Tras un año y tres meses sin fumar, he vuelto a coger un cigarrito. Una forma de estupidez: la incapacidad de retener lo aprendido. Que no hay "sólo le voy a dar una calada", "Don Juan, Don Juan, la puntita nada más". Que aunque no lo veas, le sigue a la vuelta de la esquina "porque me fume dos cigarrillos no quiere decir que esté realmente fumando", "un paquete es menos que los dos y medio de antes", etc... Uno no se muere a medias. Uno no se tira desde el piso 12 y cuando está por el cuatro piensa "bueno, ya he disfrutado con la sensación, ahora lo dejo". Ojalá. Todos volaríamos un rato de vez en cuando. Lo malo es que volar es tan agradable, abandonarse al aire como si el aire nos fuera a sujetar...
Pero en seguida empiezas a olvidar lo que haces mientras lo haces, porque ¡cómo lo haces continuamente! Sólo eres consciente cuando de repente descubres que sólo tienes una mano y no dos, (y cómo cojo yo esto espera que dejo el cigarrillo o no que cómo lo voy a soltar mira así aguanto la respiración y lo dejo entre los labios o lo apago recién encendido oño rápido que se me mete el humo en el ojo aunque no respire... y etc) o las mil formas diversas de autolesionarse o destruir ropa o enseres con el jodío pito.
En seguida también deja de tener el placer de lo prohibido, el ácido sabor del pecado. Porque sólo los ángeles disfrutan pecando (esto va por S.). Para los demonios pecar es un tic nervioso, un gesto automático, un defecto de fábrica sin alicientes.
Y finalmente en seguida se transforma fumar en el mecanismo de extorsión y saca-cuartos del camello al yonki: casi cuatro euros por 20 momentos de vida que se han pasado sin pena ni gloria.
Yo confío en que me pueda el cutrerío. Que me convenza mi parte tacaña-roñosa impaciente ante tanto gasto: "ni un duro más!"
Una sola cosa más a añadir: tenía hace una semana un catarro eterno que me traía frito. Llegó el tabaco. Se acabó el catarro. A lo mejor ha llegado empujando, avasallando al pobre bacilo de la gripe: "¿tú vas a matarle?... no? ¡Pues entonces no jodas y quita de enmedio, que yo sí!... La tierra -la de la tumba- para el que se la trabaja"
Onions
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Como decían en Twitter con la viñeta de arriba, a lo mejor mi problema es
que tengo demasiada cebolla en mi vida.
¡Buenas semana!
Hace 3 días
¡Jajajaj! Ay, chico, me has recordado a mí, que llevo dejando de fumar meses.
ResponderEliminarLa verdad es que si estoy sola no fumo, yo soy fumadora social, fumo cuando tomo café con las del curro, cuando tengo una cena...
No me veo yo dejándolo del todo, me parece a mí.