27 de septiembre de 2015

LO QUE ES, ES ... MANQUE PIERDA (reflexiones sobre Cataluña)

Estoy viendo los resultados de Cataluña...
Es más, estoy oyendo las valoraciones sobre los resultados.

Y varias reflexiones propias:
1º No sé  UNA VEZ MÁS porqué no se dicen las cosas como son. Para mí los datos cantan.
- Ha sido un plebiscito?
-¡Por supuesto que sí!!!!
- ¿Y cuál ha sido el resultado del plebiscito?
- Que mayoritariamente se ha votado a la opción de los que se quieren independizar. Han triunfado. Es innegable. Es lo que es.
Puedo opinar particularmente (con o sin motivo, igual que se siente con o sin motivo el deseo de separarse) que Artur Mas es el gilipollas más grande del mundo, puedo odiar ver su cara, su sonrisa conejil, su forma de moverse....
Pero ha ganado. Lo que es, es.

Da lo mismo que su anterior partido CIU ya no exista como tal, que la porción de Convergencia se haya visto reducida y descienda, que Unión haya salido del mapa....
Si yo fuera ese individuo para mí asqueroso, Artur Mas, me sentiría igualmente feliz, porque ha quedado claro que la mayoría de los votantes de Cataluña apoyan la idea de un proceso constituyente, el plan para comenzar a ver cómo se separan. Es así, me guste o no, me ponga como me ponga.

Odio el nacionalismo, pero si gana, gana. Aceptémoslo. Y comportémonos civilizada, democráticamente: tenemos que permitir que si quieren separarse, se separen. O más exactamente, hay que permitir que AHORA SÍ se haga la pregunta sin más ni más: ¿Quiere usted separarse? ¿De veras?
Se podrá discutir cómo, pero lo de si "es anticonstitucional" o no, ¡me la suda! Se la debería sudar a todos, porque: La democracia YA HA HABLADO.
Había Juntos por el sí, y luego un no que era de derechas, de izquierdas, de mi ombligo, del tuyo....  Tal vez habría sido mejor no negar que hubiera un plebiscito y montar un Juntos por el No. Tarde ya, anyway.

Me veo, me siento, como el marido al que le dice la mujer: "No quiero seguir contigo". Puedo intentar convencerla de que sigamos juntos. Pero si sigue diciendo que no, ¿cómo podría en justicia, siendo un tío como es debido, negarle su libertad? No desde luego con amenazas o miedos o.... Lo que es,es.
¿Cómo me siento? Jodido, muy jodido. España se hace más pequeña, más triste, más oscura.
Si fuera yo catalán independentista, sin embargo, estaría feliz y esperanzado (me estuviera equivocando o no, es cosa mía, diría como independentista).
Lo que es, es. 

¿Sin rencor? Ahora mismo no puedo decirlo. No me siento capaz de ser tan guay, ni tan imparcial. Siento la misma rabia, frustración, tristeza del marido QUE ESTÁ ENAMORADO DE SU MUJER PERO PARA LO QUE LE SIRVE...! Soy humano, y aunque sigo queriendo a Cataluña, sintiéndome  parte catalán sin serlo en absoluto (me aseguran los del otro lado), estoy rebotado, me han hecho un feo, el desprecio definitivo...
Mi yo civilizado dice que no se debe hacer nada contra ellos, nada en absoluto, ninguna revancha, ninguna forma de mezquindad...
Pero, por otra parte mi yo, el que se siente jodido (humillado, tal vez sea la palabra, desechado como un kleenex) desea, como desearía el marido puesto de patitas en la calle, que se entere ahora de lo que vale un peine... ¿en euros o en moneda catalana? 
Pero lo que es, es. Han ganado. A mí sólo me toca y me queda joderme y aguantar lo peor que podía pasar en mi opinión.
Porque la verdad es que el separatismo ha ganado. ¡Que no digan otra cosa, que no lo nieguen, que no discutan por un tecnicismo! Es una forma de negación que me crispa. Los datos son los que son. Y tienen derecho a ser libres, malque me pese.

Y podría añadir: a esto se llega cuando permitimos que el dinero de todos se vaya a pagar embajadas catalanas, anuncios de independencia, tele que defiende el separatismo...

Lo peor no es el que yo supongo gilipollas de Mas. Lo peor es perder a gente que merece todo mi respeto, como Oriol Junqueras, un tío listo, razonable, un buen hombre parece, que no quiere "ajuntar" como decíamos de pequeños. 
Por él y porque lo dice un montón de gente que vive en Cataluña hay que decirles que bueno, que vale, que ok, que si es lo que quieren....
Eso no quita que me sienta infinitamente triste. Jodido es más exacto.

5 de septiembre de 2015

El cuento del amor

 (la imagen, por si no se lee, de Internet, de www.tuentifotos.com)


Hay quien dice que el amor es cuento.
Y es cierto.
O no. Es una novela.
Acabo de terminar otro capítulo, otro aniversario con mi chica, y estando "haciendo el perrillo", esto es, tirado en la cama cuando ya hemos amanecido pero nos resistimos a abandonar el hueco que hicieron nuestros cuerpos en la almohada y remoloneamos mirando el sol que empuja, la tarea que aguarda, el perro que sabe que estamos ya despiertos y no piensa renunciar a su derecho inalienable de mear y cagar (los pedos, sólo en casa, en el salón para ser más exactos)... estando en esas, me dí cuenta de que mi relación (nuestra relación pero sólo desde mi lado) se parecía mucho a esas novelas propias que tengo en la cabeza revoloteando, sin acabar de nacer... En mi mente, el argumento está claro. Es esto y lo otro. Y lo saboreo como pensamiento agradable, como historia feliz. Se parece a una alfombra roja enrollada, porque en principio se la ve como un todo, compacto, dispuesto a ser desarrollada, desenrrollada, y entonces permitirá el paso glorioso del autor y luego de sus fans o de los fotógrafos que vienen a sacarle instantáneas al autor y los fans, y un señor de bigote que iba a su casa y le pilló el sarao en medio ocupando la calle y por algún lado tendrá que pasar, vamos, digo yo!
Pero lo mismo si desenrrollas la alfombra descubres entonces que no está completa ni mucho menos, que después de los primeros dobleces el dibujo se pierde, porque nadie tejió allí motivo alguno (como no se veía...!).
Así la novela que no se escribe, que no se escribió nunca, en el cerebro es como luz de cerilla en cueva, que parece potentísima porque ilumina la oscuridad más inmensa, pero cuando sale de ella es fácil que ni nos demos cuenta que está encendida, o se apagará al primer soplo de viento (como suele ocurrir cuando quieres encender el calentador un día de invierno y mecagüen que ni a tiros, mierdacerilla!).
Y el amor que siento por mi chica, expresión de los purricientos siglos o días que llevamos juntos, es argumento épico lírico bucólico cómico (nunca trágico, porque no sé quién dijo que la tragedia está a la misma altura que la comedia, que el drama sirve para algo, sino para encorajinarse y cagarseenlasmuelastoas del que la creo, que la vida ya tiene de sobra con esa y necesita más de su contrario, la feliz, la cachonda, la de risa y sonrisa, como se necesitan árboles para producir aire puro y oxígeno para el alma).
Argumento que paladeas como historia en la cabeza, pero que necesita ser desarrollado, necesita acción y aventura, sucesos, y no vale solo con el título, aunque el título sea cojonudo y las primeras líneas atrapen al ideador.
No es suficiente con decirse Te quiero doscientas cuarenta veces al día (sale a 10 por hora, pero más rápido, como coche cruzando paso de cebra que a veces para y a veces no).
Tienes que darle cuerpo, existencia, al argumento tan chulo que tienes en la imaginación.
Porque si no, ¡vaya mierda de cuento! y eso te pasa por vago....

Mi mujer es de las poquísimas personas que me felicitaron por mi cumple. Unos cuantos millones de "amigos" en erfeisbúdeloscohone' y ni un solo saludo en el muro, recordando mi cumpleaños y nuestra supuesta amistad. No somos nadie. Pero nadie de nadie (para nadie).
Y para unos, muy poquitos, soy un poquito (eso también es cierto).
Sólo para mi socia, compañera, prenda, alma en prenda, aquella de la que estoy prendado, mi churri (mi guarri), mi mujer, que hizo lo que pudo, hace lo que puede, para que mi vida sea todos los días cumpleaños y aniversario, y a ratos y a mi pesar (q soy quejica y pesimista y como Dostoievsky o Bukovski un deprimío crónico, un cínico a palos, un derrotado) lo consigue. Sólo ella lo consigue.
Así que bien merece que me siente y que escriba nuestra novela, que plante el culo en la silla y me exprima el coco para darle diálogos y movimiento y risas de verdad a esa historia nuestra (no como en las películas baratas, donde sustituyen el proceso de enamoramiento-enamoración por musiquilla e imágenes de los dos riendo, pero dudo que digan nada en realidad porque como hay música no han tenido que aprenderse guión y el guionista se ha tocado los huevos un rato y ha dicho: "y aquí musiquilla y se les ve a ellos riéndose como si compartieran una broma genial y que quede claro que se lo pasan guay juntos...".

Otros cuentos, que tampoco se escriben, y menos mal, son las fantasías de salidez, que esas también hacen salir sonrisas cuando se ven en la cabeza o levantar algo que no es el espíritu pero tal vez a ratos sí la esencia... Nunca, por la cuenta que nos trae, debemos desarrollar esos cuentos, digo yo, si queremos seguir cumpliendo los otros aniversarios, jajajaja.

Un saludo al vacío

4 de septiembre de 2015

VIALIVRE, una empresa portuguesa de autopistas que da un nuevo paso en la senda del capitalismo más cachondo

Acabo de recibir una carta de estos genios del management, ViaLivre, firmada por su Director Gral, de nombre -garabato- (¿por qué va a molestarse en poner su nombre cuando es el cargo el que cuenta?).
Es la respuesta a una reclamación que puse en Portugal este verano.
Había atravesado Portugal en coche desde Galicia hasta Andalucía... Elegí ir por autopista, que ya era bastante largo el viaje para andarse con regateos. Sale un pico: así a ojo, unos treinta y tantos, cuarenta leuritos (quizá más; es lo que tienen las tarjetas, que no te enteras hasta que es demasiado tarde).
Justo antes de llegar al Sur, paré en una gasolinera y allí me eché una charla de ésas que surgen ocasionales y repentinas con un compatriota español que también iba de camino. "Cuidado cuando tires hacia España desde Faro", me dijo, "hay una autopista donde no hay cabinas para cobrar, tienes que pararte tú en una gasolinera para abonar el viaje". "¿Cómo?". "Sí, un amigo mío, camionero, que hacía ese trayecto con frecuencia se encontró de pronto con una deuda importante con recargo un buen día en el correo de su casa, por haber pasado por allí sin pagar" "Qué me dices? Entonces, ¿está indicado o no que hay que pagar? ¿y dónde?" "Hay carteles que dicen cuánto, pero no dónde. Según vayas andando, verás una gasolinera de Tal (ésa no) y luego más adelante otra de Cual. Párate allí, le dices al de la gasolinera que vas por la autopista, desde qué kilómetro y sueltas la pasta".
Efectivamente después de pagar en la última cabina el equivalente al salario medio mensual de un operario de país en vías de desarrollo (...y que alguna vez alguien dijera que mejor autopista que autovía!... 'tamos locos o qué?), descubrí que allí no había ya cabinas, sólo carretera y manta.
Como soy un pringa'o cumplidor de la ley y no quería que pensaran que los españoles intentamos no pagar estuve pendiente de esa puñetera estación de servicio donde supuestamente tenía que dar el dinero de la tarifa. La encontré, pagué como unos 12 euros e inmediatamente pedí el libro de reclamaciones: Porque pagar, claro que pago, pero el derecho al pataleo no me lo quita nadie!
El chaval que me atendió no se lo quería creer. Por cierto que qué tío más sieso! A mí me encantan en general los portugueses. Todos los que he tratado, y han sido unos cuántos, me han hecho desear que los españoles fuéramos un poco más como ellos, así de trabajadores y serios, y sencillos y buena gente.
Bueno, pues si mis prejuicios eran positivos hacia los portugueses, el del pollo de gasolinera que me facilitó el libro de reclamaciones parecían ser negativos hacia los españoles... O quizá me equivoque y era solo hacia mí, que no le gustaba mi cara, o mi petición que le hacía currar de más. O hacia el mundo en general por ser un trabajador con tan mal horario y tan poco qué hacer. O que sentía esa soberbia del cobrador, del recaudor hacia quien tienes deuda, o yo qué sé. Lo dicho, un cretino.
Mi reclamación era más queja y aviso a la empresa para que rectificara ese sistema tan mierdero, que hace recaer en el usuario la obligación, ya no sólo de pagar por el uso (como es justo y necesario), sino de buscar dónde, saber cómo... sólo les faltaba quedarse en casa, y mandar al viandante de la autopista a pagar su tarifa a casa del Excmo Sr -garabato-, Director General de ViaLivre.
La carta que ahora he recibido dice básicamente que es cosa mía informarme, que es cosa mía pagar, que es mi problema y no el suyo, que ellos no son culpables, pío pío, que lo sienten y luego firman con un garabato subtitulado de cargo excelso para que quede claro que ya han cumplido.
Manda huevos.

Es, creo, un ejemplo práctico de un nuevo fistropecadol capitalismo. En el burguer nos hacen limpiar por ellos y recoger la mesa que usamos. Ahora los de las autopistas portuguesas establecen que es cosa de todos (menos ellos) recaudar el dinero y entregarlo en donde les venga mejor. ¿Por qué tienen que pagar ellos por mantener cabinas o por darles un sueldo a unos señores para que atiendan peajes? Faltaría más! Y encima voy y me quejo... ¿dónde vamos a ir a parar? (eso, diga dónde y luego pásese por mi casa por usar la autopista para llegar allí)