25 de agosto de 2009

Enseñarse en escaparate como forma de evasión a la calle

El hombre se escaparía de sí mismo, si pudiera. Como no puede, pone escaparates. Son como ventanas que enseñan sus intimidades a los transeúntes. Es casi casi como estar fuera, darse la vuelta de dentro a fuera, salir a la calle.
La gente pasa sin mirarlo.
Eso es un blog, creo.
Un poco como los escaparates de las chicas que se "alquilan" cerca de la estación del norte de Bruselas (por cierto, q´montón! ¿qué está diciendo eso de la sede de la Unión Europea? ¿y de sus habitantes?).
Y yo, ¿qué os enseñaré hoy que os pueda interesar? ¿qué parte pondré a la venta o someteré al escrutinio del público? ¿El pezón izquierdo? ¿Una marca de nacimiento? (... como la costumbre de desconfiar de todo el mundo, que se une a la obligación de confiar en la gente -desearía pensar mejor- para hacer de mis actos una mezcla de anticipación de dolores, como el del que se mueve teniendo agujetas.... )
Sí, cada día puedo enseñar algo. Y de postre, si sois pacientes: el miembro! Claro que para eso tendría que saber cuál o dónde está "mi miembro", el núcleo, lo definitorio, lo que me mueve tanto o más que el otro cerebro.

1 comentario:

  1. mu wenas! este me ha gustado y si me dejas lo pongo para empezar a venderme en mi blog, ¿me dejas? (te nombro a ti por supuesto y te aconsejo a los que me lean como yo...y...yo tambien)

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Bienvenida sea la libre expresión de ideas... Ahora bien, no necesariamente lo que digas será compartido por mí, ni lo daré por cierto, válido o bueno.
Sin embargo, qué gusto tener gente que acude a mi convocatoria (soy muy simple)