Están un francés, un alemán, un irlandés, un italiano y un vasco ... y no es un chiste.
1. El francés, fue el primero, Saint-Exupery, Toñete para los amigos. Escribió varias cosas mientras volaba de aquí para allá, sobre desiertos con montañas de dunas, o sobre montañas vacías e inhóspitas como desiertos. Escribía sobre la Humanidad donde no había humanidad en absoluto. Sé cómo debió sentirse. Lo mismo que sentía yo, montado en mi bici, 13 años tal vez, habiendo dejado muy atrás ya el pueblo de mis abuelos (Alar del Rey -Palencia), pedaleando por una carretera que no había vuelto a ser hollada desde que la construyeron (y si te descuidas es Carretera Nacional), arriba el monte, curva, ahora una bajada, subida de nuevo, nadie, nadie, solo en mitad de una carretera palentina bajo un cielo más grande que el que dicen que tienen los americanos con su Gran Cañón, Horizontes Lejanos, Horizontes de Grandeza, más grande que el que disfrutan los que visitan Shangri-La allá en el Tibet, Horizontes Perdidos (horizontes respectivamente, vistos por Anthony Mann, William Wyler o Frank Capra).
Horizontes Palentinos (donde Palencia está a punto de convertirse en Santander y las colinas se preparan para convertirse en montañas). El limbo palentino, carretera nacional o comarcal, como un cielo sobre el desierto, último rincón de la tierra donde el viento y la respiración son los únicos sonidos... Espera, respiración y carraspeo. Ggggh. ¡Me he tragado un mosquito mientras pedaleaba! (no, no era Saint Exupery en vuelo): pedaleaba yo con la mente perdida, la mirada en blanco, la boca abierta (estado conocido en Palencia como "alela'o").
Aquella carretera a San Quirce de Río Pisuerga, tan humilde, con un discurrir tan ignorado, que hasta Google pasa por allí por encima sin escanear portátiles ni hacer fotos que reflejen la sencillez de su grava.
Volvamos a Saint-Exupery, que hizo finalmente un libro que está en el Top 5 de Best Sellers según la organización Rolleras del Mundo: Rabindranath Tagore con "El Cartero del Rey", Khalil Gibran con "El Profeta", Paulo Coelho y "El Alquimista", Jorge Bucay "Cuentos para Pensar" y finalmente Toñete Santo-Exupero con "Errrr Prinsssipito".
No, jamás se me ocurriría poner en el mismo saco a Jorge Bucay y al nóbel hindú, o al francés errante (cuyas novelas de la aviación me encantan). Bucay no tiene nivel, ni les llega a la punta del zapato a los otros. Es el rolleras de esta lista de cinco preferidos por los rolleras.
Los rolleras del mundo (pertenecientes o no a la citada organización no gubernamental) no hacen las mismas distinciones que yo. Con cada uno de estos cinco autores por separado o en mezcla, potpourri de frases, han hecho postales
[Ejemplo: ilustrado con un payasito triste de Ferrandiz "No llores porque el sol se pone, uuuah, uuuuah, porque las lágrimas te impedirán ver, oh, oh, oh...."]
han hecho cartas a sus amigas (barra os), que firman con apodos a cual más pegajoso-pringoso-cursi
han hecho blogs con imagenes que sacan de Internet (bueno, sí, lo reconozco, es lo que estoy haciendo yo en este preciso momento, jajaja)
y actualmente hacen .PPS, ¡¡Santa María del Power Point der Jesú Nazareno!!!!, donde con el fondo de distintas imágenes de la naturaleza (flores otoñales, cataratas de Iguazú, niño con abuelo, etc), y con fuentes caligráficas e historiadas que aparecen en abanico, te dejan perlas de sabiduría de los cinco escritores, que se han convertido en bazofia por obra y gracia de estos rolleras.... ("El primero que dijo tus dientes como perlas, un genio; el último, un rolleras...")
Yo todavía estoy dándole vueltas a la idea de perseguir judicialmente a los rolleras del mundo, por atentados diversos contra la Humanidad y en concreto contra Saint-Exupery y Tagore, sin ir más lejos (o hasta Aguilar de Campoo, a 16 km).
Saint-Exupery escribió El Principito sin saber que un cuentecillo simbólico se iba a convertir en el arma arrojadiza de todas las cursis del Universo, algunas no absolutamente idiotas. "No, no lo hagas, no! Agh! Me ha dado con el zorrito en el ojo.... Oh, Dios mío, tiene clavada la historia de la rosa en el occipucio....!!!"
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Salto cuántico, pero no imposible.
Estoy ahora leyendo
Al parecer, es según los distintos amigos, parientes o compañeros de editorial presentes: "una hermosa fábula", "un bello cuento", blablá, blablá.... Pongo una de esas citas comerciales «Una fábula en la que se entretejen recuerdos a escritores amados, desde Calvino a Conrad», Corriere della Sera
Bueno, pues dado que todo el mundo habla tan bien de él, del autor que nació en el 80 y es el típico italiano guapete, y que ha sido premio Troppea (no sé qué premio es, pero lo editan ahora en español), sólo me queda el papel del villano. A saber,
LIBRO PEDORRO LA SINFONÍA DEL TIEMPO BREVE.
Tiene cosas que son típicas de este tipo de relatos.
La frase repetida. Vale, Baroja hacía aquello de "era un vasco decidido y valiente", pero no es lo mismo. Baroja es Dios, o al menos uno de los arcángeles más guays de los ejercitos celestiales. En el caso de este Signor Signorini la frase que se repite a lo largo de las hojas habla del prota: "una característica que pocos sabían que tenía, la curiosidad".
Se dice algo simple y se repite. Se repite hasta que parezca algo más, con más enjundia o más trabajado que la simpleza que es originalmente.
Una piedra es sólo una piedra. Mil, una pirámide.
Y a abusar del recurso estilístico, de la anáfora y la epífora (vale, de la epífora no, pero me gustaba cómo sonaba la frase así, : ))
Un ejemplo: "Y será que tiene razón el muchacho". Seguiré hablando un rato, diciendo cualquier gilipollez, hilvanando una simpleza tras otra.... Cuando de pronto, ¡zas!, en cualquier momento dejo caer la misma frase, que ahora por obra y gracia de la repetición parece que tiene más sentido. "Y será que tiene razón el muchacho"....
Pues no. No la tiene.
Aunque lo diga tres veces no tiene tres veces gracia.
La maravilla de saldo o el realismo mágico de baratillo. Hugh Lofting inventó cien mil años antes (Dr Dolittle) lo de hablar con los animales. Terence Hambury White hizo al Rey Arturo-Verruga nadar y respirar bajo el agua como los peces en La Espada en la Piedra.
El pedorro protagonista de La Sinfonía del Tiempo Breve habla con los pájaros, respira con los peces... ¿Y Qué?! Uy, que fantasía más gorda! Uy, qué imaginación desbordante! Y yo hablo con esa parte de mi anatomía mientras trabaja: "y cuidado con salirte y salpicar la taza, que luego se nos quejan!". Viva el animismo.
Afectando falta de afectación. Perdón, debería haber dicho que el protagonista de La Cantinela del Tiempo Eterno habla "con los pajaritos"... Toda esta historia, como algunas de Ende, como la del Principito, como la del irlandés John Boyne del Chaval del Esquijama con Dibujos de Spiderman y Rayas, como la del vasco Unai Elorriaga "Un Tranvía en SP" (su mayor cualidad, que le gusta a mi amiga Ángela, que también es del mismo Bilbao... o de los alrededores de Madrid), tienen una aspiración al lenguaje simple y simbólico de un niño, a la fantasía tipo greguería-para-infantes: "las farolas saludan inclinando la cabeza a los paseantes" (me acabo de sacar del sobaquillo ésa, no es de nadie de los citados, pero vale como ejemplo). Boris Vian lo hacía en La Espuma de Los Días, pero lo hacía que te cagas de bien... Este mameluco, Signorini, NO.
... Y aprovecho para reconocer que no es justo meter en el mismo saco al de El Pijama De Rayas y al de "la Sinfonía Blanda del Tiempo Bobo". Es como lo que hacen los rolleras, para los que tan sabio es Tagore como Bucay.
John Boyne, el irlandés de mi no-chiste, al menos estaba haciendo un cuento con su punto de pasión, de denuncia, de tragedia... Te puedes creer que es la historia de un niño que se hace amigo de otro niño, mientras los padres (putos nazis) pasan de todo. Y como te lo crees, te da pena el final.
Pero ¡lo de este italiano monín......!!!!
Me la pela lo que le pase a Green, el pedorro protagonista de esta historia pedorra.
Yo creo que habla como si escribiera para niños porque: A. no sabe hablar o discurrir como un adulto. B. es una pose, que es justo lo contrario de la naturalidad propia de los niños.
Que aprenda del chaval que hizo Eragon, Christopher Paolini, q tiene más madurez en sus novelas, y más ideas, y más imaginación, de lo que tendrá Signorini en su puñetera vida!
Si fuera de los defensores de éste que ahora vende destacado en Vips, la FNAC, el Cutre Inglés... me referiría a su estilo describiendo la obra como "cuentecito amable".
No lo soy. (¿No se nota?)
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Voy a dejar aquí mismo, en este punto elegido al azar.... no, seamos realistas,... lo dejo por cansancio,... voy a dejar de escupir bilis.
Dije al principio que me mueve en este caso la envidia:
Aquí tenemos a un chaval mucho más joven que yo. Y ya es premio TalyCual, y lo venden como si fuera el repanochen. Producto de marketing, tal vez, pero sobre el que se puede cimentar una carrera literaria de verdad. Y dentro de unos años, ¡échale un galgo a este otro consagrado!
Dicho de otra forma: no es un autor de best-sellers tipo Grisham o Baldacci. No. Eso sería respetable. Es igualmente orientado al mercado, al consumo. Pero al mercado pseudo-intelectual. "Qué estás leyendo últimamente?" "Bueno, estoy leyendo La Sinfonía del Tiempo Breve... Me encaaanta. Es un cuento precioso... tipo Seda, ¿leiste Seda?" Es producto-rolleras, como Bucay. Me recuerda a lo que decía mi admirado Sallinger hablando en El Guardián Entre el Centeno de las señoras lloronas en el cine.
"Lo más gracioso es que tenía al lado a una señora que no dejó de llorar en todo el tiempo. Cuanto más cursi se ponía la película, más lagrimones echaba. Pensarán que lloraba porque era muy buena persona, pero yo estaba sentado al lado suyo y les digo que no. Iba con un niño que se pasó las dos horas diciendo que tenía que ir al baño, y ella no le hizo ni caso. Sólo se volvía para decirle que a ver si se callaba y se estaba quieto de una vez. Lo que es ésa, tenía el corazón de una hiena. Todos los que lloran como cosacos con esa imbecilidad de películas suelen ser luego unos cabrones de mucho cuidado. De verdad." (el libro completo está para leerlo en pdf en http://www.librosgratisweb.com/pdf/salinger-jerome-david/el-guardian-entre-el-centeno.pdf. Si no lo habéis leido, lo recomiendo totalmente)
O sea que Signorini NO ES lo que parece. Es SÓLO lo que parece, sin nada detrás, sin más: una simpleza disfrazada de ejercicio de la materia gris. No, no creo que tenga calidad, y sin embargo, ahí está... vendiendo. Taaan guay, taaaan bonito.
Si me haces caso, te ahorrarás la lectura.
En su lugar, puedes leer este blog, que es una mierda, sí, pero hace un esfuerzo sincero por no ser otro montón de sitios comunes (hasta en la fantasía).
P.D. - Cuando estudiaba la carrera gané un concurso con un cuento que no es ni un poquito más malo que esta "fábula" de Signorini. Lo voy a poner, para que seáis vosotros los que os riáis de mí y no yo de otro. Para variar.