13 de enero de 2015

¡Manda huevos! (o de cómo se puede escribir de pena y aun así ser catedrático de Filología)

...«la convicción de la independencia de la esfera de la hermosura sutil respecto al ámbito de la racionalidad parece resultar convencimiento de cuasi superioridad de aquella sobre ésta»...

Esta joyita (paladeadla despacio... si podéis) la escribe una Sra. (...o Doña) de aspecto respetable, de nombre Blanca Periñán, catedrática ella de Hispánicas en Pisa, miembro correspondiente en Italia de la RAE (según la web http://www.clasicoshispanicos.com/81-blanca-perinan)... 
Alguien debería impedirle empuñar pluma, bolígrafo o ratón antes de que siga haciéndose daño a sí misma o a otros escribiendo (Oño, Bush invadió Irak por menos).

6 comentarios:

  1. Parece que a esta señora se le ha estropeado el cerebro. Y yo que pensaba que leer mucho o escribir te salvaba de estas cosas.

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  2. Y ahora me lo traduce usted...

    ¡manda!

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  3. Estaba pensando hacer según vaya recopilando un top ten de académicos prestigiosos que escriben con el mismo arte de un zapato (pero ese que ya está "porío" por dentro, porque tienes la mala costumbre de ponértelo sin calcetines, y luego chapoteas en los charcos con ellos, y en fin que los usas demasiado y mal, y huelen a descomposición y a montón de hongos, setas y champiñones). Hauss sería otro al que ya he citado.
    Tiene especial delito este caso porque la doña parece haberse especializado en estudiar y criticar creaciones hechas por los maestros tipo Quevedo o Góngora para despertar la risa (incluso dolorosamente): poesía burlesca, sátira, ejercicios de ingenio diversos... Es como dejarle un cuadro de Brueghel (el viejo) a un niño de 3 años con ceras en la mano.
    Gracias por la visita y el comentario a los tres,
    rafarrojas

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  4. Saber y saber contar no son la misma cosa, pero es incluso difícil encontrar tan antagónicas realidades.
    Un beso estudiante y recuerda que tradicionalmente se viene afirmando en las cloacas universitarias que para ser catedrático o catedrática hacen falta tres cosas: tenerse en pie, articular palabras y tener dos amigos en el tribunal y que cumpliendo la última las dos primeras no son imprescindibles, quizás en Italia sea similar.

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Bienvenida sea la libre expresión de ideas... Ahora bien, no necesariamente lo que digas será compartido por mí, ni lo daré por cierto, válido o bueno.
Sin embargo, qué gusto tener gente que acude a mi convocatoria (soy muy simple)