No esperéis organización en esta entrada, porque no la va a haber. Sólo quería compartir algunas ideas sueltas, mientras estoy en ese estado mental que lleva a escribir y compartir lo escrito, pensar en voz alta y plana (2 dimensiones).
Ahora que ya voy a pasar a 3º de Filología (al final conseguí 3 matrículas y 2 suspensos - uno de ellos por no presentarse al examen, así que doy el curso por mediocremente bueno), cada vez tengo más claro que en esta carrera hay que elegir un bando en una guerra muy particular. Es casi como ser de Coca o de Pepsi, de izquierdas o de derechas... Me diréis ahora, es banalizar equiparar unas bebidas gaseosas a una ideología política, pero a lo mejor es que estoy decepcionado con la falsedad de las etiquetas que otros usan, que las ideologías parecen ahora servir para poco más que echar regüeldos verbales directamente desde las vísceras y que de hecho las diferencias entre supuestos progres y presuntos carcas son menos claras que en el caso de las marcas de colas.
[Por cierto, que yo prefiero la Coca Cola (no hay color) y hasta hace unos años creía ser de derechas, porque desconfío de la masa, y creo ante todo en la libertad individual].
Y cuál es esa guerra? os preguntáis (y también: ¿qué hago leyendo un blog que no es capaz de decir las cosas a la primera, sino que da vueltas y revueltas, como si fuera un fuego fatuo que conduce a la perdición, pero, para perdición la de la maciza compañera de trabajo, que encima de estar regggüena cree, aunque no se me ocurre porqué, que somos graciosos y nos queda bien el corte de pelo...)
MORTAL KOMBAT: MÍMESIS VS IMAGINACIÓN
Los profes nos recuerdan que ese deseo de ser originales, esa aspiración a aparecer como únicos, es algo relativamente moderno... Romanticismo...
Podría intentar discutir eso, porque creo que uno no se conforma con que la huella de su mano sea exactamente igual a cualquiera otra de las que ya han puesto decorando la cueva neolítica, salvo que sea sospechoso de crimen y no quiera ponérselo fácil al CSI de garrota y taparrabos. Y hasta el cani cuya sensibilidad artística se limita a pintar un garabato, pretendiendo compararse a los auténticos grafiteros-pintores modernos, quiere rúbrica y no pasar como mancha idiota (cuando sólo eres eso, lo siento, que ni como marginal tienes espíritu).
Que es únicamente desde entonces que la gente intenta, hasta llegar a extremos ridículos, ser ellos mismos y no otros y ser personales y reconocibles.
Que todo el mundo quiere tener cuantos más derechos mejor, incluyendo los de autor, que esos encima dan royalties o visitas al blog o likes u otras palmaditas en el hombro, caricias cibernéticas al ego.
Está jodido, porque cada vez hay más de cualquier cosa y nihil novum es frase lapidaria deprimente, epitafio de escritores con demasiados escrúpulos o con ningún talento (la tercera causa de muerte intelectual es la pereza). Y aparte, cada vez somos también más superficiales, más globalizados, más fashion victims, más uniformemente políticamente correctos o políticamente incorrectos, más igualados pero en la vulgaridad.
Y aquí una recomendación: la entrada de mi cuasi-único comentarista, mi admirado Sergio, en su propio blog, El nuevo pensamiento único y a la carta, que trata sobre esa producción a medida de productos de ocio y consumo.
Ya mencioné ayer lo de jelloapocalypse de Welcome to... (me pasó el link mi hijo). Y hoy citaré otro descubrimiento (obra de mi hija) sobre la misma materia, cómo a veces admiramos como nuevo lo que no es sino refrito y remix. Se trata de una serie de videos que a mí me resultan desoladores. Un ejemplo en Everything is a remix. Y yo que creía que Led Zeppelin era un clásico por merecimientos propios!
Si fueramos como el protagonista de Los Inmortales, "sólo puede quedar uno", y utilizáramos nuestro tiempo para disfrutar del arte ajeno acabaríamos diciendo "esto ya lo he leido, visto, oido, comido, ...."
Y tal vez sea porque nosotros, los modernísimos, los que se asoman al futuro, los que están a punto de caerse por el borde del tiempo y de la historia, en el fondo, desde un punto de vista antropológico, biológico, no nos distinguimos tanto como queremos hacer creer de los primeros sapiens, cromañones, sólo se han multiplicado los afeites con que maquillamos nuestra individualidad, y los tatus que son totus semejantes, y los peinados y los disfraces y los tipos del carnaval de Cái...
Nuestros antecesores estaban todavía consiguiendo comida (para la inteligencia también) y comiéndosela con placer. Ahora ya tenemos comida en abundancia (los aprovechados occidentales burgueses, al menos), sin necesidad de buscarla por nosotros mismos, y nos convertimos en obesos sedentarios, sin músculo intelectual precisamente porque es tan fácil consumir memes e ideas ajenas, pack de ocho donuts o serie de vampiros adolescentes torturados y confusos.
Parece que en mi facultad, o acaso en el mundo académico español en general, la mímesis, imitación y copia a la manera del escriba que pasa por erudito, no sólo está permitida sino que es guay. Y aunque dicen que se perseguirá la copia de rincón del vago, wikipedia y semejantes, lo cierto es que se premia el name dropping de sabios y las citas de maestros y el puto criterio de autoridad. Y muchos manuales son como charlas de dodo, ese animal que dicen extinto, repitiendo uno y luego otro "dodo", "dodo!","dodo?", con distintas entonaciones y acentos.
Concluyendo esta primera parte:
O imitas o inventas. O reinventas la rueda (lo que es en si mismo rueda. y círculo sin fin. y sin sentido).
Y yo ya he comprobado en mis propias carnes que muchas veces digo lo que dijeron otros y mejor. Probablemente esto también.
Pero o lo digo yo o ...como que no existe, no existo yo. Y yo quiero existir (y tener derechos de autor y derechos de amor al autor y palmadas y caricias al Ego).
¿Quién sabe donde?
-
¿Pero dónde leches está? La maldita puerta, la del texto de arriba, la que
--estoy de acuerdo con A J-- debería aparecer en algún momento. ¿Dónde
c*j...
Hace 1 día