Los del Montepío del Teléfonos me han dicho que puedo publicar las poesías con las que he ganado el segundo premio de su concurso "Háblame de amor y de amistad". 625 leuritos.
Primera reflexión previa: ellos saben (o presienten) que mi blog no lo lee ni Dios así que... ¿qué más da?
Segunda reflexión: el ganador del primer premio (el q me derrotó) al parecer tiene 300 premios en su haber. No es tanto: el record al parecer lo tiene un andaluz que tiene cerca de 1500 premios diversos. Creo recordar q me dijeron que su nombre era Tallín Benavides, pero vaya usted a saber si eso es cierto o me engaña mi memoria.
Y la poesía, q son tres:
Invéntalo
Invéntalo tú, que yo no puedo.
Recuerdo, sí, que estaba cerca,
encima, debajo y a los lados,
recuerdo oírlo como fragor en los labios,
sangre en los dientes, sabor
a corazón que sabe que es
primordial, primero y antes que nada,
músculo vivo, vida que late.
Me olvidé del amor, mi amor,
lo siento.
Pero sé que tú lo tienes, lo puedes
construir en un momento,
con uno solo de tus gestos,
con tus manos de dedos largos
esculpirlo del aire, conjurarlo
con una voz, tu voz (que hace
del silencio un hogar, el nuestro).
Invéntalo tú hoy, que yo ahora no puedo.
Mañana, mañana seré yo quien te lo ofrezca.
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Mírala, mi casa,
amarilla antes de que el añil triunfe sobre el dorado del final de un día de verano.
Dirás: "no es gran cosa, tu casa"
... si te atrevieras,
pero cuando yo veo de lejos sus ventanas la estoy viendo por dentro,
en cualquier tiempo,
y puedo viajar con la mente
por sus habitaciones,
andar sus corredores y
oir como si oyera sus susurros o sus voces.
El salón de la siesta y los abrazos mullidos de sofá,
el cuarto de juegos con sus risas colgadas
como abrigos que displicente
tiras sobre la cama haciendo montón,
el dormitorio con sus sueños
y la manta que te calienta, cuando llega el relente,
y el pie que calienta el pie que está frío,
y la cocina donde preparas planes exquisitos,
dulces sabores que se hacen con paciencia,
alimento para el alma.
Y hasta el baño, con sus cosas y sus
eufemismos coquetos, pudores simpáticos....
que huelen a agua de colonia y a persona.
Tendidas en el lavadero
prendas, nuestra camisa favorita,
el pantalón más cómodo,
el jersey que fue un regalo.
Los años pasarán
y le saldrán grietas
y acaso tenga algún día
("ya tiene", señalas) señales, agujeros y marcas
Pero no la afean, que son huellas de
felicidad enmarcadas,
cuadros,
rastros de existencia tan llena que tuvimos que hacer hueco.
Sí, cambia, ha cambiado, cambiará mi casa
pero siempre será, aquí y ningún otro lugar,
mi hogar.
Por eso me casé con ella.
Y los dos cumplimos cuarenta.
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Dentro de mí
crece feraz un mar de ortigas,
selva hostil que me atrapa,
que me sofoca y me agarra.
(Me ahogo)
Afuera, el aire,
y tú, que eres aire,
limpio, fresco, libre.
¡Dame aliento!
Dentro de mí
miel negra,
oscuridad pegajosa, venda
que tapa y que disfraza
con color de muerte cualquier cosa.
(Me ciego)
Afuera, luz,
y tú, que eres luz,
estrella que espanta la noche,
sol que revela.
¡Brilla!
Dentro,
aullido, chillido, grito,
como agujas violentas
clavándose, repentinamente, siempre
huyendo, persiguiéndome.
(Me ensordecen)
Afuera, música,
y tú, que eres canción
dulce, voz que besa,
y también silencio.
¡Habla!
Dentro estoy yo.
Fuera, todo lo que es
bello y bueno: tú.
Aire, luz, música.
Libérame
¿Quién sabe donde?
-
¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 1 día
Las tres son preciosas.... aunque la primera me ha llegado más que las otras.
ResponderEliminarSon pensamientos trasladados al papel.
Muy bonitas. Enhorabuena!
Laura (Jade)