Una entrada dedicada a Speedygirl y a mi fantástico sobrino-amigo vigoréxico, G.
SOBRE LOS HÁBITOS SALUDABLES (O NO)
Estaba pensando en eso que contaba una bloguera sobre que se había provocado una fisura en aquella parte del cuerpo que los argentinos llaman orto (aunque por allí nunca salga el sol) haciendo abdominales... Y en todas esas otras lesiones que sufren los vigoréxicos y los muy saludables, que yo, nosotros, los “setas”, los vagos, los sedentarios jamás hemos conocido (la epicondilitis o codo del tenista, que no se llama “codo del que está tirado en el sofá”) ... Y en las modas que crecen como levaduras en los pliegues de la ciencia y la pseudociencia, de forma que hoy se afirma una cosa que ayer se negaba y según las series yankis el azúcar vuelve histéricos a los niños o es sanísimo porque solamente los glúcidos alimentan el cerebro (no las proteinas o las grasas.... )
...Y “esto no es una ciencia exacta”, “hay más cosas en el cielo y en la tierra que las que pueda soñar tu filosofía” (o en palabras de esa chica que defiende las cartas astrales y las experiencias paranormales/para-anormales con menos finura que Shakespeare: “tú no sabes, vale?, porque hay muchas cosas que no puede explicar la ciencia... o sea, sí, ¿no? no lo puedes saber...”, haciendo una inversión de aquella máxima de Arthur C. Clarke “Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”, ergo existe la magia donde no hay tecnología lo suficientemente avanzada para refutarla y descubrir el engaño)... Todos tenemos un poco de chica-osea deep down ourselves, jajaja.
Bueno, pues pensando en todo ello me imagino que en algún lugar del mundo, a lo mejor más comúnmente de lo que podríamos imaginar, un hombre desarrolla un cáncer terrible y lo elimina antes de saber siquiera que lo tiene y todo porque un día se sentó y le dió el sol de cara y entrecerró los ojos y estaba comiendo un bimbollo en ese café y entonces le llamó por teléfono su amigo Pepe y la interacción de su postura, más los rayos del sol alcanzando su nervio óptico, más el químico del grasiento producto, más las ondas del móvil, más una mariposa de Borneo que agita las alas pero no causa tornados en Cercedilla... todos esos hechos, acciones, químicos, en una gama desde lo inocuo a lo aparentemente poco saludable o incluso aceptado como dañino, provocan que se cure el hombre, pero queda en lo ignorado (hasta para la propia víctima salvada en el último segundo) cuando tal vez esa y sólo esa suma de factores son lo Realmente Saludable Salutífero y ¡quita la gimnasia sueca y los abdominales que pintan lineas fronterizas en donde la espalda pierde su nombre (y pasa a llamarse con mil y un nombres culo-pompis-pandero-posaderas-pandulce-cola...)!
... bueno, cualquier excusa es buena para no seguir la recomendación de los bienintencionados que nos persiguen para que hagamos ejercicio, : )
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(como véis, no me corto y escribo cualquier – y digo, cualquier gilipollez que se me pase por la cabeza- ... espero que no me lo tengáis muy en cuenta) Y por cierto que la ilustración de Homer la saqué de uno que como yo defiende hábitos saludables alternativos...http://www.toupeiratoupeiro.es/blog/chorradas/el-mejor-amigo-del-hombre/
¿Quién sabe donde?
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¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 1 día
Pues sí, quien no se consuela es porque no quiere. jajajajaja
ResponderEliminarPues claro, Homer u Homero para los americanos fue un gran escritor de Odiseas e Iliadas, nadie mejor que él para reflexionar la condición humana(y como mejor se reflexiona es tumbadazo en el sofá o la hamaca). Sobre el tema tratado no es una minucia. Los hábitos saludables te fastidian y un buen día alguien dice que no lo son tanto. Hay gente que te los vende a cambio de dinero y te los convierte en imprescindibles. Esto es un ser o no ser claro. Muy shakesperiano te ha salido el post, ya lo veo. Pero tu no sabes, vale? Expresión que adopto cuando no me entiendan lo de hay más cosas en el cielo...
ResponderEliminarNo hay mejor hábita ni más saludable que la risa y leyéndote yo lo he practicado.
ResponderEliminar¡Arriba el humor!