Empezaré con lo primero: un comentario sobre una poesía de la Comtessa de Dia (no día, sino Dia), trobairitz. Era uno de esos trabajos en grupo que nos impone Bolonia a los universitarios, estupidez suprema del que planeó el futuro de las academias, pero lo que leéis a continuación es sólo mío (con un aporte bibliográfico de una de mis tres compañeras y un párrafo suyo reorganizado por mí). - Las imágenes las he cogido de la web.
A CHANTAR M'ER DE SO Q'IEU NO VOLRIA
La literatura parece oscilar entre dos imposibles: el absoluto Yo, la individualidad, y su total supresión-disolución, con el autor mimetizado en el fondo indistinto de una técnica determinada, un estilo, una forma, un género, una época.
Imposible lo primero, porque -como diría Parménides- “ex nihilo nihil fit” (nada sale de la nada) y también que “no man is an island” (ningún hombre es una isla)– en palabras de John Donne- y al final todos compartimos un mundo de conocimientos y creencias, y la creación es producto de la acumulación y el sedimento, una senda hecha a hombros de gigantes.
Pero igualmente imposible lo segundo, como se puede apreciar en la autora en la que hemos centrado nuestra mirada para este trabajo: la Comtessa de Dia.
Incluso en un tiempo en que lo más valorado era la capacidad para usar con maestría exactamente-los-mismos recursos y temáticas (Victoria Cirlot afirma que “en la literatura medieval no es posible enjuiciar una obra por su originalidad temática”) la figura de esta trobairitz descuella con luz propia innegable, una de esas escasas excepciones a la regla que da la profesora Víñez en sus clases (“antes de Petrarca, no hay verdadera individualidad”).
LA AUTORA: UNA MUJER DE VERDAD
“La comtessa de Dia si fo moiller d'En Guillem de Peitieus, bella domna e bona. Et enamoret se d'En Rambaut d'Aurenga, e fez de lui mantas bonas cansos.”
Frente a lo impreciso e incierto de los datos, y por discutir se discute hasta su nombre (Isoarda o Beatriz) y los años que le tocó vivir (con cerca de veinte años de diferencia, casi una generación en un tiempo que la esperanza de vida era generalmente corta) y que estuvieron a caballo entre los últimos del siglo XII y primeros del XIII, la Condesa de Día (Die, Diá, Diois, en el departamento del Drôme) se presenta a sí misma, gracias a su obra, como una mujer de verdad. Una señora (domna), en todos los sentidos del término, incluyendo el nobiliario y el amatorio, de moño y/o trenza (casada) que amó y fue amada, y creó y nos ha dejado 4 cansós, y posiblemente una tensó, enseignada y de alta alcurnia (de armiño su capa, diadema en la frente, halcón en el puño).
Recubre de carne esos huesos de tinta el sentimiento que reflejan sus versos, los de una enamorada que tan pronto se ilusiona como se duele (mirada baja, discreta señal de pesar o melancolía), que sufre al ver que puede perder a su amante por otra mujer más joven pero no de más pretz, paratges, beutratz e fis coratges (mérito, nobleza, hermosura y fiel corazón) Para afirmar que la Comtessa era singular basta con echar un vistazo a las cifras: 2542 composiciones de un 350 poetas y de ésos tan sólo 20 compositoras con nombre y de esas 20 sólo seis tienen vida y de las 6 sólo dos son valoradas como autoras de “mantas bonas cansos”, (curiosamente, las dos que disputaban el amor del de Aurenga, la Comtesa y Azalais de Porcairagues). Y sigue, que nuestra heroína es la más retratada en los cancioneros (hasta 5 miniaturas), por algo será. Y sólo ella tiene canción con partitura: en el folio 204r-vᵒ del ms. W . [...y si este trabajo no fuera en papel sino en video, utilizaríamos de banda sonora, preciosa y evocadora, que nos devuelve a un tiempo tan rico, alguna de las interpretaciones que circulan por ahí: "The Romance of the Rose: Feminine Voices from Medieval France," con Joyce Todd como directora y soprano, con dos arpas, viella (como aquella del Tristán de Béroul, versión Cirlot, pág 174: “Llama a uno que toca la viella”) , rabel, zamfoña monocorde, o en versión más cercana, la de Montserrat Figueras (soprano) y los conjuntos de La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI dirigidos por Jordi Savall.
La cuestión de la singularidad se traslada también, como no podía ser de otra forma, al código de ese amor cortès, fin’ amors, verai amors o bon’amors, un discurso dominado abrumadoramente por el número de autores masculinos. Ante esa tesitura (que algunas analistas identificarían como “antropocentrista”: hablamos de lo que YO siento por tí) caben pocas opciones: o asumir el rol que se deja al cantor y compositor de las trobas (hombre que acepta su vasallaje a una domna) o ofrecer una perspectiva real de la mujer con su auténtica forma de amar. Esa dicotomía la refleja también Joana Maria Sastre Vanrell (profesora de la IES Albuhaira en Palma) en su trabajo, Les trobairitz: La fin’amors des del punt de vista femení L’Oralitat en la Literatura Catalana Medieval:
[...]la dona trobadora dubta entre mostrar-se com a “domna”o com a “vassall”. Si en la poesia adopta la posició de “sotmesa” és un reflex de la realitat; en canvi, si es mostra com a “domna” el que fa és seguir els paràmetres dels trobadors homes... però, com pot manifestar els seus sentiments des d’una posició “superior”? A més, la cançó ve a ser una “requête d’amour”: una actitud que presa per par d’una dona no era ben considerada al se temps.pág 19
En nuestra opinión, la Comtessa hace el milagro de ser fiel a ese código y aún así ofrecer esa genuina visión de una mujer, señora y enamorada, lo que hace que resulte más sincera su emoción, más identificablemente genuina la pasión de aquella que tomaría sin pensarlo a su amante por marido (y no un artificio que intenta ocultar con platonismo lo que no deja de ser erótica adulterina, “rollo barato de un buitre” diríamos hoy en román paladino). Una pasión patente en ese “car eu l'am mais que nuilla ren que sia” (te amo más que a nada: se puede decir más alto, pero no más claro). Por eso la profesora Viñez recuerda las palabras del crítico del XIX, Coll i Vehí, de “ardiente” y cómo aquel otro, Schult, que calificaba las poesías femeninas como sinceras, apasionadas y osadas : en nivel drutz sin ambages.
Como dice el profesor José Julio Martín Romero de la Universidad de Jaén: “no se trataba sólo de literatura, sino también de formas de comportamiento reales” .
Género: amor cortés, mala cansó (canción de dolor), emparentada en mayor o menor medida con aquellas "frauenstrophen"(canciones desde el punto de vista de una mujer), las chansons de femme (la contrapartida del fals amor ). Según Fredric L. Cheyette & Margaret Switten, se construye en torno a las nociones vinculadas de pecado, falta y traición : “To elaborate these notions, the comtessa adopts the vocabulary of disputes over lands and rights and of oaths of fidelity” (Una canción reivindicativa, nunca mejor dicho: rei vindicare). En este sentido, no nos parece casual el uso continuo y reiterado de la palabra “amigo”, en sus diferentes formas (amia, amics y junto con los adjetivos usualmente añadidos bels amic gens, bello y gentil amigo), porque este título comporta en la mentalidad de la época una serie de obligaciones (lealtad, apoyo, consuelo, etc), que van más allá de lo que hoy se pediría a un simple amante o a un amigo, y que casi rozan un carácter jurídico-contractual.
Hipertextos: Martín de Riquer habla en su presentación de que es comparable a las Heroidas de Ovidio, una obra no sólo por sus características de género epistolar como la misiva de la Comtessa a su amante reclamándole atención, sino por presentar la supuesta correspondencia de las mujeres a los hombres...Y no deja de resultar efectivamente curioso el paralelismo de algunos versos “Por fuerza has de tener otros amores.” con aquel reconocimiento de la Comtessa “c’una non sai loindana ni vezina, si vol amar, vas vos non si’inclina”. Por seguir con los hipertextos, el profesor gaditano José Gallardo Alberni, en su blog de música Aeterna Christi Munera, señala también que el “Chantar...” usa motivos del idilio II de Teócrito. Hasta cierto punto, creemos, se puede aceptar esa afirmación, porque igualmente esta composición trata de cómo una mujer joven y hermosa (Simeta) intenta recuperar el amor de un hombre (Delfis), por quien se siente abandonada “Y hasta que fue ayer, no encontró en mí ni un defecto en mí” verso 145 que se refleja en aquel “c’atressi.m sui enganad’e trahia” (engañada y traicionada), verso 6 de “A chantar..”. Pero ahí se acaba el parecido, que Simeta es pobre y no así la Comtessa, que es mujer cultivada y poderosa.
Una última referencia es aquella explícita, pero a la vez incontrastable -por no contar con manuscrito de la historia, o leyenda propiamente dicha-, que hace en los vv. 10 a 12:
[…] anz vos am mais non fetz Seguis Valenssa,
e platz mi mout quez eu d’ámar vos venssa,
lo mieus amics, car etz lo plus valens / […]
Para nosotros sirve de ejemplo que nos hace pensar que dicho rol es intercambiado entre amantes. En dichos versos ella se dirige directamente al amante para explicar que le ama más de lo que Seguís amó a Valenssa. No sobrevivió, decíamos, ningún texto de tal leyenda, que debía ser bien conocida en tiempos de la autora, pero de la cual sabemos que Seguís fue un amante entregado a Valenssa, como lo es la Comtessa de Dia en este poema. De hecho, entre estos versos no solo destaca el hecho de que ella asuma el rol de hombre como amante de la dama, que es Valenssa, sino que además dice que le alegra saber que le ama más ella a él, contrario a lo que era el amor cortés, ya que la dama era la que debía sentir menos por el amado y ser seguida por el amante, no como ella hace con Raimbaut D’Aurenga.
Elementos de la comunicación: Nivel drutz (se ve en el verso “como empezó nuestro amor” que indica un recorrido largo y un comienzo). Cantar leu: no hay retorcimiento del lenguaje. Cinco coblas singulars y una tornada de dos versos (siguiendo al maestro Riquer). Razó: reclamación del amor debido, por reivindicación de su propio valor (pretz). Dos elementos sobre los que pivota esa sensación de traición: la presencia de un tercero, autr’ amors, que suponemos Azalais pero que no es directamente mencionada, y la de los lauzangiers o lausengiers, (testigos, ¡cotillas!, del encuentro que pueden avisar al gilós,el marido, de lo que ha sucedido), maledicentes y correveidiles deleznables a quienes despreciaba la Comtessa (y que sin embargo fueron la verdadera razón de la necesidad de senhal, secreto, en el amor cortés barra adulterino): [...] tan presentes para la comtessa de Dia que les dedica una de sus canciones: ‘Fin joi me don’alegranssa’, en la que expresa su despreocupación por las maledicencias de éstos llegando, incluso, a amenazarlos
Dístico de despedida al final del poema.
La Comtessa no quiere que su amistad se rompa, pero lo hará, avisa, si no responde adecuadamente el amigo. Hay súplica, y reconocimiento del valor del amigo, pero hay orgullo de quien se sabe dotado de todas las galas que puede pedirse en una domna. La altivez no es de caballero, sino de felón.
Tópicos:
Aunque volveremos sobre ellos más adelante, enumeramos los que hemos descubierto en la lectura de este poema de La Comtessa. La Queja Amorosa.La Amada (en este caso, el amado) Inaccesible. Lucha Entre Amantes, Amor –Guerra.La Comunicacion Frustrada.
Concretando el análisis de los campos semánticos en el semántico observamos que: No hay preludio primaveral. En su lugar hay un “me veo forzada a recordarte” (notificación de deuda).
No sabemos cómo interpretar exactamente la cuestión del secreto, la señal o signo (senhal). No se menciona el nombre (supuestamente, Raimbaut d’Aurenga), pero se hace una declaración pública, porque “no se quiere hacer” lo que implicaría una idea de “es contrario a lo que debería/podría” y de hecho nos parece que en sus poemas la Comtessa “se moja” mucho más de lo que haría otro, y no valora en un ardite, una higa, o la formitz de Gilhem de Peitieu, lo que digan otros, lo que piense nadie. Por eso ¿esta declaración no es contraria al secreto?... No llegamos a un acuerdo sobre esto.
La idea de pacto (repetido en el convinens, v 29) está presente desde el principio, en la presencia de volria, la voluntad como requisito indispensable de cualquier compromiso o trato aunque aquí se exprese en un sentido negativo incluye el positivo (no querría). De hecho es lo que diferencia el amor al amigo de la relación marital. En este último caso, el matrimonio era acordado pero no involucraba la voluntad amorosa, matrimonios en su práctica mayoría pactados al margen de los deseos individuales de los contrayentes. En el Amor la persona es “dueña de sí misma”, como diría Andrés el capellán, y esa propiedad se materializa en el ejercicio de la voluntad.
En rancour, está la queja amorosa.
El uso de ma/mos hace referencia al yo lírico de la comtessa. Si la utilización constante de “amigo” implica la posición de obligación del “demandado”, esta enumeración exhaustiva y también repetida de los valores de la “demandante” recuerdan esa serie de cualidades que en una dama la hacían merecedora de un trato determinado, sujeto de derechos (“porque yo lo valgo”, diría ahora la publicidad). Es más, que luego dice en qué casos desistiría en sus derechos: “si fuera esquiva”.
La importancia de la traducción queda patente en este mismo verso: nosotros hemos utilizado la edición de Martín de Riquer donde el desavinens del original se traduce como “esquiva”. Sin embargo, en el libro de Mariri Martinengo, “Las Trobadoras, poetisas del amor cortés” , ese mismo verso queda en español como “como sucedería si fuera poco agraciada”. Evidentemente, el sentido de la frase varía totalmente con esta distinta interpretación: en el segundo caso, se transforma el significado haciendo recaer el peso sobre el tema de la belleza como condición sine qua non del proceso amoroso.
Seguís-Valensa. Ya mencionado – como perdido-, citado según recuerda Martín de Riquer por Arnaut de Maruelh , en este caso implica la entrega y el compromiso de la Comtessa con la relación (además, como siempre ocurre con las referencias directas a otras obras, sirve de prueba del carácter cultivado de la autora, enseignada).
El tópico AMOR-GUERRA queda patente en ese vensa, “venceros en amar.” y en el “rinda a vos” Vemos equivalencia en el valens y en el pretz, términos profusamente utilizados que orbitan en torno a los conceptos de lo que Andrés Capellán en su tratado señalaba como “personas aptas para amar”: todo el poema recoge las características que se deben reunir en el otro para alcanzar tal condición. La contrapartida del orgullo, relacionado con el mérito, esa gallardía, es la altivez, la otra cara de la moneda: el amor se mueve entre extremos claramente delimitados, como lo que ocurre en el Dante donde junto al pecado se encuentra la virtud correlativa. La Comtessa le recuerda a su amigo el fácil e inhabilitante paso (como persona “apta”) de un lado del espectro al otro.
Muy importante, con un peso tremendo en el comentario, es la referencia al “otro amor” (estrofa III, verso 17) que nos lleva a la reflexión sobre las máximas de Capellanus, de la que este poema es casi un resumen , tanto en lo que se refiere a la presencia constante del miedo a la pérdida y/o los celos, como precisamente a la presencia de un Otro, en este caso la relación triangular Azalais-Raimbaut- Comtessa Beatriz. Según la profesora Víñez,
[...] el trovador cumplió con la tercera de las Regulae Amoris de Andreas Capellanus: nadie ha de estar comprometido con dos amores, dedicando muchas de sus canciones a la segunda, si bien en la tensó manifiesta su correspondencia a la domna, identificada por muchos como la condesa. “[...] no es justo que otro amor os hurte a mí, no sé de ninguna que…” da por sentado que ella sabe que hay más… pero no como ella. Según Capellán uno podía ser amado por varios, pero debía amar sólo a uno/una. Leímos que Rimbaut pidió “espacio”. No sabemos en qué acabó todo, o en qué momento de la relación se encontraban cuando la Comtessa compuso esta mala cansó. ¿Era sólo queja/reproche/recordatorio o era un primer atisbo de la muerte de su amistad?
Terminamos:
En unos años plenos de símbolos, ella misma un símbolo, un icono. Así lo afirma Angelica Rieger “tiene el honor de representar exclusivamente a las trobairitz en las antologías de lírica trovadoresca y de verse considerada con prontitud por la crítica literaria como símbolo del lirismo femenino absoluto” .
NOTAS:
1.LA MÚSICA Y LAS TROBAIRITZ. EL TESTIMONIO DE LA COMTESSA DE DIA Antonia Víñez Sánchez y Juan Sáez Durán Universidad de Cádiz. Este trabajo forma parte del Grupo de Investigación HUM725 de la Junta de Andalucía y del Proyecto de investigación AGAUR, ref. 2014SGR51: “Pragmàtica de la literatura a l’Edat Mitjana”.
2. Y así, la investigadora de la Universidad de Vigo, que estudia las Formas de tratamiento otorgadas a la mujer por los trovadores provenzales recuerda como caso destacable el uso amia, forma de tratamiento con valor afectivo, cuando “es la propia dama la que se aplica este término” en el segundo verso de «A chantar m’er de so qieu no volria. ». Revista de filología románica, ISSN 0212-999X, Nº 7, 1990, págs. 131-150
3. El eterno presente de la literatura Estudios literarios de la Edad Media al siglo XIX. Editore: María Teresa Navarrete Navarrete - Miguel Soler Gallo. 035 Capítulo I La voz disidente de las trobairitz ANTONIA VÍÑEZ SÁNCHEZ, pág 65.
4. Recogido en DEL FIN’AMORS AL NEOPLATONISMO: AMOR Y CABALLERÍA EN LA NARRATIVA CABALLERESCA HISPÁNICA1 pags 120 y ss. Tirant: Butlletí informatiu i bibliogràfic, ISSN-e 1579-7422, Nº. 11, 2008
5. La voz femenina en las líricas francesa y alemana de la Europa medieval: Canciones De Mujer y Canciones De Alba. M. del Carmen Balbuena Torezano. Universidad de Córdoba.2014
6. Women in Troubadour Song: Of the Comtessa and the Vilana. Women & Music, VOLUME 2, Amherst College, 1998
7. Las Heroidas. Publio Ovidio Nason. Trad. De Diego De Mexia. Luis Navarro, Editor Madrid 1884, pág 102
8. Antonia Víñez Sánchez. LA SINCERIDAD POÉTICA DE LA COMTESSA DE DIA Ponencia en el I Congreso Internacional de Comunicación y Género. Sevilla. 2012
9. Usamos mayúsculas en esta recopilación de tópicos porque, como tales, tienen para nosotros categoría de títulos o epígrafes.
10.Mariri Martinengo, Las Trobadoras, poetisas del amor cortés. Colección: Cuadernos inacabados, nº28. trovadoras editado por Horas y horas 1997 Aparecen como traductoras María Milagros Ribera Garretas y Ana Mañeru Méndez.
11. Martín de Riquer, op. cit., página 801
12. II. EI que no siente celos no puede amar. III. Nadie puede estar comprometido con dos amores.XVII. Un nuevo amor destruye el anterior. XX. EI enamorado siempre está temeroso. XXI. EI deseo de amar crece siempre con los celos verdaderos. XXII. Los celos y el deseo de amar siempre crecen al sospechar del amante. XXVIII. La más pequeña sospecha incita al amante a pensar lo peor de su amada. XXXI. Nada impide que una mujer sea amada por dos hombres, ni que un hombre lo sea por dos mujeres.
13. La sinceridad poética de la Comtessa de Dia, op. cit.
14. Angelica Rieger Trobairitz, domna, mecenas: la mujer en el centro del mundo trovadoresco, en Mot so razo, ISSN 1575-5568, Nº 2, 2003, págs. 41-55
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Segundo tema: se supone que no se hacen así los trabajos en grupo, que todos aportan algo y eso... Lo cierto es que hasta ahora no he conseguido no acabar currando como si fuera a hacerlo sólo.
Hay mucha mentira en esa idea que impuso Bolonia sobre los trabajos en grupo, equiparándolo a lo que ocurre en la práctica profesional.
mentira primera - en los trabajos remunerados profesionales suele haber un sistema jerárquico que organiza el trabajo de cada uno, asignando tareas claramente, llamando a los escaqueadores, controlando el desarrollo... No es tampoco un sistema perfecto, porque el jefe puede saber o no, querer o no, involucrarse en la justicia del trabajo, e igualmente hay quien se las apaña para no hacer nada. Pero... oye, al menos te pagan. En los trabajos de la facultad, una serie de personas a las que no sé por qué se considera como iguales en capacidad, talento y deseo de trabajar, y con mismos derechos a decidir sobre el resultado hacen un paripé de grupo social, comité... A mí ni me gustan ni se me dan bien.
mentira segunda - en el ejercicio profesional cuando hay trabajo donde intervienen varias personas, en muchas ocasiones cada uno lo hace desde su área particular, sobre la que nadie suele entrar a discutir o debatir, de nuevo con una delimitación clara: en periodismo, maquetador y redactor, o técnico y locutor,.... Aquí en ese aborto académico de Bolonia de nuevo, todos son y saben lo mismo (o eso se supone) y "aportan" de forma igualitaria.
En mi experiencia muy positiva formando parte de un equipo de proyectos europeos, por poner un ejemplo, cada uno tenía lo suyo y nuestra relación (muy buena, que recuerdo con inmenso cariño) era más de apoyo o refuerzo o de testeo. Yo llevaba la comunicación, la prensa, el diseño de papelería y la web.... Mi amiga Pilar llevaba evaluación, mi amiga Magda asesoramiento empresarial, MarMar o María José llevaban inserción laboral, Montse hacía de comisaria de igualdad, etcétera... Por supuesto que compartíamos y pensábamos juntos, pero cada uno con el foco en lo suyo, apuntalándonos mutuamente con nuestros distintos campos de expertise, como dicen algunos.
mentira tercera - la creación literaria (y la redacción de un comentario de texto lo es) es algo individual. Son contadísimos los casos de novelas escritas por dos escritores al tiempo (Weis y Hickmann, Erckmann-Chatrian, Lapierre y Collins, Niven y Pournelle....), cuando ocurre requiere una relación de años, una complicidad absoluta y total, casi como la de un matrimonio. No son, como en la facultad, una serie de individuos que se sientan cerca en el aula o cerca en el patio o cerca en la cafetería. Es más, que al menos para mí, esta historia imbécil de los trabajos en grupo me ha costado ya alguna buena relación y siempre un cierto daño en mi imagen de tipo sociable, abierto, accesible, etcétera, que cultivo si queréis con mimo porque deseo que la gente me quiera. En los trabajos en grupo de la facultad sale la parte verdadera más cutre de mi persona (absoluto hubris) y la parte falsa más idiota (contención del hubris en forma de varias componendas para no quedar del todo como un capullo).
En fin, que me cago en el gilipollas que inventó que uno puede aprender algo bueno de los trabajos en grupo de la facultad.
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Tercer tema: ya he hablado antes de la subjetividad que desgraciadamente marca las relaciones académicas. Somos humanos, no nos cae bien todo el mundo, no caemos bien a todo el mundo. Puedes cagarla (lo harás) en la parte personal. No hay enseñanza intelectual pura, sino que con suerte topas con Maestros como Nieves Vázquez, Ana Sofía Pérez-Bustamante, Virtudes Atero... por citar alguna, aunque hay más.
Y luego darás seguro con o sin suerte con esos que van de porteros de discoteca, estorbando el acceso al aprobado porque quieren hacerse valer, esos que van de dioses o de supremos o de encumbrados y que fallan luego lastimosamente para motivar o transmitir o aclarar o descubrir... Mal asunto cuando al otro lado, como estudiante, no sabes mantener un perfil bajo, pasar desapercibido... No te da la gana o no puedes (es superior a tus fuerzas)
En esta segunda carrera mía ya he tenido mi pequeña y asquerosa cuota de odios cordiales, afortunadamente reducidos al mínimo. Pero alguien nuevo ha aparecido... y os hablaré de ella y de lo que ha hecho en otro momento porque ahora me tengo que ir... y esto está ya muy largo.
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