11 de noviembre de 2016

Trump, desde otro punto de vista (el de Miguel Rosso)

Unos días después sólo queda asumir que este que al terminar de hablar se queda con la boca abierta, con tic de pijo, es el elegido para gobernar Estados Unidos y en el proceso afectar al mundo entero.
Seamos optimistas: no tiene muy difícil superar las expectativas, porque nunca las ví tan bajas. Por eso, que hiciera un discurso moderado casi tranquilizó a los mercados. Y, quién sabe, a lo mejor el mundo necesita un chala'o en un lado de la mesa negociadora, para forzar la contención en el otro lado, incluso el respeto, con rusos o chinos o... Quién sabe!
A nivel personal, me doy cuenta de mis limitaciones como analista-intérprete del mundo y sus cosas. Por eso, añado ahora la visión de un amigo, Miguel Rosso, sobre este asunto que nos tiene a todos como conejos (un americano diría como ciervos) asomados a una carretera solitaria, congelados en un limbo de susto y asombro.
"¡Qué malo maloso es Donald Trump! No sé cómo los estadounidenses pueden querer votar a alguien que denuncia las consecuencias negativas que para los trabajadores tiene la globalización económica, que ha provocado la pérdida de más de 5 millones de empleos industriales y el cierre de más de 60000 fábricas en EE.UU. No sé cómo pueden querer votar a alguien que quiere establecer medidas para recuperar las ventas de los productos y servicios autóctonos, incentivando a las empresas nacionales. No sé cómo pueden querer votar a alguien que rechaza los recortes neoliberales en la seguridad social y que pretende abaratar los medicamentos y mantener el Medicare y la Social Security. No sé cómo pueden querer votar a alguien que quiere recuperar una ley para separar la banca tradicional de la banca de inversiones para impedir que la primera se meta en inversiones de alto riesgo. No sé cómo pueden querer votar a alguien que asume que, con la deuda actual, EE.UU. no se va a meter ociosamente en más guerras. No sé cómo pueden querer votar a alguien que asume que ser inmigrante no concede carta blanca y supone aceptar responsabilidades en el país de acogida. No, lo mejor sería haber votado a Hillary, que es casualmente la candidata que quieren todos los facinerosos del establishment y de los círculos de poder y cuya mayor promesa es que todo siga igual (de mal) para la gente corriente. Claro, ella era una candidata cabal, no populista como el adversario. Ella habría roto el techo de cristal de las mujeres, por supuesto, si no fuera porque Hillary tiene de mujer lo que Obama de negro o lo que Bertín Osborne de andaluz… Entre Guatemala y Guatepeor, que queréis que os diga, la opción racional de un trabajador era entonar el “Make America great again!”... P.D.: para interés de los “zurdos” y demás gente de mal vivir, este tema, como muchos otros, sirve para distinguir entre “progres” y rojos. Los “progres” son de izquierdas por cuestiones sociales, dejando inalterados los principios del libre mercado y las injusticias económicas, causantes de las desigualdades sociales. Esto de los principios de libre mercado les trae al pairo, es algo en lo que ni siquiera piensan, puesto que normalmente forman parte de una burguesía que, en lo esencial, tiene la vida resuelta. En cambio, los “rojos”, puestos a elegir el mal menor, veían el verdadero horror en Hillary, y no en Trump. Como dijo el gran Julio Anguita, “la progresía es, ni más ni menos, que el sumidero por donde se han ido las ideas de la izquierda. La progresía es quedarse en la reforma de una serie de aspectos sociales, como los matrimonios homosexuales o las medidas de discriminación positiva de la mujer, mientras que se deja intacta una realidad económica injusta".

4 comentarios:

  1. De acuerdo. Sí pero no. Las medidas de Trump apelan al sistema límbico, son viscerales. Son como Pablo Iglesias(salvando las distancias que son kilométricas en este caso). Nos dicen lo que queremos oír pero no se basan en un verdadero plan posible. Tú puedes cerrar los mercados a las importaciones, vale. Los mercados cerrarán sus propios mercados a tus exportaciones. Lo de los inmigrantes está bien pero me gustaría ver la letra pequeña y cómo lo va hacer. Lo de las guerras chachi, yo también voto. Pero muchos americanos no saben que viven tan bien precisamente gracias a esas guerras y que gran parte de la riqueza de su país se basa en esa industria. Me temo que no nos podemos ilusionar con eso. Pero a ver si hay suerte. En cuanto a la seguridad social también nos gusta escuchar eso. Y lo queremos porque somos europeos. Aunque por lo que he oído decir a los neoliberales más bestias cada vez hay menos trabajadores sosteniendo a más viejos(viven más, los gastos en medicina son más caros, etc.). Yo amo la seguridad social global pero... ¿De donde va a salir el dinero? No es que diga que acabemos con ella. Es que quiero saber de dónde sacaremos el dinero para pagar a nuestros viejos o a nuestros parados. O de donde lo hará Trump. Más que preocupado por Trump ahora tengo curiosidad. Desde luego ya tenemos el por qué le han votado. Me queda claro. En américa votan a los deseos igual que en Europa. Pero luego llega la realidad a tirarlo todo por tierra. Veremos. Saludos

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  2. Lo único que comparten Iglesias y Trump es que van en contra de un supuesto élite político (y en ambos casos con razón. Sinceramente, no veo a Iglesias más populista que la mayoría de los políticos españoles, los del PP y del PSOE primero (hay que decir que en este sentido Ciudadanos, aunque no sería mi partido, parece tener más contenido)- en los 15 años que vivo aquí no me acuerdo nunca haber oído un debate con argumentos sobre una visión, ideología o idea política - solo intercambios e insultos y muchísimos prejuicios. Lo que dijo Susana Díaz tiene cierta verdad. beban de la misma fuente, pero la fuente ha sido llenado por los propios políticos, sra. Díaz incluso.
    Pero bueno, EEUU. Tenía que pensar en 2000 y sobre todo en 2003, cuando quedó totalmente claro que el entonces presidente y candidato a la re-elección GW Bush intelectualmente era un peso superligero y que el todo el mundo estaba asombrado a ver que esos tontos Yankees otra vez eligieron un tío así como presidente. EEUU perdió todo el respecto internacional que tenía hasta el nivel que en alguna conferencia sobre el cambio climático algún país chiquitito les dijó de "get out of our way". Luego también tenía el idea brillante de bajar los impuestos y subir los gastos (que también quiere Trump) que llegó a un déficit record. Le costó Obama casi todo su primer presidencia recuperar el prestigio internacional de EEUU y lo logró solo para ver que ahora el sr. Trump probablemente lo romperá de nuevo. Pero a ver, con las promesas que hizo hacía el clase trabajador blanco, de las minas por ejemplo, que solo puede reabrir si les va a subvencionar, no me parece muy capitalista. Va a dejar a mucha gente muy desilusionada con las promesas que hizo y probablemente no volverán a votar (ni a el ni a nadie) hasta el siguiente populista....lo veremos.
    Un abrazo

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  3. Estoy con Sergio, sí, pero no. Aunque por otros motivos, en el voto a Trump hay mucho voto de "hombre blanco enfadado porque su reino decae", pero también una patada a lo políticamente correcto que blanquea sepulcros, a una casta política incapaz de atar en corto el proceso de la globalización porque están en manos de las multinacionales, mucho mejor organizadas que ellos, puedo entender un voto de rabia que trata de tapar el miedo, pero me preocupa que el único modo de combatirlo sea haciendo lo mismo desde el otro lado.
    Unas sociedades acostumbradas al espectáculo, incapaces de prestar atención a un texto de más de dos líneas, son blanco fácil para quienes buscan un rebaño que guiar aunque sea de lobos con piel de cordero.
    Un saludo

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  4. A mí, lo que más me sorprende del tema, es como en los medios españoles daban por segura la victoria de Hillary hasta prácticamente el día antes de las elecciones. Vaya expertos-visionarios que tenemos. Hasta Rappel lo habría hecho mejor.
    Saludos!
    Borgo.

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