19 de agosto de 2010

una imagen vale más o menos 12 palabras (o cómo parezco)




Lo siento, he fracasado en mi intención de mostrarme por dentro. Enseñarse uno, como exige cumplir con la verdad, es como andar con las vísceras al aire. Un punto guarro-gore, como peli de casquería. Y no me atrevo. No hay huevos. Me falta talento y me sobra pudor. "¿Qué pensará de mí?", decía la casada al amante en la novela de Maupassant. "Y qué voy a pensar, Sra?, que aquí estamos los dos y en ese los dos la incluyo también a usted", podría haber contestado aquel.
Y porque por dentro soy feo, aun más si cabe que por fuera. Y pringoso y escatológico y hediondo y... Pero por si sirve de algo, esto es lo que puede ver cualquiera a simple vista. Con suerte la barba entrecana de iluminado sirva de pista de lo que hay debajo, : )
Por cierto, ¿se os ocurre dónde estoy en la segunda fotografía? Fui allí de vacaciones, el agua está mortalmente fría, es el paraíso de las gaviotas...

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