...Y es fundamental que duermas sobre el lado izquierdo de la cara,
apretada contra la almohada hasta que se marquen en ella los pliegues de la tela
como sello grabado de pase,
hasta que se caliente, como si fuera tu cabeza entera una olla para cocer el sueño,
y que entonces dejes escapar tus pensamientos como aves en vuelo,
ideas peregrinas
que no van al sur ni al norte, ni al este ni al oeste,
sólo disfrutan de su tocata y fuga barrocas,
aéreos pasajes en cascada,
déjalos escapar como río que pasa,
agua que empuja agua que empuja agua que empuja agua sin conciencia ni tregua,
como tren del que atisbas a través de una ventana un momento rostros,
hermosos o feos, pasajeros.
No intentes perturbar el escenario afirmando entonces que existes y mereces un nombre:
¿quieres acaso tener éxito y ser solo, ego que explota y llena todo hasta que no existe
otra cosa?
Calla y escucha.
Tu subconsciente habla constantemente, muy bajito, apenas audible
como quien habla para nadie, para sí mismo, sin saber que está hablando.
Y entre las cosas que dice, locuras y verdades,
mezclado lo nimio y lo importante,
los tesoros soterrados bajo montañas de basura
porque para él tiene todo la misma importancia.
Es el Universo entero antes de querer explicarse, de darse leyes y orden,
que vive en el sueño. Vive huyendo, huidizo, en clandestinidad y como fantasma.
¿No quieres verlo?
El sueño vale más que la realidad.
No tiene cifras, ni letras, ni nombres, ni puede ser apilado.
No puedes poseerlo, pero a cambio
te forma sin forma, eterno, comparte contigo misterios y secretos
nunca de otra forma revelados.
Duerme. La vigilia es la fotografía del turista
que ha renunciado a vivir la experiencia, a comprender, y se conforma con un recuerdo, robarlo, sin hacerlo suyo, llevarlo dentro.
(qué orgulloso está, qué tonto
el burgués, presumiendo de tener lo que no es de nadie)
La realidad es viñeta con límites, cárcel de brillantes colores,
jaula de oro (o plata o estaño o mica o plomo).
El sueño, el espacio infinito donde perderse, explorando.
¿Qué más da que no seas importante, que no lo controles,
que apenas se te note?
A cambio, serás libre de ir y venir con todo, como todo,
creando, creándote continuamente.
¿Quién sabe donde?
-
¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 2 días
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