1. NIÑOS
Una de las más curiosas impresiones que he tenido de Noruega y de las diferencias entre nordmenn y espaniolitos fue en aquella ocasión en que me subí al autobús coincidiendo con una pareja de chicas de Zaragoza. Las dos iban acompañadas de sendos niños. Una niña de, pongamos, 6 años y un chavalín de unos 2, el niño montado en una sillita.
En los autobuses noruegos hay un sitio para aparcar los carritos de los niños.
La madre española colocó el suyo al lado del de otra madre noruega con un bebe de entre uno y dos años.
La madre española hablaba con su hermana (porque era su hermana, según pude colegir en tres segundos de su conversación radiada al Universo entero) a toda velocidad y con un tono de voz que superaba la de todo el resto del autobús.
Y tal vez se expresa con esa potencia para poder seguir haciéndose oir por encima de los gritos de sus hijos, que, con una inconstancia y un entusiasmo totalmente propios de niños, alternaban sonidos de sorpresa con peticiones o bromas entre ellos, o simplemente como lo harían gigantescos altavoces dotados de AI (inteligencias artificiales): un skynet que pretende sepultar a los humanos con ruido y tiranizarlo con chillidos.
På den andre siden (dejadme que os cuele aquí un noruegazo), por el otro lado, allí estaba la madre noruega de cuya boca apenas oia salir el aire (boca abierta, como sus ojos, mirando todo aquel despliegue de energía y ondas acústicas de los españolitos con sorpresa y supongo que cierto aturdimiento).
Y, lo que resultaba más llamativo, su hijo, sentado educadamente en su sillita, observando como su madre muy callado a sus vecinos, fuerzas invasoras del silencio y la tranquilidad noruega.
Mirando al bebé mudo y al gritón, noruego y español respectivamente, me pregunté si habría algo en los genes patrios que nos distingue. Tal vez un gen del ruido?
2.PERROS:
No es raro encontrarse perros en los autobuses, en los tranvías o en los trenes noruegos. Pero no sólo perros pequeños, sino grandes o xxxxxl. Los llevan con correa, pero sin bozal.
Y cumplen eso de que los perros se acaban pareciendo a los dueños: ni un ladrido, oiga! ni un pequeño gruñido, ni nada. Se sientan educadamente junto a sus amos o pasean lo que les da la correa por el pasillo, pero siempre sin molestar a nadie.
A cambio, tampoco se acerca ninguna persona del tipo "uy, con lo que me gustan los perros" a preguntarle a los dueños cómo se llaman o si son buenos o someter a los perros a tremendo masaje capilar (y aquí está la variante del que no le da un soplo en el ojo a su propio bicho en casa pero que ahora se emocionan con el ajeno, por esa costumbre de "campanilla de puerta ajena"...).
Y no se oyen tampoco quejas de otros pasajeros del tipo de los que esconden su miedo (pánico, pavor, pura cobardía nacida del desconocimiento, creo) por los perros dejando salir a la superficie agresivas diatribas contra los pobres animales o sus padres humanos...
Y me imagino a mi propio chuchillo, mi labrador mezcla de pointer, que ya habría intentado lamer a alguien o que habría corrido, ladrado, saltado, olido el culo de un señor o el regazo de una chica en menos tiempo del que se tarda en gritar su nombre.
Spain is different (de Noruega). Hasta en los ninios y los perros.
¿Quién sabe donde?
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¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 1 día
...tanto que ya escribes ninio sin ñ.
ResponderEliminar:)
me iba a retirar en silencio, pero he recordado a tiempo que soy española.
ResponderEliminarUn beso guapetón.
Me pasó en un viaje a Austria lo del silencio y el ruido español. Pero yo he nacido aquí y odio a los ruidosos. Imagino que habrá casos escepcionales. Cada día me dan más envidia los extranjeros europeos(hay países más ruidosos que el nuestro). Pero no hablemos de genes. Hablemos de cultura y educación. Si hasta en televisión se gritan los contertulios... ¿Qué hará la gente de a pie?
ResponderEliminarPues que quieres que te diga, que prefiero lo nuestro aunque a veces nos pasemos...jolgorio, ruido y alegría....lo que les pasa es que les falta alegría, como no tienen sol lo entiendo perfectamente, yo me moriría de pena sin sol.....calorcito, playitas, cerveza y SOL...no me gusta ir por ahí y que todo el mundo esté como los muertos, chitón...una vez paramos a comer en un rest en Francia y había una boda...entramos no se oía una mosca...nosotros eramos diez y al final acabaron los de la boda escuchándonos a nosotros...y que conste que somos gente educada (en colegios de monjas y curas en los sesenta que aún daban urbanidad)....¡menuda gente tan coñazo!...en Bretaña son como en Noruega....¡que rollo!
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