11 de noviembre de 2018

Proficiency, la cultura inglesa y la "cultura inglesa" (la asquerosa propaganda intencionada llamada Leyenda Negra)

Pozí.
Vamos a por un titulito para no tener que recibir caras de incredulidad cuando dices que hablas el otro idioma. Mire, usté, q tengo un certificado suyo diciendo que sí y que soy guay y muy cool.
Sólo la forma y modo, el criterio q se usa para valorar la competencia en ese idioma merecería una entrada del blog. ¿Bilingüe? nadie lo es, salvo que sepa pronunciar nombres propios q no conoce en el otro idioma (yo sigo pensando en Yeims Estiguar, cuando veo a James Stewart, aunq ahora ya he aprendido q lo auténtico es pronunciarlo Yimi Stuart).
Pero no quería hablar de eso, ni quería enrollarme (siempre este ansia repentino de contar algo q me ha gritado dentro del cerebro de pronto).
Me encanta el inglés: cómo suena, cómo se escribe... Y me encanta estar en el secreto de su uso, q sólo eso proporciona palmadita y caricia al snob bobo que llevo dentro.
Más: soy un colonizado, totalmente, por la cultura anglosajona. Prefiero leer a Shakespeare que a Buero Vallejo, y he llorado con Tolkien como jamás lo he conseguido con (a ver quién digo, para mantenerme en la épica) ...¿Guillén de Castro? (seguro que luego se me ocurre alguien mejor).
Y ya no hablemos de música, cine, comics (bueno, en estos últimos hay grandes, tan grandes como los otros, si no más... oño, Ibáñez o Vázquez, por decir dos).

Pero luego hay otra cosa, esa colección de malicias y miserias que hacen a Inglaterra (concretamente a este país) convertirse ante mis ojos en esa "Pérfida Albión" de la que hablaban los antiguos. Cuando oigo la forma en que manipulan y tergiversan cualquier información sobre España (mi precioso país, nación, pueblo,... llámalo como quieras), jodó como me despiertan la mala leche.
Un ejemplo en el que he caido por casualidad, hace dos segundos. Consulto la Enciclopedia británica on-line buscando un detalle sobre los primeros editores, que en eso como en muchas otras cosas, los británicos lo hicieron bien, o mejor, o antes. Y me encuentro esto, entremezclado con la información de la entrada:

"Conquerors or usurpers wishing to destroy a people’s heritage have often burned its books, as did Shih Huang-ti in China in 213 bc, the Spaniards in Mexico in 1520, and the Nazis in the 1930s."
 (https://www.britannica.com/topic/publishing)

¡QUÉ HIJOSDEPUTA! 
Lo siento, no puedo evitarlo. Por mucho que ame desde Beowulf a Tolkien, a Sherlock, a Robin Hood, al Rey Arturo.... a Gustav Holst, a Delius, a Vaughan Williams.... Berkeley o Russell, Turner o JW Waterhouse, Locke (joder, podría seguir un rato largo con mis afectos de fan total).... 
¡Hace falta ser miserable para dejar caer así, al paso, como quien no quiere la cosa, esta mierda sobre nuestras cabezas!
Porque, y ahí está la cosa, no es que niegue las barbaridades cometidas por nuestros antepasados, y podría además defender que luego fuimos nosotros, los españoles, quienes desarrollamos justo todo lo contrario (Vitoria, de las Casas), la idea de proteger y defender los derechos que previamente habíamos pisoteado. No diré tampoco nada sobre que es pasado, and let the bygones be bygones, y no deberíamos vivir pagando el pecado de nuestros (bisabisabisabisabisa)buelos. 

Es que lo que no cuentan, lo que no dicen, inmediatamente esos redactores cutres, es el equivalente sobre lo que SU PAÍS hizo, ha hecho (a ratos, sigue haciendo... basta pensar en la participación de la City en la debacle del sistema financiero de hace ná). Lo que hicieron ellos en las colonias del Norte, los indios a los que masacraron un siglo más tarde, los negros a los que esclavizaron, etc... bueno, y en las colonias de Imperio en general. 
Paja en el ojo ajeno, y omiten viga en el propio.
Propaganda lesiva, tramposa, medias verdades (las suyas quedan ocultas como la que compararía nuestros barcos perdidos de la Armada Invencible con la inmensa derrota que sufrieron los suyos en Cartagena de Indias, que luego su rey prohibió - sí, directamente prohibió- hablar del tema nunca más). 
El periodista que llevo dentro (tan gordo como mi snob o mi enamorado de la cultura -de verdad - anglosajona) se retuerce ante tanta vileza, parcialidad, despreciable tendenciosidad. 
Miraré un poco mi biblioteca llena de joyas en inglés, hablaré mañana con mi encantadora profe de inglés, a ver si consigo limpiarme el asquito, la mugre de ira que me provocan lo que ahora mismo acabo de leer (de leerles), que no es buena para mí y ya lo dice ese tópico de las pelis americanas "no, no: si hiciera eso ahora, mentir como bellaco, falsear, trampear, si siguiera por ese camino acabaría siendo como aquel al que odio"... Y odio esa propaganda que crea prejuicios universales. Nuff said