La Junta dice: "me vales tú, Gustavo de Básica, graduado escolar..." A estas alturas dudo que alguien se crea eso tampoco: lo que había allí reunido eran personas con licenciatura... En unos minutos de charla chorra con los de al lado, por eso de "misery loves company", descubrí que los que tenía al lado eran Ingenieros de Montes, gente de Políticas, de Periodismo, de Derecho.... Para lo que nos han servido nuestras carreras...
Y llegas al temario, que en teoría son 16 temas o así... Es cosa asequible, diría cualquiera. Lo que no saben los que dicen eso es que esos 16 temas son agujeros negros del conocimiento, atraen toda suerte de leyes y reglamentos, todo tipo de normas, regulaciones y manuales.... Y se puede preguntar cualquier cosa sobre cualquiera de ellos. El número de un artículo cualquiera, la letra exacta de la ley.
Por eso la gente se apunta a academias y se compra manuales en vez de estudiar directamente las leyes. No porque quieran saber que opina Entrena Cuesta sobre el acto administrativo o para conocer los orígenes históricos del constitucionalismo (eso es paja que llena esas hojas que luego venden las academias)... Es porque reconocen que no saben qué tienen que saber para aprobar.
El acceso a un puesto público se rige por los principios de igualdad, mérito, capacidad.... y suerte.
Ya puestos, ¿por qué no sacan en un sorteo las bolas de los nombres: "este año aprobarán aquellos cuyo apellido empiece por R"...?
Muchas de las preguntas que se hacen en los examenes no se corresponden con ninguna información útil. A saber: "cuál es la extensión de un fichero de Microsoft Access?". A lo que cabe responder, ´¿y qué más da?, basta con hacer doble click para que se abra con el programa, y si no se abre es porque no tienes el software para abrirlo porque no trabajas con él, y si ya estás trabajando con él, ´qué más te da cuáles sean los nombres que le asigne Bill Gates para guardarlo? Er jodío Bill Gates que controla el mundo y la Administración de la Junta.
Vamos ahora a hablar de lo que hay que meterse entre pecho y espalda, algunas de esas cosillas que hacen de España y Andalucía faros de civilidad, espejos de virtudes...
Las nuevas leyes del Gobierno y la Administración de la Junta (que llevar más de 2 años preparando las oposiciones no garantiza que no te sorprendan los padres de la patria con legislación nueva de un año atrás). Somos tan mega-super-guays que no usamos lenguaje sexista, sino una nueva lengua que recuerda levemente al castellano, pero que la excede en longitud y estupidez: "Las personas miembros del Consejo", "la persona titular de la Consejería"...porque claro, "invisibilizamos" a las mujeres si decimos el Consejero... ¿Y por qué se tienen que sentir más visibles en palabras como "el profesorado" que es masculina que en "los profesores"? y por el otro lado, ¿seré yo ahora "periodisto"? ¿por qué "Consejería" y no "Consejerío"?...
Como decía Reverte: "¡manta de mentecatos! (y mentecatas)"...
Y vamos con otras de mis favoritas, las leyes de igualdad... ¿Por qué no se ponen de acuerdo sobre los términos que van a usar Estado y CCAA: lo que a nivel estatal es "presencia equilibrada", a nivel autonómico es "representación equilibrada"? ¿"Hurto" es "hurto" en todas partes o las leyes de desarrollo autonómicas van a dedicarse a cambiar los términos para definir los mismos actos? Sugiero, pues, que en las leyes andaluzas, se escriba "la carrera judiciá" que al menos responde al acento autóctono.... Y la Junta recuerda a aquel plasta que interrumpe al que hace la encuesta por la calle, diciendo "yo, yo"... y cuando finalmente se le da la voz dice "yo... lo mismo que mi compañero".... ¿Qué aportan las leyes andaluzas con respecto a las estatales? ¿O es sólo por acabar diciendo "yo... lo mismo"? Y aparte, ¿de qué van esas leyes?: Hay que ser buenos... se impulsará que seamos buenos... se fomentará la bondad.... los poderes públicos velarán porque todos seamos buenos.... Y luego por eso de racionalizar y vigilar para que no se produzca gigantismos en la Administración, vamos a crear muchos puestos nuevos y nuevos órganos cuya función sea transmitir la buena nueva, muchos nuevos señores y señoras para decir que hay que decir Señores y Señoras. Y sensibilizar y hacer campañas de publicidad y concienciamiento y adoctrinamiento y más publicidad. La nueva religión de lo políticamente correcto. Talibanes del género. Polladas y coñazos (en representación equilibrada). Y gasto público.
¿Quién sabe donde?
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¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 2 días
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Sin embargo, qué gusto tener gente que acude a mi convocatoria (soy muy simple)