10 de julio de 2016

CIEN AÑOS DE SOLEDAD: UN NÚMERO REDONDO PARA UNA HISTORIA CIRCULAR un comentario de rafarrojas

Otro más para mi particular Rincón del Vago, otro trabajo hecho (no pedido) para Literatura Hispanoamericana, esta vez con García Márquez.
El dibujito que incluyo, reutilizo un diseño que hice para una alfombrilla de ratón hace mil o dos mil años, por eso de representar la jungla que lo cubre todo y el negro que es donde todo acaba, :  )



CIEN AÑOS DE SOLEDAD:
UN NÚMERO REDONDO PARA UNA HISTORIA CIRCULAR
un comentario de rafarrojas
CIEN años de soledad” es la historia de la estirpe de los Buendía, que es lo mismo que decir la historia de Macondo, pueblo que fundaron, o más concretamente de la casa de los Buendía en Macondo, esta casa de locos como la definió Úrsula.
Y es una historia circular.
como si el tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto al principio”. (Úrsula)
Pero no exactamente igual. El Universo de Macondo y los Buendía es un universo entrópico, que camina hacia su destrucción.
Así quería pintarlo GM,
un siglo de naipes y de experiencia le había enseñado que la historia de la familia era un engranaje de repeticiones irreparables, una rueda giratoria que hubiera seguido dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido por el desgaste progresivo e irremediable del eje”. (Pilar Ternera)
Círculo o círculos, concéntricos o viciosos, repetidos como espejos o espejismos
Se cansó de la incertidumbre, del círculo vicioso de aquella guerra eterna que siempre lo encontraba a él en el mismo lugar, sólo que cada vez más viejo, más acabado, más sin saber por qué, ni cómo, ni hasta cuándo.” (el coronel Aureliano)

Para lograr ese efecto, para hacer valer su idea de la repetición imperfecta, GM utiliza todos los recursos que puede encontrar:

- LA ENDOGAMIA EXTREMA, el incesto constante del libro.
Donde dos hermanos comparten mujer (José Arcadio y Aureliano, con Pilar Ternera) y luego lo harán sus nietos (José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo, con Petra Cotés), el hijo se intenta acostar con la madre (Arcadio con Pilar Ternera), el sobrino se acuesta con la tía (Aureliano, el bastardo, con Amaranta Úrsula) o el sobrino que se baña con la tía y pretende acostar con ella (Aureliano José con Amaranta).

El árbol genealógico de los Buendía es como el mangle, árbol de los manglares, con ramas que cuelgan y se hunden en la tierra, y se convierten en raices y y se entrelazan formando impenetrables barreras en las que se refugian peces y se adhieren y viven moluscos (nada más propio en el paisaje de Macondo, la tierra de cayos y ciénagas de América Intertropical). El árbol genealógico de los Buendía es arbusto, mata enmarañada, dogal pensado para perder al incauto en el pantano.
La limitación de esos lazos tan contra-natura o, todo lo contrario, tan naturales:
El padre Nicanor [...] se espantó con la aridez de los habitantes de Macondo, que prosperaban en el escándalo, sujetos a la ley natural, [...] durante muchos años habían estado sin cura, arreglando negocios del alma directamente con Dios, y habían perdido la malicia del pecado mortal.
es la superstición que mantiene que de esas uniones ilícitas, animales, nacen hijos con cola de cerdo, animalizados:
«No me importa tener cochinitos, siempre que puedan hablar.»” - Jose Arcadio a Úrsula
«Aunque nazcan armadillos.»” - Aureliano José a Amaranta
El final, lógico, es que lo imaginado se convierte en real:
Sólo cuando lo voltearon boca abajo se dieron cuenta de que tenía algo más que el resto de los hombres, y se inclinaron para examinarlo. Era una cola de cerdo.

- LA NATURALEZA COMO DESTINO.
La Naturaleza triunfa, una Naturaleza incontestable, inexorable, caótica, eliminando la ficción de orden humano, de permanencia:
no vió las peladuras de cal en las paredes, ni los sucios algodones de telaraña en los rincones, ni el polvo de las begonias, ni las nervaduras del comején en las vigas, ni el musgo de los quicios, ni ninguna de las trampas insidiosas que le tendía la nostalgia
triunfa la bestia sobre el hombre
percibía el trueno continuo del comején taladrando las maderas, y el tijereteo de la polilla en los roperos, y el estrépito devastador de las enormes hormigas coloradas que habían prosperado en el diluvio y estaban socavando los cimientos de la casa”,
el insecto sobre el hombre
las últimas trincheras de la guerra inmemorial entre el hombre y las hormigas”,
lo verde se enseñorea y sepulta la construcción humana.
la casa se precipitó de la noche a la mañana en una crisis de senilidad. Un musgo tierno se trepó por las paredes
Universo entrópico, de Versalles abandonado a su decadencia.
José Arcadio convirtió la casa en un paraíso decadente”.

La Naturaleza, inmensa, suprema, extremosa:
llovió cuatro años, once meses y dos días”.
Primero desaparecen las bestias afines al hombre, sus mascotas
los pájaros desorientados se estrellaban como perdigones contra las paredes
y los animales domésticos
Petra Cotes los había visto morir a racimadas, y apenas si se daba abasto para destazar a los que se quedaban atollados.”,
 y finalmente, los hombres, las huellas de su paso, sus construcciones,
Macondo estaba en ruinas [...] anticipación del viento profético que años después había de borrar a Macondo de la faz de la tierra

 “El primero de la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas”

- LA REPETICIÓN CON CUALIDADES DE ESPEJO, que comienza con la propia reutilización de los nombres, generando la confusión, un juego de engaño al lector.
Hay tres Remedios (la niña, la bella, la adolescente reprimida del clavicordio), a las 4 generaciones de Aurelianos (el coronel, el Segundo, el bastardo hijo de Meme, y Aureliano Rodrigo, el bebe comido por las hormigas) se suman los 17 hijos de la guerra, marcados con la cruz de ceniza que sirve después de diana para sus asesinos (entre ellos, Aureliano Triste, Serrador, Arcaya, Centeno el torpe, Amador el último de todos); cinco son los que llevan el nombre de Jose Arcadio (el patriarca, el de la masculinidad inconcebible, Arcadio el tirano, el Segundo y el niño otoñal destinado a ser Papa y cuyo bautismo en la pila le costó la vida).
Pero no sólo comparten nombres, también rasgos de personalidad:
Los hijos heredan las locuras de sus padres”,
las mujeres de esta casa son peores que las mulas
la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones que le parecían terminantes. Mientras los Aurelianos eran retraídos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban marcados por un signo trágico
Con la temeridad atroz con que José Arcadio Buendía atravesó la sierra para fundar a Macondo, con el orgullo ciego con que el coronel Aureliano Buendía promovió sus guerras inútiles, con la tenacidad insensata con que Úrsula aseguró la supervivencia de la estirpe, así buscó Aureliano Segundo a Fernanda, sin un solo instante de desaliento”.
Pilar Ternera no sólo disipó el error (de Meme), sino que le ofreció la vieja cama de lienzo donde ella concibió a Arcadio, el abuelo de Meme, y donde concibió después a Aureliano José”.
Buendía en su celda de sentenciado, y una vez más se estremeció con la comprobación de que el tiempo no pasaba, como ella lo acababa de admitir, sino que daba vueltas en redondo”.
La envejecida Úrsula se convierte en la profeta de la repetición
-Lo mismo que Aureliano -exclamó Úrsula-. Es como si el mundo estuviera dando vueltas”. (referido a Jose Arcadio Segundo, convertido en lider sindical)
los dieciséis hijos restauraron la apariencia de la casa, Úrsula confirmó su impresión de que el tiempo estaba dando vueltas en redondo

Repetición de los actos, de las actitudes, de los eventos.
Era José Arcadio [...] había dado sesenta y cinco veces la vuelta al mundo, enrolado en una tripulación de marineros apátridas
Y Amaranta rechaza por igual primero a Pietro Crespi y luego a Gerinaldo Márquez...
cada miembro de la familia repetía todos los días, sin darse cuenta, los mismos recorridos, los mismos actos, y que casi repetía las mismas palabras a la misma hora
Pero igualmente insiste que esa repetición dista de ser perfecta, que no es igual, tan solo semejante:
el sol iba cambiando imperceptiblemente de posición” porque “los años de ahora ya no vienen como los de antes” o “el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas
Entropía, degeneración, decadencia, pérdida continua (en ocasiones tan sutil que casi puede pasar desapercibida).

- LOS PAPELES CAMBIADOS
Para terminar de crear ese espejismo de continuidad y al mismo tiempo destruirlo, GM pone a sus personajes en situaciones donde intercambian los papeles:
Jose Arcadio segundo sin saberlo repitió una antigua frase de Úrsula
-Qué quería -murmuro-, el tiempo pasa.
-Así es -dijo Úrsula-, pero no tanto.
dando la misma réplica que (ella) recibió del coronel Aureliano
Y el ejemplo definitivo está en el destino de los gemelos, los Segundo:
Úrsula seguía preguntándose si ellos mismos no habrían cometido un error en algún momento de su intrincado juego de confusiones, y habían quedado cambiados para siempre”.
Y acaban
los borrachitos tristes que los sacaron de la casa confundieron los ataúdes y los enterraron en tumbas equivocadas

¿Quién es quién? Si una persona se define por sus actos, ¿qué definición cabe cuando no se sabe quién hace qué o porqué? Se revisitan los sentimientos y, allí están, cambiados de signo:
Elaboró el plan con tanto odio que la estremeció la idea de que lo habría hecho de igual modo si hubiera sido con amor, pero no se dejó aturdir por la confusión” - Amaranta
El carácter firme de Rebeca,absorbieron la descomunal energía del marido, que de holgazán y mujeriego se convirtió en un enorme animal de trabajo
«Esto es un disparate: los defensores de la fe de Cristo destruyen el templo y los masones lo mandan componer.»
«La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho.»

- LA VIRTUD (O EL VICIO) DE PENÉLOPE, como estrategia vital, como forma de cambiar sin cambiar y perpetuar situaciones:
resolviendo problemas domésticos que ella misma creaba y haciendo mal ciertas cosas que corregía al día siguiente, con una diligencia perniciosa que habría hecho pensar a Fernanda en el vicio hereditario de hacer para deshacer
La vida se le iba en bordar el sudario. Se hubiera dicho que bordaba durante el día y desbordaba en la noche, y no con la esperanza de derrotar en esa forma la soledad, sino todo lo contrario, para sustentarla.
el vicio de hacer para deshacer, como el coronel Aureliano Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta con los botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con los pergaminos y Úrsula con los recuerdos”.

- LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO.
Una manera de influir en la percepción que el lector puede tener del tiempo en la obra es relativizar sus características secuenciales, volverlo maleable, negar o reformular sus límites.
También hoy es lunes.
Los personajes no viven de acuerdo con unos cómputos temporales normales:
- Ursula: “La última vez que la habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los tiempos de la compañía bananera, la había calculado entre los ciento quince y los ciento veintidós años
- Pilar Ternera: “Años antes, cuando cumplió los ciento cuarenta y cinco, en el tiempo estático y marginal de los recuerdos [...]
- Francisco el Hombre “Meses después volvió Francisco el Hombre, un anciano trotamundos de casi doscientos años”.
Pero va más lejos. La cronología se desdibuja también cuando la muerte no es el fin, sino una especie de limbo, prolongación, en una forma de vida distinta, que amplia la presencia como actores de los personajes. Los muertos se les aparecen a los vivos, les acompañan, forman parte de la vida, del paisaje.
Úrsula salió a tomar agua en el patio y vio a Prudencio Aguilar junto a la tinaja. Estaba lívido [...] inmensa desolación con que el muerto lo había mirado” - Úrsula
Cuando entraba al dormitorio, encontraba allí a Petronila Iguarán, su bisabuela” - Úrsula
Era Prudencio Aguilar. Cuando por fin lo identificó, asombrado de que también envejecieran los muertos, José Arcadio Buendía se sintió sacudido por la nostalgia. «Prudencio -exclamó-, ¡cómo has venido a parar tan lejos!» Después de muchos años de muerte, era tan intensa la añoranza de los vivos, tan apremiante la necesidad de compañía, tan aterradora la proximidad de la otra muerte que existía dentro de la muerte, que Prudencio Aguilar había terminado por querer al peor de sus enemigos” – José Arcadio, el patriarca, quien mató a Prudencio Aguilar.
Había visto en el Caribe el fantasma de la nave corsario de Víctor Hugues” – José Arcadio, el marino
fue a orinar en el patio. Faltaba tanto para que saliera el sol que José Arcadio Buendía (ya muerto) dormitaba todavía bajo el cobertizo de palmas podridas por la llovizna. Él no lo vio, como no lo había visto nunca, ni oyó la frase incomprensible que le dirigió el espectro de su padre cuando despertó sobresaltado por el chorro de orín caliente que le salpicaba los zapatos.” – el coronel Aureliano
Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad.” – Melquíades.
el olor de Remedios, la bella, seguía torturando a los hombres más allá de la muerte, hasta el polvo de sus huesos
Contra la reverberación de la ventana, sentado con las manos en las rodillas, estaba Melquíades. No tenía más de cuarenta años. Llevaba el mismo chaleco anacrónico y el sombrero de alas de cuervo, y por sus sienes pálidas chorreaba la grasa del cabello derretida por el calor, como lo vieron Aureliano y José Arcadio cuando eran niños. Aureliano Segundo lo reconoció de inmediato, porque aquel recuerdo hereditario se había transmitido de generación en generación, y había llegado a él desde la memoria de su abuelo.
-Salud -dijo Aureliano Segundo.
-Salud, joven -dijo Melquíades.
Desde entonces, durante varios años, se vieron casi todas las tardes.” – Aureliano Segundo
La muerte le deparó el privilegio de anunciarse con varios años de anticipación. Fernanda estuvo presente y no la vio, a pesar de que era tan real, tan humana, que en alguna ocasión le pidió a Amaranta el favor de que le ensartara una aguja”. – Amaranta.
Fernanda vagaba sola entre tres fantasmas vivos y el fantasma muerto de José Arcadio Buendía”.- Fernanda
en el espanto del insomnio vio pasar al caballero vestido de negro que en una distante víspera de Navidad llevaron a la casa dentro de un cofre de plomo” -Meme
Santa Sofía de la piedad creía que Aureliano hablaba solo. En realidad, conversaba con Melquíades. Por primera vez en su larga vida Santa Sofía de la Piedad dejó traslucir un sentimiento, y era un sentimiento de estupor
Muchas veces fueron despertados por el tráfago de los muertos. Oyeron a Úrsula peleando con las leyes de la creación para preservar la estirpe, y a José Arcadio Buendía buscando la verdad quimérica de los grandes inventos, y a Fernanda rezando y al coronel Aureliano Buendía embruteciéndose con engaños de guerras y pescaditos de oro, y a Aureliano Segundo agonizando de soledad en el aturdimiento de las parrandas, y entonces aprendieron que las obsesiones dominantes prevalecen contra la muerte” – Aureliano el bastardo y Amaranta Úrsula.

Con esa costumbre de indefinición que caracteriza el texto, en ocasiones el lector se queda en la duda de si esas apariciones son sólo recuerdos, memorias tan vívidas que parecen tomar cuerpo, o efecto de la añoranza que hace presente lo pasado. Incluso alucinaciones, delirios, locura:
aquella casa donde los recuerdos se materializaron por la fuerza de la evocación implacable, y se paseaban como seres humanos por los cuartos clausurados” – Rebeca.
seguir viendo con la memoria cuando ya no se lo permitieran las sombras de las cataratas” - Úrsula
capturado en una trampa de la nostalgia “ – el coronel
Melquíades. aquel recuerdo hereditario se había transmitido de generación en generación, y había llegado a él desde la memoria de su abuelo
poco a poco fue perdiendo el sentido de la realidad y confundía el tiempo actual con épocas remotas de su vida”- Úrsula
a través de la neblina del polvo lo vio en la neblina de otro tiempo” – Rebeca, reconociendo en el rostro de Aureliano Triste el de su marido muerto.

El tiempo se presenta como una burbuja, una esfera que se mantiene perfecta, conteniendo el pasado e incluso el futuro, hasta que se pincha, se acaba. El pasado no sólo se escribe, sino que se reescribe, como cuando la enfermedad del insominio hace buscar en las cartas adivinatorias no el futuro sino el pasado. El futuro se anticipa, se hace presente en las predicciones de las barajas o en las notas en sanscrito de Melquíades. Semejante a Nostradamus, el gitano une pasado y presente en un sólo ciclo y el último de los Buendía (penúltimo) lee su propia historia en tiempo real en sus libros, como Bastián Baltasar Bux en aquel libro de Ende, “La Historia Interminable” (¿leyó Ende “100 años de soledad”?)
García Marquez sigue haciendo sus juegos de trilero, diciendo sólo para desdecirse a continuación, y por un lado reivindica el azar, la casualidad, como factor determinante de la realidad, para en seguida insistir en una especie de destino inevitable de sus personajes, de hado irremediable.

- REALISMO MÁGICO, CIENCIA O MARAVILLA
La distancia entre lo real y lo mágico es igualmente relativa. Hay un totum revolutum, un ni sí ni no sino todo lo contrario. Es la expresión más auténtica de aquello que decía Arthur C. Clarke “Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.
poner a prueba toda capacidad de asombro, nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad.
Con el paso del tiempo y, asombrosamente, de acuerdo con su tiempo, aparecen por el libro avances científicos y tecnológicos: el imán, un catalejo y una lupa, el astrolabio, la brújula y el sextante, la pianola, el primer automóvil, el teléfono de la estación, el gramófono, el biplano. El problema es que también aparecen otros elementos que rivalizan con los primeros por un sitio en la realidad:
globos cautivos, que había llevado por medio mundo con excelentes ganancias, pero no había conseguido elevar a nadie en Macondo porque consideraban ese invento como un retroceso, después de haber visto y probado las esteras voladoras de los gitanos”.
En qué mundo pueden coincidir alfombras voladoras y globos aerostáticos? Sólo en Macondo.
Macondo es tierra de prodigios. Si en algún sitio puede hacerse una foto Kirlian del aura de Dios, un daguerrotipo que pruebe su existencia es en Macondo (Y, como anécdota al margen: me resultó curiosa la coincidencia de fechas, que la técnica del daguerrotipo se inventó en 1839 y la cámara Kirlian justo cien años más tarde en 1939 para la investigación con campos electromagnéticos de alto voltaje).
Macondo es la tierra donde los prodigios son comunes, están integrados en la existencia de sus habitantes. Y así la sangre del muerto recorre el laberinto de sus calles y no para hasta hacer el anuncio de la muerte. Todas las bestias se contagian de la fertilidad de los conejos y la lubricidad de una pareja humana (que sin embargo no tiene descendencia). Y la bella Remedios provoca cambios en la química del cerebro y las grietas del cráneo no manaban sangre sino un aceite ambarino impregnado de aquel perfume secreto suyo que enloquecía a los hombres. Y allá donde estaba Mauricio Babilonia el aire se poblaba de mariposas amarillas. Y el cura levitaba con un chocolate. Y la Bella subía al cielo como en asunción de virgen profana. Y los futuros colonos de Macondo se perdían en una región encantada. Etcétera.

POLÍTICA, RELIGIÓN Y FICCIÓN
Salpicados por el texto hay sucesos que son crítica de la politica y la religión. Algunas escenas realmente crudas, que reflejan una realidad hispana-bananera, como la práctica del pucherazo en las elecciones, o el retrato del dictador Arcadio, que se inventa bandos, se abandona a la corrupción y acaba siendo el gobernante más cruel de Macondo. O el asesinato de los 3000 líderes sindicales, atrapados en un círculo de metralletas (y la negación posterior: aquí no pasa nada, no ha pasado nada, nunca ha pasado nada), con el gobierno haciendo de ejecutor o títere de las multinacionales americanas. O las 32 guerras del coronel Aureliano, que no sirven para nada realmente, y el coronel acaba por desencantarse de toda forma de afiliación política. O las muertes sistemáticas, como a perros, de los 17 Aurelianos, para evitar un resurgimiento de la rebelión.
La religión, aunque merece un trato más amable, no deja de ser vista como una forma de negación de la propia humanidad, que convierte a Fernanda, la pudibunda (la asesina), en el personaje más odioso de toda la historia.
El hombre (parece decir García Márquez) está mejor cuando le dejan tranquilo, a su ser, sin gobierno, sin pecado, sin corregidor. En estado de inocencia natural, de buen salvaje. Es una idea más anarquista que comunista, más romántica que soviética.

SOLEDAD, SOLEDADES
Aunque ya me vence la pereza en este comentario, y no deseo alargarlo más, no quiero dejar de compartir esa impresión de que el título del libro igualmente podría haber sido 100 años de soledades, porque es la suma de los muy distintos tipos de soledad que se pueden dar: desde la desgarradora hasta la productiva, desde la que viene del aislamiento involuntario o la incapacidad para amar hasta la soledad reveladora gracias a la cual (y sólo a ella) uno descubre la verdad, sobre el mundo o sobre sí mismo.
En más de una ocasión, es la pobreza la que vence la inevitable distancia entre los seres humanos, como si despojados de todo se pudieran encontrar en un espacio sin ruido. Soledades compartidas que, en ocasiones, se convierten en verdadero amor, milagro mayor que todo el resto de los expuestos ya.
Y si todo se pierde, se va, o precisamente porque el fin está cerca, el amor lleva un calor especial al corazón: de Aureliano Segundo y Petra o de Aureliano y Amaranta Úrsula (mi pareja protagonista favorita).

CONCLUYENDO
Existe desde siempre una ficción científica, algo nunca logrado, que es el sistema de movimiento perpetuo. Es imposible porque no hay sistema que escape de las leyes de la entropía, aunque durante un tiempo pueda parecer lo contrario: como la máquina autorreplicante de von Neumann que funciona pero, tarde o temprano, acaba. Así también el Universo de Macondo, esa familia que parecía ir a seguir por los siglos de los siglos, pero que ya desde el principio tenía los días contados: 36500 días, 100 años.
Y como dice GM, “las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra
Fuera como fuera GM a nivel particular, y aunque el resto de su producción no consiga convencerme, sólamente esta novela le hace absolutamente merecedor de ese Premio Nobel. Porque 100 años de Soledad es una pura maravilla, literatura con todas las de la ley.

(p.d.y nota aparte en zona hater- Me revienta la gente que habla de los autores consagrados como si fueran íntimos o primos o se hubieran bañado juntos en la misma bañerita de chicos que decía Salinger, esos tipos que llaman a Gabriel García Márquez, Gabo o a Federico García Lorca, Federico, y se les llena la boca y suelen ser tipos muy guay que sólo les falta decir "me encanta el Arrrte!" como auténticos memos. PedorrosPedantesPretenciosos, o como diría mi hijo Posers.)

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