Cuando yo era pequeño mi padre me solía decir: "Fíjate! De xxxx (y aquí la cifra) de personas que trabajan en xxx (mi empresa), yo estoy entre los 20 primeros". No me impresionaba. Pocas cosas me impresionaban por entonces. Porque yo creía que eso no era nada comparado con lo lejos, lo alto, lo fuerte que me llevaría mi destino. Destino olímpico.
Tengo un amigo que ha cumplido casi todos sus sueños, o en todo caso está más cerca de alcanzarlos de lo que yo jamás he estado (de lo que la mayoría de nosotros estamos). Es, sin duda, una de las personas más dotadas que he conocido (inteligente no sería una palabra exacta para definirle, aunque todo el mundo que le conoce coincide en afirmar que lo es y mucho).
Es además, como todos los triunfadores, insequible al desaliento (no se sabe si eso es causa o efecto de su éxito) y, a ratos sin proponérselo, inclemente con los que no llegamos a lograrlo.
Él, como todos los que son los amigos y la familia, recuerda todos mis defectos, las anécdotas de mi vida que me pueden poner en mi sitio (¡y éste es tan bajo!). Él, como los amigos íntimos y la familia, no tiene reparos en recordármelas e incluso de sacarlas en una reunión si hago el amago de "sacar los pies del tiesto" y creerme, (¿que sería?), soñarme más grande. Legendario.
Recuerda, por ejemplo, cuando una vez dije hablando de un Premio Cervantes que no era gran cosa, que yo sin duda le superaría.
Entonces me escuchó perplejo (debíamos ser adolescentes, poco más o menos). Y luego se ha reido mil veces a mi costa (sin maldad, pero sin piedad tampoco) de ver cómo no llego ni a las suelas del zapato de aquel que me permití el lujo de despreciar.
Hibris. Definido como orgullo desmedido (del griego hybris). Aprendí esta palabra ayer o anteayer leyendo "Percy Jackson" (de todo se puede aprender, ésta es la prueba).
Hibris era lo que condenó a Ayax Telamonio que, en la tragedia de Sófocles, mataba ovejas creyendo que eran enemigos, y quedaba así en ridículo como primer quijote frente a los ojos de todo el ejército griego en Troya. ("aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.").
Cuando tenía 16 en una redacción para el colegio me planteé mis dos posibles vidas futuras: una era como escritor de éxito, escribiendo en una cabaña aislada en un bosque como lo hiciera Steinbeck preparando "Los Hechos del Rey Arturo y Sus Nobles Caballeros". Hasta allí subía cada cierto tiempo un tipo con provisiones que abandonaba a la puerta. Ésa era la vida del Productor, el escritor de éxito, que vive entregado a su creación.
La otra, que entonces veía excluyente, era la del Hombre que triunfa en el Amor y la Amistad. Formaría una familia ideal, con una mujer que bebería los vientos por mí, que estaría enamorada hasta el extremo (en justa correspondencia con el amor que yo la mostraría), sin dudas, injustificadamente, y luego, también, contaría con uno o dos amigos escogidos, que serían como aquella definición que daba Robin Williams (su personaje) hablando de su hijo en el entierro en Más Allá de los Sueños
["the type of guy that men want to be around for he has integrity, he has character, can't fake that... and he is the kind of guy women want to be around too, cause there is tenderness in him, respect, loyalty, courage... and women respond to that... makes him a terrific husband, this guy,... I've seen him as father, and that is where he really shines,... see? when he looks in his kid's eyes, the kid knows that his dad really sees him, see who he is, and that child knows he is an amazing person...it is quite a guy" (me encanta esa declaración de amor a su hijo, una obra maestra).]
Decía que tendría unos amigos que me querrían con la misma inquebrantable lealtad, con el mismo amor, que me querría mi mujer.... Esa era la vida del que no pasaría a la historia, ni sería el Grandísimo Escritor, pero ni falta que le haría porque viviría Feliz, rodeado de Amor.
Me hice entonces una promesa a mí mismo. Para el 2000, con la llegada de mi 35 (sí, es mi edad real) una de dos: o había alcanzado alguna de estas dos metas alternativas o me suicidaría, tiraría el tablero al suelo, se acabaría la partida para mí. ¿Para qué alargarlo por más tiempo?
A los 35 estaba en paro. (He estado en paro ya casi más tiempo del que he estado trabajando en mi vida activa). A cambio estaba casado con la mujer que había querido desde los 17 (desde que la conocí) y tenía al menos un amigo, quizá dos, a mi lado de los de toda la vida. Por eso, o simplemente por miedo, me dí entonces prórroga. "Las cosas pueden cambiar todavía, puedo llegar más lejos con lo que tengo".
La Amistad, el Amor, siempre lo he creido, no tienen límites.
Desgraciadamente, los amigos (y la mujer), sí. (Que cuente como cita eterna de rafarrojas).
Y no me quejo. Mi mujer me ha querido siempre mucho, muchísimo. Y sé que tengo algunos amigos para los que en determinados momentos he sido muy importante.
Pero eso es a lo más que he llegado.
En cuanto a mi nivel como escritor.... ¿Qué he escrito? ¿y de lo que he escrito, qué he publicado? ¿qué premios he ganado? ¿quién soy, he llegado a ser? Excmo Sr Don Nadie. Dí cualquier escritor, no un Cervantes, cualquiera. Hasta el famosillo que por famosillo publica un libro. Es más escritor que yo.
Hoy me contaba un hombre muy leido cuya opinión respeto que el último cuento que he escrito es la obra de un amateur. Un amateur de 45 tacos, manda huevos! Pero yo no pretendía que escribir fuera un hobby. Se suponía que es mi vocación.
O tal vez mi verdadera vocación, mi verdadero anhelo, haya sido siempre el sexo, y ya está. No el amor, la amistad, la creación, el éxito.... Tal vez, pienso cuando recolecto lo que valoro más entre mis recuerdos, a lo que siempre le he dado importancia, a lo que más tiempo he dedicado, con lo que más vivo me he sentido, era cuando una mujer me daba importancia, por desearme o por quererme.
Tal vez si me hubiera pasado como hijo de jeque árabe follando sin parar todos estos años, o como el protagonista de Atrápalo como Puedas, "hoy con una, mañana con otra, pasado con otra, rubias y morenas, jóvenes sedientas de sexo...", no estaría yo ahora hablando de mi vacío existencial o de mi inutilidad como persona. Eso, aunque entienda que ser sólo Alguien-que-folla no es ser realmente nada, es ser animal sin alma, o humano superficial, vano y prescindible (sí, ya sé esto).
A cambio tampoco en esto he tenido éxito.... Y he sido follador ... amateur, cosechando pequeños premios, diminutos recuerdos de triunfo.Tal vez debería haber buscado ese otro éxito del escritor, para ser alguien más deseable....
Hibris revelada resulta la mayor de las humillaciones, el mayor de los fracasos.
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En la azotea de mi casa pienso en el blog. Estoy fumando de nuevo (pero todavía estoy en la parte del que vuelve a hacerlo, que no quiere reconocerlo y lo hace a escondidas, como verdadero borracho de nicotina). Pienso ahora a menudo en el blog, porque sin nada más que llevarme a la boca, es mi único medio de compartir mis pensamientos con todo el mundo (quizá entonces me amen o al menos me comprendan), mi único contacto con el universo, la gente, el mundo allí afuera. Quiero interesar. Pero habré entonces de ser sincero. Habré de ser tan extremadamente sincero, descarnado, que encienda en los que me oyen al menos el reconocimiento de mis palabras como si fueran propias, como al encontrarse de frente con la pura verdad humana, como ante un espejo, frente a ellos mismos al fin y al cabo. "Esto es un perdedor". La mayoría lo somos (burguesitos míos). E incluso los que no, o los que guardan esperanzas, o los que tienen hibris galopante, respetan aquello como cadáver que pasa en coche frente a su puerta. Un poco de miedo, un poco de asco, un poco de indiferencia.
Me doy cuenta entonces de cuántas veces he hablado con sinceridad de lo solo que estoy, de lo fracasado que soy, de lo pobre hombre que soy... Como una letanía de expiación a tanta hibris que me gastaba. Me humillo yo para que no me humillen ellos, vosotros. Me humillo yo y se reconocerá entonces en ese gesto cierta dignidad de condenado. "Fíjate que no se arredra camino del patíbulo" "Le concederemos entonces que tiene algo de clase". " O de Verdad" (de nuevo).
Todo lo demás existe también, pero es menos cierto. Comics, música, cine, conocimientos varios (y por lo general inútiles) son meras anécdotas, superficiales escapismos. Wikipedismos mezclados con páginas de diario de adolescentes.
La única verdad entonces que tengo, concluyo, tal vez sea esa. Dolor. Pérdida.
Pero pérdida pequeña como yo soy pequeño. Sin significado como yo no lo tengo. Mediocre drama, común tragedia.
Existe la muerte. (Cada vez la oigo mejor, hasta cuando pretendo no escucharla, como si ya viniera hacia aquí desde el fondo).
Onions
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Como decían en Twitter con la viñeta de arriba, a lo mejor mi problema es
que tengo demasiada cebolla en mi vida.
¡Buenas semana!
Hace 3 días
¡Pero bueno! ¿¿Qué nos essstá passsando??
ResponderEliminarDices muchas cosas aquí, y te leo desde hace poco, así que no sé hasta que punto puedo entenderte ya que conozco poco de ti. Así que hablaré en líneas generales.
Yo nunca he sabido cuál es mi vocación, ahora (con casi 30) creo que empiezo a conocerme.
Respecto a los amigos, bienvenido al club de Tengo Uno o Dos y A Veces Parece Que Ni Eso. Y sentir además que cada vez tienes menos cosas en común con tus (2) amigas es un mazazo.
La familia y la pareja. Ah, qué tema. Bueno, la situación económica no ayuda, y llevo tres años retrasando planes de todo tipo. Con eso te lo digo todo.
En definitiva, no sé si es consolador o si leerás esto y te tirarás por la ventana, pero en cualquier caso te planteo mi situación para que veas que ni es muy distinta a la tuya ni parece que vaya a cambiar en los próximos años.
No me preguntes cual es la solución. Desde luego el suicidio no. Siempre queda el sexo.
Me acabas de ver desnudo (en radiografía), pero en seguida me visto con chorradas y otras cosas de la vida diaria. En cierta forma, supongo que debo disculparme por el espectáculo. Lo siento. Pero, oye, me salió así, ayer por la noche. A cambio la vida es larga. Y si no lo hice entonces, tampoco lo voy a hacer ahora. Siempre doy la misma cita de Nietzsche, la de "pensar en el suicidio me ha ayudado a pasar muchas malas noches". Gracias, Pecosa.
ResponderEliminarSi decido tu solución avisa cuando quieras, : )
Venga yaaaaa ¿la muerte?nooooo.
ResponderEliminarMe haces reir con eso de fumar a escondidas,ya somos dos.
Rafa,querido,te hace falta la chispa de la vida,¿donde la dejaste?¿en qué momento la perdiste?
Necesitas que alguien que no sea tu mujer te de autoestima,no sé quizás con un piropo te la levante(la autoestima ¿eh?):eres un gran escritor.Creo que esto no anima.
Estás más gueno que un buñuelo mojao en chocolate.Consideralo un halago porque no puedo comer chocolate.
Un besito y buen finde.
O por lo menos intenta que así sea.
Hola, S.
ResponderEliminarNo puedes comer chocolate porque yo me lo he comido todo. Y ahora mismo voy a por una Coca (la chispa de la vida).
Besos.
Rafa, no creo que nadie se salve de los momentos en los que se toma cuenta de la propia inutilidad, de la de momentos desperdiciados y tiempo empleado en asuntos demasiado mundanos.
ResponderEliminarPero creo que es mucho más constructivo que, cuando estés inmerso en esa congoja, aproveches para remediarlo y crear en positivo y no dar rienda suelta a palabras como estas que a la larga no van a servir para aumentar tu corpus de novelas, relatos, drama..
Un abrazo :)
Silencio respetuoso.
ResponderEliminarSin duda descarnado, sincero, un post a corazón abierto, menos mal que leo en una de tus respuestas que la tormenta ha pasado. Esta tormenta, al menos. Posiblemente volcar todo esto haya hecho que amaine, así que se puede considerar una buena terapia (si encima lo escribes tan bien), pero tampoco es plan de regodearse en el propio dolor, digo yo, cosa que casi todos hacemos a menudo, por otra parte. Perderdor es el que ya ha perdido. Y a tí te queda un buen camino por recorrer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Ripser, Greed.
ResponderEliminarNo creo que entre dentro de la categoría de hibris enorgullecerse de conoceros. He tenido la suerte además de hacerlo cuando aún no habéis ganado ese Cervantes, o ese Nobel, al que yo aspiraba... Luego será difícil acercarse cuando millones de tías desnudas os rodeen gritando "queremos un hijo vuestro!" (difícil, pero agradable)
Hola, Theodore. Tienes toda la razón del mundo, me he permitido un rato de autoconmiseración (me permito muchos now and then). Pienso recorrer ese camino porque sé que en breve llegará el ciclo alcista, el de "¿quién dijo miedo?" y "hasta el infinito y más allá". Y me sentiré feliz si estás cerca. Gracias por tus palabras: son las que diría un tipo estupendo.
Speechless
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