vez, cursis hasta dar asco, pero tiene belleza su solidez, esa cualidad compacta, que asombra como si no reconociéramos nuestra capacidad para crear aquello, para tenerlo dentro.
Y diréis q es escatológico tanto pedo y tanto moco, pero es que las historias son excrecencias del cerebro, subproductos manchados del razonamiento lógico, consciente o inconsciente. Y no es casualidad quela otra acepción de la palabra “escatología” sea “conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba”, porque las historias son también luces que nos iluminan desde el más allá, breves atisbos de lo que podría ser y no es, o será en una dimensión paralela.
Y como los pedos y los mocos, las historias que no se expulsan, las que se quedan para nuestro coleto, se reabsorben en parte, sí, pero no totalmente, y provocan dolores y hasta fiebres, bronquitis crónica, asma, irritación del diafragma,... qué sé yo!
Y a veces es una forma de avaricia, como de Gollum que no da uso al anillo y se limita a acariciarlo y esconderlo, una delectación morosa en ese gargajo que llega hasta nuestra boca y que probamos con nuestra lengua, dándole vueltas con discreción explorándolao. Vemos su tacto y oimos su gusto con los sentidos cambiados, y el tiempo participa de esa confusión y sinestesia porque va para adelante o para atrás o a otro lado mientras regurgitamos la idea y la revolvemos y rumiamos como vacas gochonas. “¿Qué ocurriría si...”

1 comentario:

Bienvenida sea la libre expresión de ideas... Ahora bien, no necesariamente lo que digas será compartido por mí, ni lo daré por cierto, válido o bueno.
Sin embargo, qué gusto tener gente que acude a mi convocatoria (soy muy simple)