5 de septiembre de 2015

El cuento del amor

 (la imagen, por si no se lee, de Internet, de www.tuentifotos.com)


Hay quien dice que el amor es cuento.
Y es cierto.
O no. Es una novela.
Acabo de terminar otro capítulo, otro aniversario con mi chica, y estando "haciendo el perrillo", esto es, tirado en la cama cuando ya hemos amanecido pero nos resistimos a abandonar el hueco que hicieron nuestros cuerpos en la almohada y remoloneamos mirando el sol que empuja, la tarea que aguarda, el perro que sabe que estamos ya despiertos y no piensa renunciar a su derecho inalienable de mear y cagar (los pedos, sólo en casa, en el salón para ser más exactos)... estando en esas, me dí cuenta de que mi relación (nuestra relación pero sólo desde mi lado) se parecía mucho a esas novelas propias que tengo en la cabeza revoloteando, sin acabar de nacer... En mi mente, el argumento está claro. Es esto y lo otro. Y lo saboreo como pensamiento agradable, como historia feliz. Se parece a una alfombra roja enrollada, porque en principio se la ve como un todo, compacto, dispuesto a ser desarrollada, desenrrollada, y entonces permitirá el paso glorioso del autor y luego de sus fans o de los fotógrafos que vienen a sacarle instantáneas al autor y los fans, y un señor de bigote que iba a su casa y le pilló el sarao en medio ocupando la calle y por algún lado tendrá que pasar, vamos, digo yo!
Pero lo mismo si desenrrollas la alfombra descubres entonces que no está completa ni mucho menos, que después de los primeros dobleces el dibujo se pierde, porque nadie tejió allí motivo alguno (como no se veía...!).
Así la novela que no se escribe, que no se escribió nunca, en el cerebro es como luz de cerilla en cueva, que parece potentísima porque ilumina la oscuridad más inmensa, pero cuando sale de ella es fácil que ni nos demos cuenta que está encendida, o se apagará al primer soplo de viento (como suele ocurrir cuando quieres encender el calentador un día de invierno y mecagüen que ni a tiros, mierdacerilla!).
Y el amor que siento por mi chica, expresión de los purricientos siglos o días que llevamos juntos, es argumento épico lírico bucólico cómico (nunca trágico, porque no sé quién dijo que la tragedia está a la misma altura que la comedia, que el drama sirve para algo, sino para encorajinarse y cagarseenlasmuelastoas del que la creo, que la vida ya tiene de sobra con esa y necesita más de su contrario, la feliz, la cachonda, la de risa y sonrisa, como se necesitan árboles para producir aire puro y oxígeno para el alma).
Argumento que paladeas como historia en la cabeza, pero que necesita ser desarrollado, necesita acción y aventura, sucesos, y no vale solo con el título, aunque el título sea cojonudo y las primeras líneas atrapen al ideador.
No es suficiente con decirse Te quiero doscientas cuarenta veces al día (sale a 10 por hora, pero más rápido, como coche cruzando paso de cebra que a veces para y a veces no).
Tienes que darle cuerpo, existencia, al argumento tan chulo que tienes en la imaginación.
Porque si no, ¡vaya mierda de cuento! y eso te pasa por vago....

Mi mujer es de las poquísimas personas que me felicitaron por mi cumple. Unos cuantos millones de "amigos" en erfeisbúdeloscohone' y ni un solo saludo en el muro, recordando mi cumpleaños y nuestra supuesta amistad. No somos nadie. Pero nadie de nadie (para nadie).
Y para unos, muy poquitos, soy un poquito (eso también es cierto).
Sólo para mi socia, compañera, prenda, alma en prenda, aquella de la que estoy prendado, mi churri (mi guarri), mi mujer, que hizo lo que pudo, hace lo que puede, para que mi vida sea todos los días cumpleaños y aniversario, y a ratos y a mi pesar (q soy quejica y pesimista y como Dostoievsky o Bukovski un deprimío crónico, un cínico a palos, un derrotado) lo consigue. Sólo ella lo consigue.
Así que bien merece que me siente y que escriba nuestra novela, que plante el culo en la silla y me exprima el coco para darle diálogos y movimiento y risas de verdad a esa historia nuestra (no como en las películas baratas, donde sustituyen el proceso de enamoramiento-enamoración por musiquilla e imágenes de los dos riendo, pero dudo que digan nada en realidad porque como hay música no han tenido que aprenderse guión y el guionista se ha tocado los huevos un rato y ha dicho: "y aquí musiquilla y se les ve a ellos riéndose como si compartieran una broma genial y que quede claro que se lo pasan guay juntos...".

Otros cuentos, que tampoco se escriben, y menos mal, son las fantasías de salidez, que esas también hacen salir sonrisas cuando se ven en la cabeza o levantar algo que no es el espíritu pero tal vez a ratos sí la esencia... Nunca, por la cuenta que nos trae, debemos desarrollar esos cuentos, digo yo, si queremos seguir cumpliendo los otros aniversarios, jajajaja.

Un saludo al vacío

3 comentarios:

  1. Es difícil escribir esa novela desde la pereza masculina. Las mujeres se toman las relaciones más en serio. Ellas escriben obras completas y las interpretan y en general hacen mucho más que nosotros. A nosotros los años nos hacen más amigos del sofá y la tele y el gruñido a la hora de salir a la calle que otra cosa. Pero tu esfuerzo es encomiable. A ver si se me contagia y hago lo mismo. Creo que estoy en ello. Cuando se quiere de verdad... Saludos desde un lugar de la costa mediterránea y unas vacaciones que no aún no se me acaban. Y un acceso a internet restringido pero doblemente apreciado.

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  2. Felicidades con retraso, pero todo sea para que decidas espabilarte y te atrevas a tirar de esa alfombra.
    Un beso y felicidades también por esa compañera, si está a tu lado, sin duda es que lo mereces

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  3. Yo también espero esa novela. Yo estoy preparando la mía pero en formato "Novela gráfica" es que mis relaciones tienen bastante de cómic.
    Saludos!
    Borgo.

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