13 de diciembre de 2010

el profesor

Miraba a sus niños, desalentado.
No aprenderían nunca. Sobre todo porque no les importaba no hacerlo. Nadie les había obligado nunca a hacerlo. Algunos creían que sí, que sus padres les habían echado broncas y les habían quitado la wii ayer y con eso ya se cubría el expediente.
Una chica había agotado su disposición haciendo el ejercicio mal. Ahora quería nota, porque "lo había hecho". El profesor la miraba en el extremo de la incredulidad.
"No es justo", afirmaba ella. "Lo he hecho. Aquí está!"
"Sí, pero mal", contestaba él cada vez más débilmente. Podía entender lo que ella sentía como una injusticia. Nadie más se había tomado esas mismas molestias.
"Me quita las ganas de hacer las cosas", contestó ella dolida. Y él, que se encontraba en la misma situación, sin deseos ya de cumplir con su tarea, sentía crecer en su interior un grito como el que daría un animal atrapado en un cepo.
Ayer les explicó que de todo el tema que estaban viendo sólo les iba a preguntar una cosa. Una palabra: "Agua". Como si la educación hubiera tomado rumbos de homeopatía, como si una sola palabra, un concepto aislado, tuviera en él todo el conocimiento de una ciencia.
"No entiendo la pregunta"
"Aire"
"Casi, es una palabra parecida... Empieza por la misma letra"
"Avión"
"Amoto"
"La usáis todos los días para ducharos"
"Yo no me ducho"
"Manuel no se ducha porque es un guarro"
(risas)
El profesor mira al futuro frente a él, dudando de su existencia. Se pregunta qué ocurrirá dentro de 20 años, de 30, de 40, cuando no quede en el mundo una sola palabra, una sola, que explique algo, que sirva para algo. El mundo no se acabará con una bomba atómica o miles. Se ha acabado ya en aquella aula. Ha muerto la curiosidad, el trabajo, la duda.
Los nuevos niños le devuelven la mirada, satisfechos consigo mismos, lamiéndose displicentes, masticando un chicle.
Animalitos.

5 comentarios:

  1. Yo he sido la que ha puesto "de suicidio" en tu entrada. Y no por la entrada en sí, que ha sido muy interesante; sinó por lo que comentas en ella. Es así: prácticamente ha muerto la curiosidad, base del aprendizaje. Miedo da pensar en qué ocurrirá dentro de 20 años, de 30, de 40.

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  2. Sí, a veces mirar a según qué adolescentes da miedito...

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