21 de noviembre de 2009

herss.exe y las visitas al blog

Se está convirtiendo en un tic, "visita mi blog". Cuando era joven y buitre, el tic era conseguir el número de teléfono. Al final se convertía en el fin más q en un medio. Llegaba a una fiesta y quería acumular números de teléfono. Más que conseguir a la chica. De hecho, una vez que la chica me había dado su número, me ponía nervioso, quería irme, quería dejarlo en ese momento de final feliz, prueba superada. En el instante de "en el futuro pasarán cosas entre nosotros, cosas de esas q molan,..." Como los espacios de las películas de parejas donde se ve q son felices y conversan, pero no se oye la conversación ni se conoce por tanto la razón de su alegría y su felicidad, pero hay música de fondo que ya lo dice claramente, q son felices....

Ahora, a saber porq´, tengo un nuevo virus en el ordenata. Uno común según he descubierto después: herss.exe, un coñazo como todos los virus, que entre otras cosas te impide ver los archivos ocultos... como él mismo fichero del virus.

Panda ofrece avisarte desde su página web, on-line, si tienes virus. Lo he probado y dice que sí q tengo. Y resulta q también tengo el software de Panda IS instalado en mi ordenata. ¿Para qué si me cuelan virus? ¿Y por qué el Panda de internet puede asegurar "tienes esto, págame y te lo quito" y el Panda de mi pc, por el q pagué para que no me entraran virus, ni reconoce ni quita???

El herss.exe es un troyano, aunque deberían llamarle "caballo de troya" y no "troyano", porque su función es la de este último, entrar en una plaza aparentemente inexpugnable, abrir una puerta de atrás, colarse para matar, saquear, destruir...
Desde luego yo no tengo problemas en ser espiado. Para eso escribo, para ahorrarle a la gente la molestia de tener que espiarme. Déjame q te cuente, limeña. Déjame que te diga, la rosa....
Así q el que me mandó el herss que no lo use para verme los forros de mis entretelas, q me visite el blog en su lugar.
Deseo que mi intimidad sea invadida. Hasta ese punto deseo expresarme, compartir, salir afuera. Hasta ese punto me siento solo.

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