Hola, chicos, chicas, Universo...
Aquí otra entrada que no lo es, pero explica porqué no las hay últimamente. Un trabajo al que a lo mejor acaba llegando por casualidad un estudiante cualquiera que necesita oír que hay por ahí sobre los autores de quienes le ha tocado hablar. Espero que le ayude.
En el compromiso entre hablar sin más y hacer algo que recuerde medianamente lo académico, ha salido este comienzo de trabajo. Más largo de lo que me pedían, más corto de lo que debería ser porque deja varias cuestiones sin desarrollar. Pero ya lo acabaré... en algún futuro indeterminado.
Las notas, con fuente distinta y cuerpo menor, incrustadas.
Entretanto:
UN MUNDO NUEVO (EN EL NUEVO MUNDO)
Ficción versus realidad en los autores argentinos,
otro trabajillo de rafarrojas
PRÓLOGOS Y PROLEGÓMENOS
(a la manera de Borges, el de los Mil y Un Prólogos)
1. Sobre los autores – Impresiones absolutamente personales y por tanto absolutamente inciertas
Al leer uno acaba imaginándose a la persona que tiene delante (en letras). Alzas los ojos del texto y miras a los ojos (invisibles) de quien te está hablando. Luego viene el cotilleo, el querer enterarse de más detalles sobre su vida, ¿quién es? ¿de dónde sale? Entre todo compones un retrato que está formado a partes iguales de espíritu y carne de historia, de pasado. Cuánto más te impresionan sus palabras más lo humanizas, tal vez prestándole parte de tí mismo (o es él quien te la presta a tí, te la descubre).
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Rodó, un ex-pijo repipí metido a periodista político decimonónico, es decir, redicho y retórico. Algunos llaman a eso modernista, pero nunca se me ocurriría comparar a mi admirado Rubén Darío con este plumilla que parece uno de esos maestros de primaria que hablan como curas cursis, blandito.
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Lugones, tipo raro, friki
Masón que mezcla interés por la ciencia... y lo que no es ciencia: el ocultismo, la teosofía, lo que no se puede explicar sino desde la espiritualidad más peregrina:
- La revista Philadelphía, revista mensual subtitulada Órgano de la rama argentina "Luz de la Sociedad Teosófica”, de la que Lugones fue secretario general.
- Leopoldo Lugones iniciado en la Masonería Argentina el 13 de noviembre de 1899, donde ejerció diversos cargos hasta formar parte en 1906 – en calidad de miembro activo – del Supremo Consejo del Grado 33 para la República Argentina. Curioso que lo abandonara después de auspiciar el derrocamiento de su hermano masón, Hipólito Irigoyen (presidente argentino).
... pero con talento. Me impresionó su "Solterón" (más que sus cuentos). Como aquel personaje suyo, Lugones es pura soledad, incluso rodeado de gente: en parte probablemente por su soberbia, en parte por su incapacidad para encontrarse satisfecho en ningún sitio. Hombre de extremos y de extremados cambios y radicalismos, de paradojas no resueltas, siempre un anti- más que un pro-, hombre de culo-intelecto inquieto (más que inquieto, cabreado)
- en Política, pasó sucesivamente por liberal, socialista, defensor de Lenin, anarquista (escribió para El Pensamiento Libre, publicación considerada atea y anarquista), primero partidario de los Aliados en la Primera Guerra Mundial, acabó protofascista y nacionalista, en “la hora de la espada” como bautizó él mismo ese momento -1924- favoreciendo la injerencia militar en la política en el discurso del centenario de Ayacucho . tildado de fanático y autoritario
- en Arte, influido por el romanticismo francés, por el simbolismo, el parnasianismo (pero como diría su amigo Ingenieros, salía de la torre de márfil para llevar el arte al pueblo), el expresionismo, el decadentismo, el modernismo... Según Gioconda Marún, profesora de la Fordham University y autora del trabajo “EINSTEIN Y LOS ORÍGENES DEL EXPRESIONISMO EN LA ARGENTINA: LUNARIO SENTIMENTAL (1909) DE LEOPOLDO LUGONES”: “si Lugones sorprende por la «pluralidad de posturas estéticas», es porque como lo reveló en una carta personal: «Peregrin[ó] sin cesar en busca de la fuente no encontrada».”
autodidacta salvaje (éste, rasgo común de todo ellos, porque Rodó no terminó sus estudios, ni Lugones, ni Quiroga, ni Cortázar..., faceta relacionada con otras dos también repetidas en mis comentados: un descalabro financiero en la familia que dejan a un niño bien en la situación de buscarse la vida, condenados al pluriempleo, pero ansiando aquello que sólo entrevieron, la educación del buen burgués).
Debía ser bastante intratable.
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Quiroga. Me alegro de haber tenido la oportunidad de conocer a este hombre. El amigo de Lugones se parece a él en que su historia es triste (desoladora sería tal vez más exacto) y no me apoyaré siquiera en el hecho de que ambos acabaran suicidándose .
Pero a Quiroga le veo un como un Clint Eastwood de "Sin Perdón", endurecido, a ratos cínico, pero a la vez tierno, con un fondo de entrañable sensibilidad, más amable, más humana.
Tenía valor y energía, aunque al final no le dieran los réditos que merecía. Un emprendedor, un aventurero, un hombre deseando labrarse su destino.
Dicho de otra forma: a Quiroga la vida no le trató bien, mientras que Lugones no trató bien a la vida.
Un pequeño salto y nos plantamos en Borges.
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Borges es cerebro... y poco más, pero ni falta que le hizo nada más, (salvo en su vida personal, que le habría conseguido otra cosa de Estela Canto)
“Sexualmente me era indiferente, ni siquiera me desagradaba”. Por si había dudas, agregó: “Cuando me apretaba entre sus brazos, yo podía sentir su virilidad, pero nunca fue más allá de unos cuantos besos”, que ella calificaba de “torpes, bruscos, siempre a destiempo” en http://www.megustaleer.com/fragmentos/12657/Text/066_capitulo.xhtml.
Otro tipo de
nerd, un ratón de biblioteca, un ratón listo listo que amaba las letras, roer las historias como si fueran delicatessen, manjar exquisito, el “Firmin” de Sam Savage si has leído la novela.
Dicen que a Borges o lo amas o lo odias. Yo lo aprecio bastante: era un absoluto genio (como Woody Allen, como Hitchcock). Pero un genio cobarde, oculto tras las baldas de las estanterías, tras impresos y papeles. En su libro “Borges, a contraluz”, Estela Canto lo resumió muy bien, creo: “
No era un hombre convencional, pero sí un prisionero de las convenciones. Anhelaba la libertad por encima de todas las cosas, pero no se atrevía a mirar a la cara esa libertad”. Borges era tan pacato (“
sumiso”, le llegó a llamar Canto) que probablemente sólo podía consumir la vida en puré de tinta, no masticarla él mismo. Su sentido del humor, su ingenio sin límites, su imaginación sólo se atreve a saltar desde el trampolín de lo que dijeron otros, de lo que pensaron otros. Pero eso sí, cuando lo hacía, ¡a qué increible altura llegaba! Una pena que no se atreviera a defender sus ficciones, y que siempre las diera como tales, ejercicios de inteligencia.
¡Cómo me hubiera gustado haber sido su amigo! (incluso una amistad tan limitada como la de aquel inglés de "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", “
una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo”, jajajaja). /
La ilustración es, creo, de un tal Erik Desmazieres... en todo caso, la cogí de https://thefaustorocksyeah.wordpress.com/2013/08/27/jorge-luis-borges-la-biblioteca-de-babel-ilustrada-por-erik-desmazieres/
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Cortázar,
the last but not the least, creo que era el que mejor preparado estuvo de los cinco para disfrutar de la vida y también creo que lo hizo sobradamente. Tal vez ayudó que le tocara vivir tiempos más libres, incluso liberadores. Con muchos de los rasgos envidiables de Borges: su sentido del humor, la imaginación poderosísima; pero ninguna de sus limitaciones, él mismo un cronopio, un
hippie, un bohemio. Creo que sólo amó realmente dos cosas: a sí mismo y al arte, y que su interés por el resto de la humanidad era a un nivel intelectual, no emocional realmente. Le veo, aunque eso varió con el tiempo, como un artesano, un fabricante de relojes o de cajas de música, ensimismado, super entretenido, en la construcción de engranajes, puzzles, dando luego un paso atrás para contemplar su trabajo. Y en los ratos libres, música y mujeres. Un tipo con suerte.
Sé que este vómito de juicios propios no es lo que se le pide a un comentarista, y sin embargo nada más real y más cierto a nivel personal. Habrá otros Lugones, Quirogas, Borges y Cortázares que a mí se me escapan, pero éstos son los míos, los que he aprendido a querer.
2. Sobre el género literario de las obras comentadas (y otras relacionadas)
Pierdo la cuenta de las veces que he leído durante esta carrera esa frase que dice “
resulta difícil delimitar el concepto”...
Desde el primer burócrata del conocimiento, Aristóteles, todo académico que se precie ha buscado marcar con etiquetas todo lo que quedaba a su alcance, poseído por un furor ordenacista que multiplicaba nombres sin multiplicar sabiduría. Y así: llamaremos a esto “sintagma nominal”, llamaremos a esto otro “periodo de Fin de Siglo”, llamaremos a lo de más allá “dialecto”, y esto será “cuento” y lo de allí “relato” y eso “fábula” y lo otro “leyenda” ... Cien mil chupatintas y bibliotecarios armados con Dymo, enfebrecidos y desatados, “marbeteando” el Paraíso, creando “ciencia”, o lo que creen que es lo mismo, glosario de arcanos (sus arcanos). (y ahora que releeo "100 años de soledad", como José Arcadio Buendía poniéndole rótulos y leyendas a las cosas para salvar el olvido).
Y así se entretienen los oficinistas de la filología, entregados al
name dropping, buscando demostrar quién es el erudito supremo. Y siempre habrá alguien nuevo que llegará con una nueva ocurrencia, para hacerse su hueco (huero) e inventará un nuevo término descriptivo, como dioses en prácticas intentando hacer carne el verbo.
Y luego empezarán los problemas, las discusiones sobre el sexo de los ángeles, los reproches cruzados entre estudiosos que manejan distintos diccionarios, y las lamentaciones porque “
¡es tan difícil delimitar el concepto!”
Bajo el microscopio, la muestra XJ43: literatura -; hispanoamerica -; argentina: Echeverría, Quiroga, Lugones, Borges, Cortázar...
Y sucesivos señores, que se turnan para atisbar por el anteojo, levantan ahora la cabeza para pronunciar con seriedad y rigor: “
nos encontramos ante género narrativo fantástico”.
Y luego como los parientes que se asoman al cochecito del bebé y enseguida identifican los rasgos de sus antecesores, afirman sin ningún género de duda (y probablemente sin ningún acierto): tiene ese aire de familia Barroca... yo le veo la nariz de Romántico de su padre, ... esos, sin duda son los ojos de la madre Surrealista....
Ahora bien, cuando Colón llegó a América, lo hizo convencido de haber dado con las Indias (y aquí una pausa para reírnos de su ingenuidad o de su ignorancia o de ambas). Y no cayó inmediatamente en su error, ni a los cinco minutos, ni a los diez. Tuvieron que pasar cinco años (¡cinco años, manda huevos!) para que Américo Vespuccio expresara sus dudas por escrito: “
¡y a mí que me da que esto no es Asia...!”
Igualmente los críticos, cuya única función en la vida es organizar, listar y etiquetar (o limpiar, fijar y dar esplendor), ante géneros nuevos avisan de haber llegado a tierra vieja por camino nuevo, sin reconocer que están ante nuevos continentes con distintos contenidos.
Utilizaré las palabras que pronunciaba José Enrique Rodó en "Ariel" (1900):
“
no veo la gloria, ni en el propósito de desnaturalizar el carácter de los pueblos, — su genio personal, — para imponerles la identificación con un modelo extraño al que ellos sacrifiquen la originalidad irreemplazable de su espíritu”
FICCIÓN O REALIDAD, O VUELTA Y VUELTA.
1. Aunque asumamos que efectivamente existe una línea continua en el género fantástico que une -como recorren los paralelos la superficie del globo (cíclica idea de repetición de Borges)- a los mitos antiguos griegos y romanos, las leyendas medievales, la novela gótica, hasta llegar al cuento “con unidad de impresión” de Poe
“El cuento se caracteriza por la unidad de impresión que produce en el lector; puede ser leído en una sola sentada; cada palabra contribuye al efecto que el narrador previamente se ha propuesto; este efecto debe prepararse ya desde la primera frase y graduarse hasta el final”. Poe, en Graham’s Magazine, 1842
o aquel “generador de miedo” de Lovecraft
H. P. Lovecraft es citado textualmente tanto por Aizriki como por Todorov, ambos usando la misma frase del autor de Cthulhu: "Un cuento es fantástico simplemente si el lector experimenta profundamente un sentimiento de temor y de terror, la presencia de mundos y poderes insólitos"
, los cuentos de humanas bestias de Kipling y, más allá sigue con Verne, Wells, o cualquiera de los otros que llegaron y aun los que vendrán luego, ...
....Aunque podamos efectivamente trazar ese vínculo “La Tempestad” de Shakespeare, “Caliban” de Renan, “Ariel” de Rodó; o de las Tierras Vírgenes de Kipling a los "Cuentos de la Selva" de Quiroga; o “La Caída de la Casa Usher” y “William Wilson” de Poe, con “Casa Tomada” o “Lejana” de Cortázar, respectivamente., por poner varios ejemplos..
...Aunque ellos mismos reconozcan sus preferencias:
- Quiroga en “El Crimen del Otro”: “
Poe era en aquella época el único autor que yo leía. Ese maldito loco había llegado a dominarme por completo; no había sobre la mesa un solo libro que no fuera de él”.
- O Borges, que hizo decir a su Menard: “
No puedo imaginar el universo sin la interjección de Edgar Allan Poe: Ah, bear in mind this garden was enchanted!”.
- O Cortázar “
de niño desperté a la literatura moderna cuando leí los cuentos de Poe que me hicieron mucho bien y mucho mal al mismo tiempo. [...]
Poe me enseñó lo que es una gran literatura y lo que es el cuento.”
De la entrevista que le hizo a Cortázar, Elena
Poniatowska “La vuelta a Julio Cortázar en (cerca de) 80 preguntas”, publicada
en Revista Plural, nº 44, mayo de 1975, México y recogida en
http://www.geocities.ws/juliocortazar_arg/cercade80.htm
...
¡Incluso así!, podríamos decir que esas deudas de los hispanos hacia las literaturas de la(s) metrópoli(s) fueron pagadas con creces, con intereses (“a modo” que diría un mejicano), aportando su singularidad y revitalizando así el género.
A veces pienso, que a la fantasía en Europa en la primera mitad del siglo XX iba camino de ocurrirle lo mismo que a los bosques de Europa: en algún momento de su pasado fueron tierra virgen, agreste, oscura y salvaje, pero con los siglos se habían ido domesticando, se habían convertido en jardines, en parques, en postales Disney. Quitando tal vez algunos últimos rincones, reservas cargadas de tiempo y de tradición, que se revisitaban, a los que se regresaba, evocando antiguas épicas y mitologías, pero incluso allí cada árbol tenía su sitio acordado, anticipable, civilizado .
Y aquel grupo de Inklings de Oxford representa
para mí claramente esos dos extremos: la infantilización de C.S.Lewis o la
tradición legendaria de Tolkien o Eddison.
Y lo civilizado está en contra de lo fantástico, como lo común está en contra de lo extraordinario. Cuando lo extraordinario se transforma en lugares comunes pierde su poder, su magia. Es materia procesada, pasta y sopa y puré, masticada a través de los siglos como por las encías sin dientes de un viejo, con más baba que mordiente.
(Y eso sin contar los que seguían en pleno siglo XX repitiendo esquemas y fórmulas ya viejas, adocenadas, de literatura gótica.)
Los elfos, silfos y trasgos europeos se han aburguesado, suavizado, y pagan impuestos. Ya está todo explicado, hasta lo inexplicable.
Pero en otros lugares, en el Cono Sur por ejemplo, en donde no se cuenta con los avances científicos de la metrópoli, allí todavía la Naturaleza está por conquistarse, por nombrarse incluso, y aún depara sorpresas, violencias y asombros. La realidad está sin cartografiar, todavía le queda magia para dar frutos de
mythos y no de
logos.
2. Pero siempre cabe
NEGAR LA MAYOR, esto es, esa que habla de ficción como opuesta a la literatura de la realidad, y decir como Supertramp con la crisis “
¿Realidad? ¿qué Realidad?”.
La realidad tiene, parece, una cualidad indefinible en Hispanoamérica, un elemento de incertidumbre, de espacio indeterminado, definido en gris, poblado de extrañas sombras (¿y qué más extraño que delinear la sombra de un inglés y que te salga el dibujo de un mono, como en el cuento de Lugones?). O será la irrealidad, la ficción, la fantasía la que cobra cuerpo, materia en las historias que cuentan los argentinos. Porque sólo así se explica esas denominaciones intermedias, oximorónicas: realismo mágico, lo real maravilloso, lo neofantástico....
Para comprender las sutiles graduaciones de realidad que incluso los críticos reconocen, eché mano de la documentación y así supe que
-
Realismo mágico fue término acuñado en 1925 por Franz Roh en su libro “Realismo mágico, Post expresionismo. Problemas de la pintura más reciente”: “
Pintores postexpresionistas como Max Beckmann, George Grosz y Otto Dix, estaban pintando nuevamente objetos ordinarios pero, a diferencia de los impresionistas, lo hacían con ojos maravillados porque más que regresar a la realidad, contemplaban el mundo como si éste volviera a surgir de la nada, en una suerte de magia de recreación.”
1948, Arturo Uslar Pietri en el libro “Letras y Hombres de Venezuela” señaló que “
lo que se volvió prominente en las historias cortas y dejó una marca indeleble fue la de considerar al hombre como un misterio rodeado de hechos realistas”
1955, Ángel Flores artículo publicado en la Revista Hispania, en “Magic Realism in Spanish AmericanFiction”- Para Flores la obra de Borges refleja la influencia
de Kafka, a quien el autor había traducido años atrás. Estimulados por Borges, varios autores como María Luisa Bernal, Silvina Ocampo, Luis Albamonte los cubanos Novás Calvo y Labrador Ruíz, los mexicanos Arroela y Juan Rulfo y el uruguayo Juan Carlos Onetti.
[Y aquí nos encontramos de nuevo con una de esas, ¡oh, asombrosamente útiles!, discusiones de los expertos, porque a Flores le replicó en 1967 Luis Leal en “Magic Realism in Spanish American Literature” negándose a meter a Borges en el saco del realismo mágico, y afirmando que en las historias de Borges y en las creadas por otros escritores de literatura fantástica, el rasgo principal es la constitución de jerarquías infinitas, lo que según Leal para nada es típico del realismo mágico, que no está pensado para crear seres imaginarios o mundos, sino para descubrir la relación misteriosa entre el hombre y las circunstancias que lo rodean.... Y yo, sin ser experto ni sabido como Leal pienso en aquella frase de Evaristo Carriego “
esa impresión de irrealidad y de serenidad es mejor recordada por mi en una historia o símbolo” o lo que decía en aquel poema. “Llaneza”: “
lo que tal vez nos dará el Cielo: [...] sencillamente ser admitidos / como parte de una Realidad innegable.”
... Pero ellos sabrán, que para eso son doctores)
-
Lo Real Maravilloso por su parte se queda presuntamente fuera de esta competición de argentinos, porque lo inventó el cubano Alejo Carpentier.
1949, prólogo a su novela “El reino de este mundo” : "
¿Qué es la historia de América Latina sino una crónica de lo maravilloso en lo real?"... O sea hacer hincapié en el elemento extraordinario de la cultura hispanoamericana: lo que en otras culturas es mágico, sobrenatural o inverosímil, en los países del otro lado del charco es cotidiano. “
Para los que practican lo real maravilloso, sus personajes indígenas o negros de Guatemala, Cuba o el Brasil creen en los aspectos mitológicos o espirituales de su cultura.”
http://www.ecured.cu/Realismo_mágico
O sea: autóctono, de la tierra.
Y digo yo si, dicho así, no se debería incluir como real maravillosa “La noche boca arriba” de Cortázar “
Y todo era tan natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva, cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los motecas, conocían.”
O “El Sur” de Borges; “
Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro y se dijo, rememorando inútiles discusiones con gente de los partidos del Norte o con entrerrianos, que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur.”
O incluso “El almohadón de plumas” de Quiroga,... ¡porque a ver dónde encuentras en Cuenca o en Limoges o en Ashford (Kent) un bicho como el que sorbe el cerebro de la protagonista! ...sólo en Misiones, supongo yo: “
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.”
- Y luego pasamos a esa categoría de
Lo Neofantástico, en este caso, vocablo fabricado por Jaime Alazraki de la Columbia University para designar un nuevo tipo de fantástico, el de Cortázar (menos miedo, más humor y metáforas surrealistas).
En 1978, Alazraki presentó un trabajo llamado "Literatura neofantástica: una respuesta estructuralista", que se proponía esbozar un método de estudio para estas ficciones que se resisten a la llamada "crítica de la traducción" y luego en 1983, desarrolló sus ideas en "En busca del unicornio: los cuentos de Julio Cortázar; elementos para una poética de lo neofantástico".
Y puesto a inventarse denominaciones para alguna de estas formas de composición, yo sugiero para Cortázar una propia:
el Ilusionismo.
El ilusionista se distingue del mago en que lo suyo no es tanto cuestión sobrenatural como efecto óptico, de espejos (que tanto le gustaban a Borges) o de juegos de manos, truco (no de navajas entre malevos, sino de trileros). Y así los cuentos de Cortázar pueden parecer mágicos, pero lo extraordinario sólo funciona si no se explica, si no se ve el truco, si no ves el juego (el de palabras que ocultan la realidad en la manga). Sólo mientras el “algo” de la Casa Tomada permanezca innominado, eluda su definición.
Jacques Finné, en su libro La Literatura Fantástica en 1980 llama neofantástico al relato fantástico “
para el que lo sobrenatural no constituye un objetivo por sí, sino un trampolín para la difusión de ciertas ideas”.
Cita recogida en “Estética y pragmática del
relato fantástico: la estrategias narrativas y la cooperación interpretativa
del lector” de Juan Herrero Cecilia, Universidad de Castilla-La Mancha, 2000
Y el propio Cortázar, en su cuarta clase en Berkeley, se posicionaba: “
La fantasía, lo fantástico, lo imaginable que yo amo y con lo cual he tratado de hacer mi propia obra es todo lo que en el fondo sirve para proyectar con más claridad y con más fuerza la realidad que nos rodea” y ponía como ejemplo su cuento del atasco “La autopista del sur”.
Clases De Literatura. Julio Cortazar ,
Alfaguara, Madrid, 2013
¿Es impresión mía o son asombrosamentes semejantes (equiparables) esas descripciones de Finné y Cortázar a la que hacía en referencia a El Matadero de Echeverría en una entrada sobre Romanticismo en Argentina e Hispanoamerica un blog argentino: “
presenta un cuadro realista aunque idealizado bajo la mirada política del autor. Es un realismo que a veces mutila y a veces deforma la realidad porque se pone al servicio de un propósito: persuadir, convencer” ?
Echeverría que normalmente es considerado antes bien un antecesor del realismo... Me sirve para volver a hablar de la difusa frontera entre realidad y ficción. Ech. era señor romántico, o sea de las filas de lo idealista y lo extremoso, y lo que hizo fue a mi parecer no simple cuadro costumbrista sino
gore en prácticas, fábula inversa.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, Nieves Vázquez, mi profesora favorita, sabia más allá de toda medida, concluía que no debemos hablar de realismo mágico, en singular, sino de
realismoS mágicoS, en plural, porque hay muchas clases distintas de juegos y variaciones en la composición ficcionaria de la realidad (si es que eso de la realidad existe).
Vida y muerte
De todos los géneros literarios el supuestamente menos ficticio y más apegado a la realidad es la biografía.
Pero frente a los que creen en la capacidad de la escritura autobiográfica de ser portadora de datos reales referidos a la existencia verdadera del autor (léase, Philippe Lejeune) están los que mantienen que el lenguaje no puede, no basta, no sirve, para expresar la vida tal cual es (por ejemplo, los deconstrucionistas como Jacques Derrida o Paul Man). El lenguaje es por su misma naturaleza ficción referencial.
Mercedes Laguna González, “La Escritura
Autobiográfica”. Lindaraja. Revista de estudios interdisciplinares. Número 3,
septiembre de 2005.
“
Que un individuo quiera despertar en otro individuo recuerdos que no pertenecieron más que a un tercero, es una paradoja evidente. Ejecutar con despreocupación esa paradoja, es la inocente voluntad de toda biografía. “ J.L.Borges “Evaristo Carriego”
“
La memoria es invadida constantemente por la imaginación y el ensueño” Buñuel. "El último suspiro".
“
Sé que uno nunca puede conocerse, sino solamente narrarse” S. de Beauvoir
Pienso en el relato de las vidas que hace Borges de la viuda Ching, the Billy el Niño, de Eastman, etc... en Historia de la Infamia.... Puras Novelas.
Y pienso en lo que contaba Cortázar en el prólogo a sus traducciones de Poe: “
Más tarde, biógrafos entusiastas le harían decir otras cosas. La leyenda empezó casi en seguida, y a Edgar le hubiera divertido estar allí para ayudar, para inventar cosas nuevas, confundir a las gentes, poner su impagable imaginación al servicio de una biografía mítica.”
En “La Postulación De La Realidad” (dentro de Discusión) Borges habla de esos dos bandos eternos, ilustrados (los llama ‘clásicos’) o románticos, burgueses o bohemios, realistas o idealistas, aristotélicos o platónicos, Locke o Berkeley: “
La realidad que los escritores clásicos proponen es cuestión de confianza [...]. La que procuran agotar los románticos es de carácter impositivo más bien: su método continuo es el énfasis, la mentira parcial.” y en otra parte “
El clásico no desconfía del lenguaje, cree en la suficiente virtud de cada uno de sus signos.”
Pero incluso en la supuesta realidad de la biografía está lo que no se dice, lo que no se sabe decir, lo que se dice con convencimiento pero no es cierto... Como aquella relación de Cabeza de Vaca, "Naufragios", donde lo contado no era lo contable, porque existía un propósito distinto al retrato fidedigno de sus avatares en la Florida, y adolecía de capacidad para retransmitir tanta novedad como estaba viendo y viviendo. Incluso si hay Verdad en las palabras que reflejan (no reproducen) una vida, se trata de verdad individual, no universal ni absoluta.
Reconozco que no acabo de decidir totalmente a qué carta quedarme.
-A veces el pensamiento sólo cobra cuerpo cuando es expresado y mientras tanto permanece en forma de niebla en el limbo difuso y negable de las ideas, hasta que por ejemplo ocurre que un hombre dice por primera vez en voz alta “la quiero”. Según esa teoría, al hablar nos comprometemos con la realidad, la realizamos, algo semejante a ese efecto que en economía se llama “predicción autorrealizadora”.
- Y a la vez, por el contrario, cuando expresas aquello que tienes en la cabeza, al hacerse letra lo pensado pierde toda sustancia y se transforma en aire y se pierde (los suspiros son aire y van al aire), como el vaho un día de frío, calor que se pierde, aliento que se queda en nada. Como este mismo trabajo que “sonaba mejor en mi cabeza”, como ese miedo que se reconoce y que se enfrenta y se queda en una pura tontería, o como el sueño que se explica y aunque parecía muy razonable y posible cuando se cuenta se transforma en absurdo indefendible.
Por ambos motivos, me inclino por pensar que el lenguaje (y por extensión, la literatura) es en sí mismo una forma de realidad distinta, realidad paralela, que se superpone o discurre aneja a la Realidad Física, relacionada pero independiente. No es tampoco sueño o inconsciencia, sino la materialización inmaterial de ambos (
alosomni, como alomorfo, que yo también puedo inventar palabros).
Hablemos ahora de
la muerte. Cualquier cosa que se escriba sobre ella por fuerza es invención, ni aun de los que hayan vivido experiencias cercanas a la muerte, que para bien o mal sobrevivieron para contarla. Ningún muerto habla (y los que lo hacen, sólo porque han conseguido la segunda vida de las de Manrique o mejor dicho la vida de Gutenberg). Y si como Quiroga o Lugones has vivido rodeado de muerte, aun así es visión de testigo, lo que implica separación definitiva. Pero la Muerte (como el Amor, ya lo dijo Freud, Eros y Thanatos) nos conforma, nos sitúa, como las fronteras de los países vecinos definen el propio (Mordor hace Gondor). Por eso la Muerte es materia fundamental de la literatura, y es a la vez la última ficción.
Podría hablar aquí de las mil y una muertes reales-biográficas y soñadas-en cuento de Lugones y Quiroga. y luego de Borges con sus muertes esperadas-anticipadas o descontadas (como la del minotauro niño retrasado encerrado en palacio que ni se defendió, o la del otro que terminaba su tercer acto de un drama en el tiempo que llegaban las balas del pelotón de fusilamiento, o el que soñaba mil muertes a manos de perseguidores que al fin le alcanzaban, etc...).
La historia de Lugones, ya lo dije, es triste: Su amigo, Horacio Quiroga, se suicida. Un año más tarde, Lugones también lo hace, con copa larga de whisky on the arsenic. Su amante difundió el rumor de que lo mató su hijo.---Creible sólo porque el hijo se metió a policía torturador: dicen que inventó la picana eléctrica, palo que pinchaba y daba descargas a los detenidos. Polo acaba suicidándose, después de pasar sus últimos días encerrado en su casa por temor a la venganza de sus víctimas. Su nieta, Piri, de izquierdas combativas, fue detenida, sometida a tortura con la picana de su padre y muerta en tiempo y lugar desconocidos. Triste historia.
http://www.nosdigital.com.ar/2012/08/lugones-familia-picana/
Si echamos un vistazo a los cuentos de “Las fuerzas extrañas”, (1906) la muerte es casi de caricatura, pura pose decadentista, como de emo modernista... “y entonces se muere y acaba el cuento, ya está”, y a eso lo llaman final abierto, “sorpresa! estás muerto!”: “
aquel fenómeno, con todo su horror, era, a fe mía, el más estupendo de cuantos habíamos presenciado” (La Fuerza Omega) “
la pobre ciudad, mi pobre ciudad, muerta, muerta para siempre, hedía como un verdadero cadáver” mueren los impíos, y se derrumba la civilización (SodomaGomorra poblada de lenones y leones, una ciudad que sabía gozar, La lluvia de fuego) y quitando los placeres sensuales la vida no tiene mucho más, sólo es una pena que se estropeen las estatuas y la arquitectura. En otros casos, la muerte, por más que sistemáticamente violenta, es adorno “
La muerte no conseguía ajar su juventud, realzándola más bien como una escarcha fina sobre un mármol artístico” (El Milagro de San Wilfredo), pero en un estilo de muerte
gore, la mano del héroe cruficado ajusticia al infiel o la octava del sol te licúa los ojos “
Sus ojos acababan de evaporarse como dos gotas de agua bajo aquel haz de dardos flamígeros, y él, insensible al dolor, radiante de locura...”. La muerte relacionada con animales, con leones que rugen a las ruinas, con monos pérfidos que se alimentan de las sombras del alma, con ridículos sapos que te matan a saltos (
“Mas el escuerzo dio de pronto un saltito, después otro, en dirección a la caja. Su intención era manifiesta. “ El escuerzo), con caballos inteligentes que te matan a mordiscos (“
las yeguas se habían divertido con saña femenil, despachurrando a mordiscos las víctimas.” los Caballos de Abdera)... La muerte llega como palabra susurrada por espectro, como rayo, como lluvia “
Y Sosistrato, fulminado, anonadado, sin arrojar un grito, cayó muerto”.
Uno no se puede tomar en serio la muerte que pinta Lugones, aburrido-sobrado hasta de la muerte.
Las de Quiroga, por contrario, son otra cuestión. Son violentas también, pero porque la realidad lo es, y allí acechan las fieras: perros rabiosos, hormigas carnívoras, garrapatas gigantescas, tarados abandonados que son como bestias, .... La muerte se presenta por sorpresa, accidentalmente, pero luego te da el tiempo justo para que te des cuenta de que te estás yendo, que se acaba, que no cabe aferrarse, que toda esperanza es vana. La muerte es pérdida continua y estúpida, como la del perro muerto por su propio amo.
¿Cómo iba a escribir de la muerte de otra forma? Su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; publica su primer libro, Los Arrecifes de Coral, y al mismo tiempo se mueren de tifus sus hermanos Prudencio y Pastora; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando, y vió morir a su hija Eglé....
continuará....