No me importa discutir (participar o asistir a discusiones) sobre el sexo de los ángeles. Me gustan los ángeles. (basta con mirar a la jovencita Jessica Alba disfrazada de querubín en "El diablo metió la mano" para que te gusten). Ni sobre las teorías diversas del lenguaje. Me gusta el lenguaje, la literatura (en eso estamos, después de todo).
Ahora bien, por mucho que me divierta enzarzarme en disquisiciones metafísica churreras, por mucho que llegue a meterme en el desarrollodelrollo terminológico... no creo que esté, estemos, estén cambiando el mundo con ello.
Le pasa un poco a todas las carreras de letras, que son más acumulación de verbos, palabras que son aire y van al aire, que sabiduría o conocimiento útil. ¡Oh, bien! que acabas de distinguir entre étic y émic, ¡guay!, o que esto es texto, aquello cotexto, lo de más allá contexto, lo de aquí circunstancia, ¡qué precisión en lo definido!
...
Otra cosa es escribir (novela, cuento, poesía... literatura de verdad).
Seamos realistas: son polladas (divertidas, curiosas... polladas).
"El problema de la interpretación, de sus libertades y de sus aberraciones ha estado siempre presente en mi discurso" dice Umberto Eco en su "Lector in Fabula". Y ahora que estoy con ese ensayo y con el de "Apocalípticos e Integrados", pues sí, parece que sí, que a eso se dedica: a juzgar obras ajenas, y a ver cómo, y en qué se convierte él, si es cultureta, y lo que consume, si es midcult, arte, kitsch o producto de masas... si es hipster, o peripatético profe de chaqueta de cuadros, o bohemio extravagante con ganas de "epatar", quedarse con el personal (como lo hacía en las entrevistas)...
Y yo me puedo identificar con ese tipo e incluso rebajándome ocho mil escalones (que al menos él dió clases y seminarios en Stanford y demás, y publicó libros y es reconocido) y seguir identificándome con él, tío al que le gusta leer y pensar en lo que lee...
[En algún momento, me gustaría comentar como han cambiado las cosas en los comics desde que escribió "El mito de Superman", que es curioso... a ver cuándo]
Pero, de nuevo, lo más parecido que se me ocurre a lo que estoy haciendo es lo que contaba tan bien contado John Landis en la primera de las pelis de desmadre y universidad, Animal House (vale, a lo mejor la primera fue a Yank at Oxford de Robert Taylor en el 38):
Genial! jajaja
¿Quién sabe donde?
-
¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 1 día
Dedicar tiempo a pensar en "el sexo de los ángeles" me parece interesante, leer o descifrar a Eco, aún más. Eso sí raramente cambiará el mundo el análisis reelaborado con tirabuzón, pero tampoco le hará daño.
ResponderEliminarEsas polladas en las que nos lo pasamos bien, escribir, leer, pensar... nos distraen y a veces hasta nos levantan el ánimo. Cualquier cosa que me levante el ánimo y no sea Prozac o similares me va bien. En cuanto a Eco yo haría lo mismo si eso me permitiera evitar descargar cajas en el muelle o cualquier otro trabajo de los que hacen sudar. Tu comentario sobre Superman sería de los que efectivamente me levantan el ánimo. Parece que al menos en ese superhéroe coincidimos bastante. The first and the best.
ResponderEliminar