Hoy os voy a hablar de las Grandes Verdades Fundamentales, las de cosecha personal que he ido recogiendo a lo largo de los años. Es posible que, los que me conozcáis en La Realidad, me las hayáis oido citar en alguna ocasión y a lo mejor hasta me he referido a ellas en este blog, pero nunca había intentado juntarlas y explicarlas.
Son principios que una y otra vez han demostrado su validez, el peldaño evolutivo siguiente a las citas. Reclamo su autoría, incluso si existen otras ideas semejantes, o relacionadas, en algún sitio, porque fueron en su momento epifanías propias, la realización, la condensación íntima y visceral de un conocimiento que de pronto se convierte en frase lapidaria, en sentencia definitiva.
Dicho esto, paso a exponer las que recuerdo ahora mismo (que estoy a punto de aplicar una):
- LEY DE COMPENSACIÓN UNIVERSAL: esta ley parte de la premisa de que si Superman es invulnerable y no puede ser herido por una bala, tampoco puede notar en sus labios la presión de unos labios amorosos (no puede disfrutar de un beso). Si no puede quemarse con las llamas, tampoco puede sentir el calor del sol un día de playa o la caricia de una mano amiga.... Superman es una superpiedra. Y colijo (lo que puede parecer absurdo pero es en realidad forma cuántica de razonamiento) que lo único que nos separa de ser Superman es estar dispuestos a admitir sus consecuencias negativas, ser superpiedras. Puede parecer una estupidez propia de un aficionado a los comics friki, aunque nunca cabe descartar la sabiduría venga de donde venga: Stan Lee dixit (en boca de Spiderman): “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y yo mantengo que un gran poder supone una gran debilidad, una enorme contrapartida negativa que compensa contablemente las igualmente astronómicas ventajas. Esta ley por un lado me reconcilia con la idea de renunciar a ser Superman o famoso o rico o modelo de calendario sobre el que las mujeres babean, porque significaría perder otros superpoderes tales como besar y acariciar o la privacidad o la tranquilidad espiritual del que sabe que no tiene nada valioso que interese a los ladrones o que tiene que decir no al tercer plato de judiones.... Pero al mismo tiempo sí por el contrario elijo la senda de sacrificios, trabajos, pérdidas, riesgos me saben a menos porque sé que el cielo es el límite y tarde o temprano Superman echará a volar. Y ser Superman es, después de todo, algo sumamente guay.
- PRINCIPIO DE LA FINITUD DE LA AMISTAD o “la amistad no tiene límites pero los amigos, sí”, que resume esa paradoja de sentir que hemos nacido para querer sin límite, sin pausa ni tregua, y luego encontrarnos como el Cid, que sería un gran vasallo, si tuviera un gran señor, con amistades que no son como las que aparecen en los libros o en las películas de entrega absoluta, más que hermanos: mis amigos, los reales, en toda la gama del espectro, no me dan todo lo que espero de ellos... Pero como tampoco yo les doy todo lo que esperan de mí. Siendo justos no llego a ser consciente de todas las veces en que he sido yo el que he fallado, pero sé que son miles e inmensas. El toma y daca real se parece más a desconfiado intercambio de rehenes entre soviéticos y occidentales en la Guerra Fría, yo no suelto lo mío hasta saber que tú sueltas lo tuyo (y ¿qué fue antes: el huevo o la gallina? )
Es más, ni siquiera llegan a estar compensadas jamás las dos partes de esa ecuación que convierte la suma de uno más uno en algo superior a dos por maravilla de las ciencias inexactas del alma. Y tal vez sea por ese uno no es realmente un uno completo, entero, sino partes de uno, tan único en su porcentaje y composición que jamás podría encontrar igual, ... desgraciadamente. Incluso mi mejor amiga, mi media naranja, coincide casi casi casi casi (etc) a la perfección con mis anaranjados bordes y protuberancias haciéndonos cuando nos juntamos muuuuy semejantes a una rotunda fruta sin grietas ni marcas... salvo que no lo somos....
Un amigo mío lo expresaba así: “yo no daría mi vida por tí... pero daría mi mano derecha”. Supongo que no se puede pedir más.
- LEY RELATIVISTA DE LOS 5 MINUTOS. Cuando oigas las palabras “... pero eso lo haces tú en cinco minutos”, ¡huye! ¡corre como si tu vida dependiera de ello! porque estás a punto de ser atrapado en el horizonte de eventos de un agujero negro, donde el tiempo transcurre de forma relativista, como una visita al reino submarino de la sirena irlandesa donde unos días de vida se transformaban en años en la superficie y cuando te tomabas unas vacaciones del romance, tus tataranietos ya tenían pelo en el pecho y tus comics habían quedado reducidos a polvo (sin importar en qué funda los hubieras resguardado). Nada, absolutamente nada, que merezca la pena se hace en cinco minutos. “Atajo corto, retraso largo” decía Tolkien y “cuanto más deprisa más despacio” mi madre. Eso que sabemos y sufrimos los que estamos dentro de esa esfera maldita de espacio-tiempo lo ignoran absolutamente los que están fuera de ella. Yo mismo, que muchas veces he sufrido lo de “eso lo haces tú....”, puedo haber dicho/creido en algún otro momento que Tal o Cual podrían resolver eso en los jodidos cinco minutos de marras. El faraón hablando sobre las pirámides diciéndole a Pepe, su esclavo-jefe de obras,: “Eso tú en 5...!”
No sabemos lo que es. No lo queremos saber tampoco para poder decirlo también en algún momento. Hice la prueba: intenté traer conmigo a casa a un amigo para que resiguiera mis actos en tiempo real mientras hacía una de esas “naderías que tú te liquidas en breve” y asistí a los cambios rapidísimos de sus facciones de la incomodidad al aburrimiento, e incluso a la rabia, como animal atrapado.... Lo más que conseguí es que creyera que no quería o que realmente no sabía (porque uno que sabe no tarda más de 5,... bueno, venga, 6 minutos).
- LA PARADOJA DEL FINAL FELIZ, o no existen los finales felices, porque si es final no es feliz y si es feliz no es final, no quieres que acabe: “don juan, don juan, la puntita nada más” y su contrapartida, el matrimonio que fuera perfecto que de pronto se acaba en separación y divorcio y de pronto todos esos años felices se convierten en cenizas en nuestra boca, en bilis en nuestro estómago. Sólo existen pellizcos en la piel del tiempo, atrapados entre dedos torpes-gordos y el llamado final feliz no considera el análisis diacrónico tipo marx-weber, la historia representada como una sucesión dinámica de eventos y cambios...
- LEY DE IMPENETRABILIDAD DE LOS SENTIMIENTOS: dos pasiones no pueden ocupar el mismo tiempo y espacio. Somos seres secuenciales. Si nos inunda la ira no podemos estar alegres, si nos estamos riendo no podemos tener miedo, aunque a ratos parezca que vienen muy seguidas unas emociones de otras, pero esa mezcla no es homogénea, disolución, sino heterogénea, y si acercas la vista distinguirás entre una y otra. Otra cosa es que sepamos identificar claramente qué es cada cosa, y supongamos que tenemos depresión, cuando lo que tenemos es la visita de su primo segundo, el aburrimiento, o de su bondadosa tía, la melancolía.... Todos las filosofías, religiones, y ahora los libros de autoayuda, apuntan a la extraordinaria importancia del auto-control, de dominarnos a nosotros mismos para conquistarnos a nosotros mismos, de conseguir lo que queremos a largo plazo renunciando a lo que deseamos instintivamente a corto. En todo caso es una guerra, entre el bien y el mal, entre lo positivo y lo negativo (siempre positivo, decía el sabio Van Gaal)... Guerra a muerte.
Yo hoy (ayer) finalmente he decidido que ya está bien, que estoy harto. Estoy lo suficientemente cabreado conmigo mismo, con mis eternos lloriqueos, con mis eternas quejas, para vestirme las armas. Battle stations! Hoy voy a ser feliz aunque sea a leches, : )
¿Quién sabe donde?
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¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 2 días