Si consideras el blog como una carta al mundo abandonada en un banco del parque, ésta está amarilla ya, y los bordes comidos por la humedad y el viento. "Queridos todos: Espero que al recibo de la presente os encontréis todos bien de salud..."
Sigo en Oslo (o he vuelto a Oslo, una vez más).
No sabéis el daño que hace al incauto el programa de tv de "españoles por el mundo"... La idea del programa está bien: es un programa de viajes con cicerone patrio... pero que haya gente que se lo haya montado en esos países no quiere decir que TODOS se lo puedan montar.
El primer detalle para tener éxito quizá podría ser liarse con un autóctono, lo que nos da una entrada (legal) por la puerta de atrás. Otro sería dominar el idioma del país al que vamos: los que sepan noruego como para mantener una entrevista de trabajo que levanten la mano... Me llamaron de un videregående skole (instituto)porque tenían mi cv y querían contratarme. La oferta no sobrevivió los primeros cinco minutos de conversación telefónica cuando el rektor se dió cuenta de que no era capaz de hablar noruego... y yo le suplicaba "på engelsk, på engelsk". Una tercera posibilidad que se pasa desapercibida viendo el programita es que muchos de los felices nuevos residentes vienen con un contrato debajo del brazo...
Y cuántos vienen sin nada: ni novia/o, idioma, contrato previo....
El otro día me comentaron que los españoles estamos desembarcando en Noruega como si creyéramos que habíamos llegado a la tierra de la promisión, que todo el monte es orégano. Y lo que hay aquí es frío (este año al parecer no tanto como cabría esperar), y nieve y hielo.
Alquilar un piso cuesta una pasta (el mega-mega-megabarato sale por 600 leuros al mes, y compartido). El idioma es fiel reflejo de aquella coña q se hacía del Cara al Sol "imposible el alemán está"... Pues el noruego ni te cuento. Llegué en abril pasado y cuando me hablan rápido todavía tengo esa sonrisa de idiota del que no entiende ni patata (pero intenta integrarse). Y quiero creer que no soy tan tan bobo como se sospecharía por mi cara.
Así q mucho espaniolito se presenta en Oslo, con una mano a`lante y otra atrás, para congelarse las dos (y las orejas y el rabo). Se tiran aquí los meses q les deja el visado y luego se van. Y mientras sufren penurias y viven como auténticos
homeless.
Yo mismo me puse en una cola que hay los viernes en Oslo junto a Politi Huset (tienen montado una especie de Caritas allí: vas a las 9 y te dan un papelito y te dicen que vuelvas hacia la una) para recibir dos bolsas de plástico con comida (a ojo, supongo que supondrían unos 60 euros si hubiera querido comprarlo en un super). Junto al colega de Alicante, la polaca mayor (que, cómo es que ha acabado aquí?), los negros cubanos, los asiáticos, los rusos... pringaos toos, yo el primero, buscándose la vida como pueden en territorio extranjero...
En el aeropuerto de Estocolmo (fui a España en Navidades), me puse a charlar con un hombre en la cola del check-in una pareja de suecos me decía: "Uy, los españoles sois muy pobres, no?". Y bueno, aunque fuera cierto, menudo gilipollas!... Le contesté "sólo en dinero en metálico, porque de todo lo demás vamos sobrados". Y tendría que haberle contestado (me quedé con las ganas) "pues tú, bien que vas allí, tonto´elnabo!". O haberle dicho "no me parece un comentario inteligente ni diplomático, sobre todo teniendo en cuenta que pretende ser nuestro invitado allí". Nada, lo siento, no tengo la respuesta rápida-oportuna... Eso sí, después de darle mi mierda respuesta me dí la vuelta en plan "que sepas que se me han quitado las ganas de seguir hablando contigo"...
Bueno, pues eso, que deberían hacer un programa que se llamara "Españoles pringaos por el mundo", por eso de contar toda la verdad y no sólo esa media verdad que viven las cenicientas hasta las 12.
Yo cuento a mi favor con un amigo que ha superado todo lo que se podía esperar de él y me deja vivir en su casa... que si no, no way, man!
Pero voy avanzando, centímetro a centímetro: primero me salió un trabajo en un cole de primaria, del que ya os he hablado, creo. Kjelsås. Y ahora tengo otro, en un instituto, dándole clases a chavales de 17-18, en Nittedal, un sitio que está tan fuera de Oslo que ni siquiera es de la misma provincia (es Akershus). Una hora y 30 en llegar hasta allí.
El miércoles pasado, por poner un ejemplo, un buen día, tuve clase en Kjelsås a las 8 y media (se tarda una hora de trykk, tranvía, en llegar allí). A las 11 y 50 tenía otras dos en Nittedal (tres autobuses para llegar). Por la tarde, dos horas más de clase particular en el sitio donde fue la bomba, en el centro de Oslo. Y vuelta a casa. 5 horas de clase, 5 de traslados. A cambio me estoy leyendo un libro guay que compré en Estocolmo: "Seeds of Earth", space-opera de la buena.
Y bueno, sé que deberia decir más, pero ya he cumplido con lo q pretendía, q era contaros que sigo vivo.
"Y con el testimonio de mi sincero afecto, se despide de vosotros, vuestro amigo"
rafarrojas