Me presento a un examen. Hay una decena (más) de personas. Me pongo en funcionamiento: empiezo a hablar con todo el mundo, soy expansivo (hasta la extenuación), sonrío, bromeo, me cojo confianzas (muchos hay por el mundo que desean q invadas su espacio personal, aunq sea hablando, porque todos vivimos bastante solos y aburridos, supongo... otros, sin embargo, te ven como alguien latoso e impertinente)....
El caso es conseguir conquistar la sociedad, darse a conocer, hacer contactos...
Es un coñazo. Y no sólo para algunas de mis víctimas ("quién es este histriónico-histérico pesado-desesperado?"). Para mí, también.
No poder dejarse llevar por la corriente interna de los ciclos vitales, que empujan a la depresión y al reconocimiento de la inutilidad de todos esos esfuerzos, de la vaciedad de ser amistoso y majo y sociable, de la situación de debilidad que nos lleva a querer vendernos (si fueramos fuertes no tendríamos que buscar público, ni contactos... ellos vendrían solos).
Porque no todos a los que sonreimos nos suscitan o nos provocan una sonrisa ni el deseo de conocerles realmente. Es como cuando de joven necesitaba recolectar tfnos de chicas en una fiesta. Consumismo baldío y bobo, los medios que se confunde con los fines, porque no hay fin, ni final para la soledad y la necesidad.
Me siento como un actor, jinete de emociones q no son todas ciertas, fingiendo, fingiendo, y también aunque el caballo sea fantasma sintiendo en la cara el viento de los sentimientos a los que invoco. Mierda de showbissssne.
Por cierto, q hace un mes tuve un sueño de esos q explican el mundo, lo revelan. Y pensé en escribir sobre ellos, en contarlo, pero en su momento no lo hice.
Lugar: un sueño. Yo ando por una calle. Me cruzo de acera. Me ha parecido reconocer a alguien entre los transeúntes. "Te conozco?" "Pues, mira, sí. Soy Tal y Cual" gesto de no caigo por mi parte "soy actor, tal vez te suene mi cara de mi trabajo en esto y en lo otro" (como Doug McClure en los Simpson, "tal vez me recuerden por mis papeles en ...."). Sigo sin recordarle, pero supongo q tiene razón, y q por eso ese aire de familiaridad. "Y qué haces aquí?" "Bueno, me ofrecieron este trabajo de extra en sueños... Hoy me toca hacer de viandante... Y por cierto, qué tal lo he hecho? Lo he hecho bien? Doy el tipo?... Yo intento meterme en mi papel de hombre-que-va-por-la-calle-ocupado-en-sus-pensamientos...." Pobre. Vaya trabajo. Hacer de extra en los sueños ajenos. Es el colmo del trabajo invisible, del que se olvida, se ignora.... Pero en algo hay que trabajar, no?
Ese fue el sueño.
Tal vez me viera a mí mismo, deambulando como fantasma, extra en un escenario irreal.
Echo de menos la carne. Las dos.
¿Quién sabe donde?
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¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 2 días