20 de abril de 2015

UN POEMA DE VILLARROEL y, ¡para poetas malditos, los del XVIII!

nota previa - otro trabajo que fue de literatura, que dejo aquí por si sirve o interesa, o por si algún alumno futuro se quiere evitar romper la cabeza, gentileza de vuestro amigo y vecino de blog

UN POEMA DE VILLARROEL
(y ¡para “poetas malditos” los del XVIII!)
otro trabajo de rafarrojas
Introducción
“Es preciso ocultarlas (las poesías) porque son versos. Vivimos en un siglo en que la poesía está en descrédito, y en que se cree que el hacer versos es una ocupación miserable. No faltan entre nosotros quienes conozcan el mérito de la buena poesía, pero son muy pocos los que saben, y menos los que se atreven a premiarla y distinguirla.”.
Carta de G.M. de Jovellanos a su hermano, Francisco de Paula, dedicándole sus poesías, hacia 1779 o principios de 1780.

Complicada tarea esta de hablar de la poesía del XVIII, y especialmente de la neoclásica y la rococó. Ha sido denostada tantas veces (y desde tan altas cátedras) que se ha convertido casi en lugar común hablar de esa época como de una época lamentable y prescindible desde el punto de vista de la lírica, y siendo éste género literario, para muchos, el único o el primordial en literatura, mascarón de proa de las letras todas, se concluye a continuación con facilidad que este tiempo es pobre y triste.
Igual cuando en ocasiones se quiere pintar el retrato de un poetastro que se limita a apilar supuestas lindezas sin alma, como si bastara con acumular palabras (adjetivos, sobre todo) de pretendido refinamiento (¿extrañamiento?), referencias mitológicas copiadas de los clásicos griegos y romanos, y protestas de fingidas emociones, para crear belleza, se habla de los neoclásicos. ("¿Quién calará su atroz galimatías?” podríamos decir como lo hacía Jovellanos aunque él se refiriera a aquel noble afrancesado y degenerado (1). Y (2).

NO ES JUSTO.

Es cierto, sí, y ya lo dije en mi anterior trabajo, que este siglo apasionante que dió luz a pensadores de gran talento fue caldo de cultivo también desgraciadamente de esos abortos de inteligencia que son los rolleras. Pero ripios han existido siempre, como malas hierbas en tierra rica.
No es justo, tampoco, porque no hay creación que no sea primero hija y luego madre de otra, sino que todo es linea continua, camino constante incluso en sus saltos (de ahí esa forma de conversación a distancia –en el tiempo- que mantienen Villaroel o Cadalso con sus antecesores, “Letrillas satíricas imitando el estilo de Góngora y Quevedo”).

Y tres cosas anticiparon, creo yo, los del siglo, y fueron en ese sentido rompedores y modernos como los fueron en otros terrenos, más propios, de filosofía y política.
Me refiero a esa simplificación en el verbo, por un lado, que superaba ese oscurantismo inevitable de un decadente barroco (3), que anticipa la desnudez de un Alberti, como cuando Melendez Valdés habla con erotismo sutil de besos ardientes en labios y placeres de alcoba (“y yo por alentarla / corro con mano inquieta / de su nevado vientre /las partes más secretas” Oda III de “Los besos de Amor”)
En segundo lugar, una cierta prosificación (aunque a Luzán no le parecía propio de lírica) en ocasiones que anticipa la libertad del verso, verso libre, que tan bien desarrollaron los modernistas. Y la tercera, esa poesía didáctica, utilitaria-ilustrada, que recuerda la que luego harán Unamuno o Machado, tan preocupados por España como lo estuviera el bueno de Jovellanos (“Déjame, Arnesto, déjame que llore / los fieros males de mi patria, [...]” en su “Sátira contra las malas costumbres de las mujeres nobles”).

Otra cuestión es que te guste la anacreóntica tipo Melendez Valdés (a unos les gustan los Beatles, a otros los Rolling y otros más se decantan por Pink Floyd), que te digan algo sus Dorilas (la Dorisa de Porcel y Salablanca) o sus Filis (que entre Filis y Sífilis solo mediaba entonces el verdadero contacto, o dicho de otra forma, la sinceridad, podría haber dicho en su larguísimo “Arte de Putas”, Moratín, que a cambio decía “y el contagio venéreo se destierra /de las ardientes ingles [...]”Parte I –v. 137 y siguiente ). “En medio de la inclinación que tengo a la poesía, siempre he mirado la parte lírica de ella como poco digna de un hombre serio, especialmente cuando no tiene más objeto que el amor”. decía en esa carta ya citada Jovellanos a su hermano.

Mis dos poetas favoritos, supongo, son aquellos que curiosamente son puente entre épocas, que algunos llaman postbarrocos y otros prerrománticos, y creo que unos y otros aciertan y se equivocan al mismo tiempo porque son ambas cosas y, en todo caso, poetas, con todas las de la ley. Me refiero a Cadalso y Villaroel. ¿Cuál elijo? Y de lo que hicieron, ¿con qué poema quedarme?.
Pero Villaroel será, porque es mal interpretado con frecuencia como lo fue toda la poesía del XVIII “ando entre las gentes hecho un mamarracho,cubierto con el sayo que se les antoja y con los parches e hisopadas de sus negras noticias”. Y aunque me he acordado mucho de aquel de Villaroel que “Dice que la mucha leccion de libros suele ser dañosa”, porque me recuerda mi propia situación comprometida:
[...]Buscaba en los Doctores mi rudeza,
de cierta duda la mejor salida
y halló mil opiniones sin medida
pues uno el sí y el otro el no me reza.
Más necio vengo a ser, más imprudente
la razón natural está más ruda
pues ya por si no asiente ni consiente.
Antes puedo opinar, ya quedo en muda
¿quién dirá la verdad? Dios solamente.
¿Y yo que haré? Morirme con la duda.”
Aunque me he acordado de esto, decía, he elegido finalmente aquella que también le gusta a mi futura profesora Marieta Cantos (4), aquel soneto

CUENTA LOS PASOS DE LA VIDA
De asquerosa materia fui formado,
en grillos de una culpa concebido,
condenado a morir sin ser nacido,
pues estoy no nacido y ya enterrado.
De la estrechez obscura libertado
salgo informe terrón no conocido,
pues sólo de que aliento es un gemido
melancólico informe de mi estado.
Los ojos abro, y miro lo primero
que es la esfera también cárcel oscura;
sé que se ha de llegar el fin postrero.
Pues ¿adónde me guía mi locura,
si del ser al morir soy prisionero,
en el vientre, en el mundo y sepultura?
Características formales: Soneto, versos endecasílabos, cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos, sucesivamente, con rimas independientes. consonante, con dos rimas, ABBA ABBA CDC DCD.
Tema e intertextos:
El tema en sí no es nuevo. Dolor ante la fugacidad de la vida (tempus fugit), la vida como prisión que acaba ineludiblemente en la muerte (memento mori)...
Decir que no es nuevo implica que está dentro de una gran tradición, y por ello es fácil establecer paralelismos constantes con otros textos previos. (5), y se pueden descubrir intertextos casi en cada verso:
- De Calderón, aquel monólogo de Segismundo en La Vida es Sueño: “Ay mísero de mí, ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, qué delito cometí...”, relacionado al “del ser al morir soy prisionero”.
- De Quevedo “Fue sueño ayer, mañana será tierra.” que encuentra su contrapartida en “estoy no nacido y ya enterrado”, y aquel de “La vida empieza en lágrimas y caca” frente al verso de V. “de asquerosa materia fui formado”
- De Fray Luis en “Del mundo y su vanidad” “Tal es la desventura / de nuestra vida, y la miseria della, / que es próspera ventura / nunca jamás tenella /con justo sobresalto de perdella”... y por supuesto “pues si juzgamos sabiamente daremos lo non venido por pasado” de las Coplas de Manrique. “sé que se ha de llegar el fin postrero.”

Por eso, también, la ausencia de determinados detalles es especialmente significativa. Por ejemplo, siendo el tono fatalista (6), oscuro (vocablo que, por cierto, es el único que se repite literalmente: en “estrechez obscura” y en “cárcel oscura”), tiene ese tono vitalista (tan propio del autor de “Vida...”) porque carga más las tintas en el hecho de perder la vida que en la barroca o medieval descripción morbosa de la muerte (7), reservando la escatología para la materia de la vida.

Y al usar los verbos en pasado y en presente (“fui formado”, “estoy”, “salgo”, “miro”, “me guía”), ¿no está acaso así negando el futuro que anticipa en su prolepsis? Es poesía intimista (en un registro de discurso subjetivo), hasta el punto en que no utiliza en ningún momento un “nosotros” o un “tú”, lo que implica una soledad aún mayor (prisionero, pero en aislamiento).

Los códigos simbólicos son en parte los del Cristianismo, y creo ver referencias directas al Pecado Original (en “condenado a morir sin ser nacido”).
Desde un punto de vista semántico y del análisis de las figuras estilísticas-retóricas, sus palabras clave dan el tono en una correlación diseminativa recolectiva: asqueroso- informe, melancólico-gemido, oscuro-estrechez, esfera-cárcel-prisionero, locura. Hay metonimia que relaciona el símbolo con la idea simbolizada “la esfera”, y también “vientre”-nacimiento, “mundo”-vida, “sepultura”-muerte.
Acaba con interrogatio, pregunta retórica, casi abruptamente, dejando al lector ante un final sólo aparentemente abierto, o compartiendo esa perplejidad del autor (ante esa locura que es la vida) y la conclusión de su tesis (“estamos vendidos”, diría ahora un contemporáneo).
rafarrojas
P.D. ¡Y que me cae bien este militar socarrón!  

Notas al pie:
1- Gaspar Melchor de Jovellanos, “Obras Completas. Tomo I. Obras literarias” p. 233. Edición del Centro de Estudios del siglo XVIII, Oviedo, 1984 (Edición crítica, introducción y notas de J. M. Caso González). 

2- Y Villaroel en sus Sonetos Jocosos, “Habla con el Jabardillo de Poetas” CXXXV “Parad, parad, ingenios mamarrachos,/ deteneos Poetas contrahechos, / si le debéis a Apolo sus derechos / no crucéis su montaña sin despachos” 

3- Sobre esto decía Luzán en su Poética: “con el vano, inútil aparato de agudezas y conceptos afectados, de metáforas extravagantes, de expresiones hinchadas y de términos cultos y nuevos, embelesaron el vulgo; y, aplaudidos de la ignorancia común, se usurparon la gloria debida a los buenos poetas” Ignacio de Luzán. “La poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies” Proemio, p. 7 

4- http://trasteoshipertextuales.blogspot.com.es/2014/02/cuenta-los-pasos-de-la-vida-soneto-de.html 

5- Y aquí cabría notar que si existe imitatio sería muy propio del siglo en que Luzán insistía en tal condición en su Poética 

 6- “Y el espanto seguro de estar mañana muerto”, cantaría luego Rubén en Lo Fatal, otro poema que me encanta. 

7- Aquel cadáver que olía, que estaba hinchado, lleno de gusanos en la Revelación de la “Danςa General de La Muerte”.

1 comentario:

  1. Ok, y de las perlas de la poesía dieciochesca(que veo que tenía tantos problemas como la moderna y está condenada a ser minoritaria), me quedo con "la mucha lección de libros suele ser dañosa". No es que no vaya a seguir sumergido en los libros que para mí son imprescindibles pero vamos, que a veces se me pasa por la cabeza algo así.
    Totalmente de acuerdo. Ese XVIII merece más crédito. Tus intentos por rehabilitarlo son acertados, magníficos poemas. Estoy seguro de que tus alumnos y otros entrarán en Villarroel mejor que en cualquier videojuego(mode ironic esto último, qué le vamos a hacer). Un abrazo.

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